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Miel en la mesa: ¿pureza o fraude? Lo que debes saber

Tostada con miel.

Pilar Virtudes

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¿Qué es la miel? Según la directiva marco de la Unión Europea (directiva 2001/110/CE del Consejo de 20 de diciembre de 2001 relativa a la miel), la miel es la sustancia natural dulce producida por la abeja ‘apis mellifera’ a partir del néctar de plantas o de secreciones de partes vivas de plantas o de excreciones de insectos chupadores presentes en las partes vivas de plantas, que las abejas recolectan, transforman combinándolas con sustancias específicas propias, depositan, deshidratan, almacenan y dejan en colmenas para que madure.

Cuando ponemos en la tostada del desayuno o en el yogur, o cuando tomamos esa miel en la leche para aliviar nuestra garganta, eso es lo que debemos poner, solo lo que producen las abejas.

Sin embargo, según la investigación llevada a cabo en 2023 conjuntamente por la OLAF (Oficina Europea de Lucha contra el Fraude), el JRC (Centro Común de Investigación de la Unión Europea) y la DG SANTE (Dirección General de Salud y Seguridad Alimentaria de la Comisión Europea), un 46% de las muestras europeas de miel analizadas fueron fraudulentas. En el caso de España, los porcentajes se elevan a un 51% de importaciones con producto fraudulento.

Lo que se detectó en las mieles analizadas fueron: uso de jarabes de azúcar para adulterar la miel y abaratar su precio, tanto en países no pertenecientes a la UE como en el territorio de la UE; análisis en laboratorios acreditados para adaptar mezclas de miel/azúcar para eludir una posible detección por parte de clientes y autoridades oficiales antes de las operaciones de importación; uso de aditivos y colorantes para adulterar la verdadera fuente botánica de la miel; y enmascaramiento del verdadero origen geográfico de la miel falsificando información de trazabilidad y eliminando el polen.

Entonces, ¿qué estamos tomando si consumimos miel? Pues depende mucho de dónde hayamos comprado esa miel y del precio que hayamos pagado por ella. Así lo dicen los expertos consultados y los propios apicultores.

Si compramos miel directamente a un apicultor español, tomaremos miel pura de abeja; si compramos miel industrial de una gran superficie bajo el epígrafe ‘miel de flores’ o ‘multifloral’, en palabras de José Luis Delgado, responsable sectorial de COAG, “estamos tomando fraude”.

Este apicultor es muy contundente al afirmar que “el consumidor está comprando un producto que se cree que es miel cuando no es miel porque la miel no puede tener azúcares añadidos ni enzimas añadidas”. Y esto ocurre, según señala, porque Europa está permitiendo “que se blanquee la miel”, es decir, permitiendo que la miel de terceros países que entra en Europa se mezcle con un porcentaje de española, y pueda ya etiquetarse como miel española.

Para Delgado, estas mezclas de mieles de diversos países “ni siquiera son miel porque no cumplen la directiva marco sobre el origen. Esto ya no es la miel, en el momento que hay añadidos de azúcares de síntesis deja de ser miel; en el momento que la miel se ultrafiltra, que es otra estrategia que utiliza la gran industria para abaratar costes y para eliminar cualquier rastro de polen, y entonces quitas el polen, deja de ser miel”.

“Y no es que haya veneno, hay fraude. Hay fraude en la trazabilidad, si un producto agroalimentario no puede defender su trazabilidad, a qué se debe. Si eliminas la trazabilidad eliminas el DNI, con el ultrafiltrado se elimina en ADN de esa miel”, apunta.

El precio al que se vende también da idea de lo que estamos consumiendo. “Mieles por debajo de 8 euros el kilo, o es un mal producto o no es miel de productor en ningún caso. Nosotras calculamos mínimo de 4 a 4,25 de costes de producción por kilo de miel, a eso hay que añadir todo el gasto de envasado, todo el gasto de comercialización, con lo cual si te encuentras una miel a 5 euros, ya te puedes imaginar por qué es”, añade.

Calidad en la miel comprada al apicultor

Sin embargo, si optamos por comprar la miel al apicultor de nuestro entorno a algunos de los que comercializan directamente desde su página web pagaremos muy probablemente el kilo de miel a más de 10 euros, pero encontraremos otras cosas en nuestra tostada.

Nazaret Murillo produce miel monofloral en los Montes de Toledo bajo la marca Konmiel. Empezó esta aventura hace tres años, recogiendo el testigo de su padre, un apasionado de la apicultura. “Tenemos una filosofía de trabajo muy clara, vamos buscando producciones más bajas, pero de calidad, buscando el entorno lo más natural posible, ya que la ubicación de los apiarios cada vez es más complicada porque queremos sitios en plena naturaleza y que no intervenga el ser humano, algo fundamental para las abejas”, señala. Por eso sus colmenas está a más de cuatro kilómetros de zonas donde haya intervención del ser humano, porque las abejas no suelen desplazar más de esa distancia para buscar alimento: “Intentamos que no haya nada alrededor porque la abeja si lleva algunas sustancias de las que se usan por ejemplo para fumigar las cunetas, se contamina y ya lleva una contaminación que la mete dentro de la colmena y en la cera se van quedando restos y residuos”, señala.

Ella, junto a su marido que son las dos partes de Konmiel, buscan “no sobreexplotar las colmenas, no ir a producciones muy altas porque a las abejas cada vez les es más complicados recolectar néctar para hacer su miel. Por eso vamos a producciones medias-bajas para no estresar a la colmena. En invierno se les deja mucha miel porque las abejas recolectar su miel en primavera y verano para poder pasar un invierno bueno, si nosotros le quitamos toda la miel esa colmena al final sufre mucho estrés”, asegura.

También cuidadla sanidad de la colmena, “realizamos test continuamente para ver si hay alguna enfermedad, algún parásito y tenemos una zona donde llevamos a las abejas si alguna está afectada”, apunta.

Una vez que llega la recolección de la miel, “el filtrado se hace sin alteraciones, no usamos temperatura, siempre hacemos la extracción de miel en primavera o verano que es cuando por temperatura se puede, y no utilizamos bomba, todo se hace por gravedad. Luego cuando está extraída utilizamos envases de cristal de alta calidad para conservar mejor sus propiedades”, describe Nazaret Murillo.

El resultado es una miel monofloral, de romero, tomillo o brezo dependiendo del momento, que conserva todo su polen, que no ha sido calentada y que mantiene todas sus propiedades: “Una miel como esta tiene muchas propiedades. Lleva partículas de polen que es una parte fundamental de este tipo de mieles, que tiene unas propiedades muy buenas para la salud. Las industriales las pasan por unos filtros superfinos que les quitan el polen”.

Apunta también la pasteurización, ya que “las mieles industriales las suelen calentar por encima de 70 grados destruyendo todas las propiedades que tiene porque así el manejo es más fácil, la hacen líquida y es más atractiva para el consumidor, y estas mieles no cristalizan”.

“Al final la miel que compramos en las grandes superficies son mieles que no tiene ningún beneficio para el consumidor y nos está afectando mucho al apicultor la competencia de este tipo de mieles. Comprando miel a un apicultor no solo se compra una miel de calidad, sino que ayudas a proteger la biodiversidad y los ecosistemas, ya que de nuestras abejas depende la futura alimentación”, señala esta joven apicultora.

El coste de producir esta miel de alta calidad está muy por encima de los cinco o seis euros a los que se vende en los supermercados la industrial. “El coste depende mucho de la situación del apicultor, de las condiciones climatológicas del año, no es lo mismo un año que viene con lluvias que si tenemos una sequía importante, ahí los kilos son muy reducidos y estamos trabajando por debajo de costes de producción, nosotros lo que estamos defendiendo son mieles de calidad”, señala y apunta que para estas mieles el coste de producir no baja de los cinco o seis euros a lo que hay que añadir el coste del cristal, el etiquetado. Actualmente, en Konmiel están comercializando directamente a consumidor a 12 euros el kilo de miel.

Según Murillo, para estar seguro de que se consume miel de calidad, el secreto es “comprar al apicultor local. La miel industrial siempre va a ser superlíquida, de aspecto muy limpio, sin nada en suspensión, comprar al apicultor garantiza la calidad, que cuidan de su colmena y ayuda a la biodiversidad”, concluye. 

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