“Los hombres sois imprescindibles. Es necesario el compromiso en reprobar y en cambiar las cosas” cuando se habla de trata y de prostitución. Es un mensaje que se ha repetido este martes en la mesa redonda titulada 'La trata y la prostitución: otra cara de la violencia de género'.
Se ha celebrado este martes dentro de los actos organizados por la Universidad de Alcalá en torno al Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer que se celebra el 25 de noviembre.
Han sido muchos los mensajes dirigidos a los hombres, y también a los más jóvenes, para buscar su implicación, camino de una normativa que permita abolir esta práctica, tal y como anunció el PSOE en su 40 Congreso Federal celebrado en octubre.
“Quien es cliente es cómplice y también quien lo calla. Hay que concienciar a hombres y a mujeres y no normalizar este problema tan serio”. Araceli Martínez Esteban, Premio ‘Francisca de Pedraza’ contra la violencia de género en 2020 y exdirectora del Instituto de la Mujer de la Junta de Castilla-La Mancha así lo aseguraba durante su participación en la mesa redonda.
También ha reclamado “desterrar la idea del libre consentimiento” por parte de las mujeres a la hora de ejercer la prostitución y en su opinión, “la tarjeta roja al maltratador debería extenderse al putero” porque la prostitución es también violencia de género.
Ha lamentado además que la actual percepción social de la trata “se oriente más hacia el rechazo moral que como enfoque para defender los derechos humanos” y que se ponga el foco siempre en la mujer y no tanto en el cliente. “Hay que hablar de puteros, describe lo que hacen estas personas: compran cuerpos humanos. Hablar de clientes queda muy fino”.
“Las mujeres deben ser tratadas como víctimas”, decía, para pedir que no solo se incida en la intervención “sino sobre todo en la prevención, sobre todo entre los hombres jóvenes”.
Araceli Martínez, que impulsó la Ley castellanomanchega para una Sociedad Libre de Violencia de Género ha criticado la “mercantilización de los cuerpos humanos, empleando la coacción” y ha cargado contra la trata de seres humanos en general, “diversificada en muchas variables”, entre la que ha destacado la explotación sexual como “la más frecuente” que, además, “se ceba con un sesgo claro de género sobre las mujeres y que tiene un efecto simbólico sobre el conjunto mujeres”, en cuanto al “modelo de relaciones asimétricas entre hombres y mujeres”.
En su opinión, “es fundamental que las mujeres estén en el poder. Tenemos que conseguir trasladar la agenda feminista a los espacios de toma de decisiones para provocar verdaderas transformaciones sociales” y se mostraba “expectante” ante la anunciada Ley contra la Trata.
“Espero que haya consenso en el arco parlamentaria. Nos lo merecemos las mujeres tras 300 años de lucha organizada” y porque, recordaba, España es el primer país de Europa y el tercero del mundo en consumo de prostitución.
Lo hacen cuatro de cada diez varones, y se refería en particular al consumo de los que tienen entre 16 y 35 años. “Estamos hablando de menores. Hay un problema en la educación sexual y en las relaciones hombre-mujer”.
También ha rechazado la idea de la “cosificación” de la mujer o la idea del “supuesto consentimiento. Parece moderno y libertario, pero nos ata a costumbres del patriarcado”, aseveraba.
Y se ha referido a la hipersexualización de niñas y mujeres. “La educación sexual para la igualdad debe ser prioritaria y a veces se tiende a confundir con la diversidad”, criticaba para cargar también contra la pornografía que “está sustituyendo a la educación sexual”.
“No hay una libre elección, no conozco a ninguna mujer que se sienta bien ejerciendo la prostitución”
En la mesa redonda también ha participado Rocío Mora, directora de APRAMP y Premio Francisca de Pedraza contra la violencia de género 2021, en la Categoría Empresa
“Hay que decir que la prostitución es violencia de género. Y tengo la firme convicción de que las políticas públicas deben ser abolicionistas para que tengan efectos positivos en las mujeres y niñas que atendemos”
APRAM lleva ya 35 años trabajando con mujeres víctimas de trata y prostitución. “Hoy es el segundo negocio más lucrativo del mundo”, decía, para rechazar las tesis que alientan la libre elección por parte de las mujeres.
“La prostitución es una brutal violencia que anula a mujeres y a niñas” en la que, aseveraba, “no hay una libre elección, no conozco a ninguna mujer que se sienta bien ejerciendo la prostitución”.
También ha querido poner el foco en “el putero” para lamentar que, desde que en 2011 realizase un estudio sobre los consumidores de prostitución, no haya más datos. “Parece que no hay interés”.
En este punto ha querido recordar que “no se trata de proteger el bien jurídico de la libertad sino a la víctima. Tratamos de enrocarnos en si son libres al elegir, pero nosotras preferimos trabajar en la realidad”. Y en esa realidad, desde el nacimiento de APRAMP en 1985, es que “la prostitución clásica se ha convertido en la industrialización del sexo, incluyendo la pornografía, con formas de explotación mucho más perversas”.
Rocío Mora ha expresado la preocupación de APRAMP por el crecimiento de las cifras que apuntan a que cada vez son más las menores captadas. “ El 63% de personas entrevistadas que son mayores de edad nos dicen que comenzaron siendo menores. Eso es algo que nos da un tirón de orejas a todos. No estamos consiguiendo llegar a ellas”.
Eso se ha agravado no solo durante la pandemia, durante la que “se ha seguido facturando”, sino con la llegada de las nuevas tecnologías. “Se apagan las luces de neón de los clubes, pero los proxenetas van por delante de nosotros. Es fundamental llegar ellas. Podemos perder el contacto con ellas debido al avance de la pornografía y las nuevas tecnologías”.
Durante su intervención se ha proyectado ‘Exit’, dirigido en 2017 por Mabel Lozano, con testimonios de mujeres que dieron la cara. “Me sentía sucia y que no valía para nada”, se puede escuchar a las participantes en un vídeo diseñado como campaña contra la trata. Algunas de ellas lograron recuperar sus vidas.
“La prostitución no es un problema sino un delito tipificado en el Código Penal”, decía Rocío Mora quien abogaba por “penalizar todas y cada una de las formas de proxenetismo para salvar a las mujeres”.
Se ha mostrado confiada en que la futura Ley contra la Trata “cambie que, denuncies o no, seas considerada como víctima” y ha sido muy crítica en su intervención con la clase política. “No ha habido consenso político para decir que la prostitución es violencia de género”.
Tampoco ha eludido abordar el debate sobre el término ‘putero’. “Yo les llamo puteros porque ellos les llaman putas” e insistía “si no hay demanda, no hay oferta. Son cómplices. Saben en qué situación están estas mujeres, de esclavitud, y les da igual”.
“Hay que promover el rechazo social. Reivindico que se identifique a los puteros”
La última en intervenir ha sido Isabel de Ocampo, profesora universitaria, guionista, directora de cine y Premio Francisca de Pedraza contra la violencia de género 2021.
“Reivindico quitar el foco de las mujeres para ponerlo en los hombres. Animo a las chicas a preguntar a sus amigos si alguna vez han estado en un puticlub. Hay que promover el rechazo social. Reivindico que se les identifique”.
Ha animado a las jóvenes a ir a un prostíbulo. “No os van a dejar entrar. ¿Por qué no? Si tenéis dudas de que esto es una libre elección, lo vais a ver con vuestros propios ojos”.
“España debe ser un país abolicionista. Para los preocupados por la libertad, la ley sueca permite ejercer, pero al que castiga es al putero. Luchad contra la confusión que tratan de implantar los lobbies proxenetas. No os dejéis engañar, la prostitución es incompatible con una sociedad justa”, les decía a los jóvenes.
De Ocampo ha centrado parte de su intervención en la historia de una de sus películas “que la dejó tocada”. ‘Evelin’ o como la definía, “un puzle de historias reales” que contó con el apoyo de APRAMP.
“Quise hacer una película de terror porque la prostitución es un mundo terrorífico”. Tuvo que cambiar incluso el guión inicial al conocer las historias reales de mujeres víctimas de trata.
Fue el origen de su último trabajo, el documental ‘Serás hombre’. “Es la continuación de un proceso intelectual sobre por qué los hombres consumen prostitución”, explicaba, para lamentar el “daño” que causa el patriarcado, el que apuesta “por la masculinidad y rechaza lo femenino porque que debilita”.
“Hay que hablar de la prostitución como lo que es: un atentado a la dignidad y a los derechos humanos”, decía la cineasta, cuyo trabajo ‘Miente’, Premio Goya al mejor cortometraje de ficción 2009 se ha proyectado durante el acto.
Entrega del Premio Francisca de Pedraza el 23 de noviembre
En la V Edición del Premio Francisca de Pedraza contra la violencia de género, que se entregará el próximo 23 de noviembre, también ha resultado premiada la escritora y cineasta toledana, Mabel Lozano.
La mesa redonda ha sido moderada por la responsable de la Unidad de Igualdad de la Universidad de Alcalá, Adoración Pérez Troya y ha contado con la participación Julia Pérez, presidenta de la Asociación Mujeres Progresistas de Alcalá ‘Francisca de Pedraza’.
Ambas han aprovechado para recordar la figura de la ciudadana alcalaína del siglo XVII, Francisca de Pedraza, mujer maltratada por su marido, a la que una sentencia extraordinaria del rector de la UAH permitió amparar a esta víctima de violencia de género. “Sin apoyo en la justicia ordinaria, la encontró en esta justicia extraordinaria y especial, en la universidad”, recordaba Pérez Troya.
“Es un orgullo contar con este precedente y colaborar con la Asociación de Mujeres Progresistas”. Su presidenta, Julia Pérez, recordaba cómo esta mujer “extraordinaria” que en mayo de 1624 logró una sentencia de divorcio y una orden de alejamiento, además de la devolución de la dote y la custodia de los hijos. “Una sentencia ejemplar que hoy cuesta mucho obtener. Fue realmente una hazaña impensable”.
“La violencia de género también está en la trata y en la prostitución. Es la violencia más antigua que se ejerce para someter a la mujer, a veces niñas, que suelen ser pobres y vulnerables. Y es fácil para las mafias”, lamentaba Julia Pérez.