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El ATC corre el riesgo de nacer ya obsoleto

Antes siquiera de empezar su construcción, el Almacén Temporal Centralizado (ATC) de Villar de Cañas destinado a guardar los residuos nucleares de las plantas del país corre el riesgo de quedar obsoleto. El retraso de las obras está haciendo que las propias centrales nucleares construyan sus propios almacenes en sus recintos para poder almacenar los residuos, lo que haría nula la función final del ATC una vez construido. Por ello desde diversas plataformas se está solicitando que se suprima la construcción del centro en vistas de que no es necesario.

El 5º Plan General de Residuos Radioactivos de 1999 no contemplaba la construcción de un almacén temporal y sí el de un almacén definitivo, donde irían a parar todos los residuos de las plantas nucleares y que tendría una vida útil estimada en decenas de miles de años, más de 10.000 según expertos, mientras que un almacén temporal como el de Villar de Cañas tiene una vida útil de 60 años. En vista de los problemas que se encontró Enresa para construir un almacén permanente (problemas políticos y sociales), el 6º Plan General de Recursos Radioactivos aprobado en 2006 sustituye la construcción del almacén permanente por el temporal de la actualidad.

La construcción de un almacén permanente será algo necesario en el futuro, si bien el almacén temporal no tendría utilidad si cada planta ya tiene su propio lugar para almacenar residuos como está ocurriendo.

En total son más de 2.713 millones de euros lo que cuesta la infraestructura, divididos en 857,03 para la ejecución del proyecto; 1.136,71 para su explotación así como 142,68 para su posterior clausura cuando deje de tener vida útil. Además se contempla el gasto en un impuesto ecológico de 404,59 y la partida económica que va a parar a los ayuntamientos de la zona que será de 172,5 millones de euros.

Tal cantidad de dinero en una instalación que puede acabar por no albergar nada es considerada por la Plataforma en Contra del Cementerio Nuclear como un gran derroche en un momento en que ese dinero puede suponer un gran cambio en determinadas políticas que se están llevando a cabo. Por ello la Plataforma ha comenzado una recogida de firmas para pedir que no se lleve a cabo el proyecto del ATC, aludiendo que “bien gestionado, ese dinero permitiría recuperar gran parte de los servicios perdidos por los recortes del gobierno en sanidad, educación o dependencia”.

El pasado jueves salió a licitación la obra para construir el edificio principal del ATC por un valor de 217'7 millones de euros, aunque no obstante la empresa que encarga su construcción, Enresa, no tiene aún ninguno de los al menos seis permisos que son necesarios para llevar a cabo la obra. La ejecución de la obra está contemplada en 58 meses, a lo que hay que sumar unas estimaciones de cerca de dos años hasta conseguir todas las autorizaciones necesarias. Con esos plazos el ATC estaría operativo para mediados del año 2021 como pronto, suponiendo que no se demorase nada más. Para ese año prácticamente toda central nuclear del país ya tendrá su propio almacén y nadie gastaría dinero en mandar residuos cuando pueden hacerlo gratis en sus instalaciones.

Actualmente se siguen efectuando los sondeos del terreno por el peligro geológico que acarrea. De no ser aptos los sondeos, estudios y prospecciones la obra se retrasaría aún más en su ejecución.