En España cada año se abandonan 50.000 galgos según los datos que barajan las protectoras animales del país, porque los datos oficiales sólo contabilizan 80 galgos al año. Es precisamente en los meses de febrero, fecha en que finaliza la temporada de caza, cuando aumenta el número de abandonos.
Si extrapolamos los datos a la región, los últimos registrados son de 2011 y demuestran que en Castilla-La Mancha ese año el 21% de los perros abandonados eran perros de caza entre los que están, además de los galgos, podencos o bracos.
Sólo en la ciudad de Albacete, la protectora de animales y plantas Arca de Noé, recoge a diario galgos en los meses en que se desarrolla la caza. María Calabuig es la responsable de relaciones con los medios del Arca de Noé y asegura: “Cada día desde octubre hasta febrero encontramos galgos por las calles, carreteras, campos… la mayoría de ellos en muy mal estado de salud y tan asustados que es prácticamente imposible rescatarlos. También encontramos cadáveres, muertos por atropello o por otras causas tan dramáticas y desagradables como el ahorcamiento o haber sido tiroteados”. Los datos y la fechas coinciden con la temporada de caza.
Muchos llegan esqueléticos, desnutridos, con heridas o fracturas de diversas consideraciones y hasta con enfermedades. Por ello siguen una pautas; lo primero es recuperar su estado de salud física y mental, curar las heridas, en ocasiones con cirugía traumatológica, proporcionar una alimentación adecuada y vacunarlos, desparasitarlos e intentar que vuelvan a confiar en los seres humanos. Éste último punto es tan importante como complicado ya que, tal y como explica María Calabuig : “hay que tener en cuenta que el miedo que tienen no sólo se debe al maltrato sino que suelen tener deficiencias de socialización debido a que suelen pasar años en zulos o corrales de los que no salen nada más que para cazar o entrenar.
Casos difíciles de olvidar
Al cabo del año la protectora de animales y plantas Arca de Noé recibe muchos casos de animales, especialmente galgos, víctimas de casos flagrantes de maltrato difíciles de olvidar. Lo sabe bien María a cuya memoria llegan algunos nombres: “el caso de Chavela, galguita cachorra ciega recogida de manos de una persona que no era capaz de cuidarla, o de Trua, galga recogida con la pata medio amputada y con el hueso fuera, Otelo, galguito cachorro muy enfermo por hongos”.
Galgos que sólo los tienen a ellos, las protectoras de animales para salvaguardarlos llegado el caso, porque en España no hay una legislación de protección animal que persiga o castigue el maltrato a los animales a diferencia de Europa donde está prohibida la caza con galgo y se les considera animal de compañía.
De hecho la gran mayoría de galgos recogidos por las protectoras españolas son adoptados por familias en países vecinos.
El documental
El maltrato por el que pasan los galgos se plasma en el documental Febrero, el miedo de los galgos, dirigido por Irene Blázquez, que fue presentado el pasado jueves en Albacete. El film, de sesenta minutos de duración, muestra el trabajo de la protectora SOS galgos a la vez que cuenta la historia de Mila, una galga abandonada en un pueblo sevillano que teme a las personas. Mila es rescatada y trasladada a Barcelona por la ONG SOS Galgos a la espera de recibir cirugía y empezar una nueva vida.
Este documental intercala entrevistas con animalista y cazadores o galgueros mostrando las dos caras de una misma realidad en la que los que maltratan a estos animales a día de hoy salen impunes de las agresiones y abandonos.
El documental ha llegado a la capital albaceteña gracias a la colaboración entre COLIBRIS Openpartners, Ibichos en la Onda y la Asociación protectora de Animales y Plantas El Arca de Noé. Entre los oradores invitados ha asistido el veterinario y conductor del programa “Como el perro y el gato” de Onda Cero, Carlos Rodríguez. 175 personas han asistido a la presentación del film, donde se ha recogido entorno a los 900 kilogramos de pienso para los animales que a día de hoy están en el albergue de la protectora Arca de Noé.