Se ha convertido en una escena de lo más habitual en nuestro país ver a los representantes políticos, sobre todo a los alcaldes, acudir a las procesiones de Semana Santa. Sin embargo, de acuerdo a lo que refleja la Constitución, que define a España como estado aconfesional, esta práctica no refleja la separación entre la vida política y el estrato religioso, en este caso católico. Así lo ha vuelto a poner de manifiesto Alternativa Laica, que pide a los políticos que acudan a estos actos a “título personal” y no como representantes políticos.
“Respetamos las creencias de todo el mundo y todas las procesiones que quieran hacer los fieles, pero lo que les pedimos a los políticos y representantes democráticos es que no tienen que formar parte de la procesión, salvo que lo hagan a título personal, pero no como representantes de las instituciones, mayoritariamente de los ayuntamientos”, explica a eldiarioclm.es Yolanda G. Figueruelo, portavoz de esta asociación.
¿Cómo diferenciar cuándo acuden como políticos o cuándo a título personal? La diferencia radica en que en la mayoría de las ocasiones, la asistencia de los políticos aparece en la agenda oficial del Ayuntamiento o del Gobierno de turno y se convoca para ello a los medios de comunicación. Además, en estos casos suelen acudir junto con otros concejales o miembros de su equipo. “Al final, unos representantes que son civiles terminan siendo parte de una procesión religiosa y eso no cumple con el laicismo que debería imperar en el país”, añade.
Desde Alternativa Laica también quieren poner el foco sobre el hecho de que en todas las procesiones suene el himno nacional de España, “que no tiene nada que ver con la fe religiosa”. En ese caso, las autoridades eclesiásticas y las cofradías “se apropian de algo que es de todos”. “Que toquen las cornetas, y canten las salves o las saetas sin ningún problema, porque es parte de su rito, pero no tiene sentido que suele el himno cada vez que entra o sale un santo, un cristo o una virgen”.
“Es la apropiación de un símbolo para un fin particular”
En opinión de este colectivo es importante “separar”. El himno está para recibir al Rey, al presidente de las Cortes, las autoridades civiles, a representantes extranjeros, en campeonatos deportivos “y poco más”. “Todo lo demás es gratuito, y en este caso es una apropiación de un símbolo de todos para un fin particular”, reitera.
Esta asociación trabaja en Toledo desde hace años para pedir la aplicación estricta de la Constitución Española de 1978, partiendo de que supuso un cambio radical en las relaciones entre el Estado y las confesiones religiosas. Parten del hecho de que la laicidad es “inherente” al Estado Social y Democrático de Derecho y “no debe operar como límite al principio de libertad de conciencia y de convicciones, sino que debe conformarse como un límite de la actuación del Estado”.
Por eso, denuncian la vulneración sistemática del principio de igualdad y no discriminación por razón de los principios religiosos e ideológicos, unidos a las “permanentes injerencias y presiones de los grupos religiosos en la vida pública”, que obligan a que se reivindique y exija el cumplimiento del principio de laicidad y por tanto la igualdad de trato por los poderes públicos de las distintas creencias incluidas las no religiosas.