Miles de personas fueron ejecutadas durante la Guerra Civil y en los años de la posguerra. Pero, ¿cuántas en Toledo? Historiadores como el hijo predilecto de Toledo José María Ruiz Alonso manejan diversas cifras. Los fusilados como consecuencia de los veredictos de los tribunales militares son cifrados en 2.330. Ahora bien, en 'La Guerra Civil en la Provincia de Toledo', uno de los principales manuales dedicados al conflicto, también se explica que son 3.826 las víctimas documentadas, si añaden las de la Guerra y de la represión inicial en el Norte del Tajo. Estas son solo las documentadas y de toda la provincia.
Es a partir de este trabajo que la asociación Manuel Azaña hizo la propuesta de investigación para realizar una base de datos y conocer con la mayor precisión posible cuántas personas represaliadas están enterradas en el cementerio de la capital autonómica. La organización ciudadana trabajó con el Ayuntamiento de Toledo para poder acceder a las ayudas convocadas desde la Federación de Municipios y Provincias para la Memoria Histórica. La cuantía, explica, no es muy alta (14.000 euros) y todavía siguen pendientes de que el dinero llegue, de hecho, para poder comenzar oficialmente la investigación.
Desde el Ayuntamiento señalan que todavía no se ha recibido la financiación, pero que siguen trabajando en conseguir financiación para avanzar en las investigaciones. “La intención del ayuntamiento es seguir dignificando patios en el cementerio”, recalcan desde el Consistorio toledano, que añaden que se han mantenido muchas reuniones con la asociación Manuel Azaña.
Se trata, sin embargo, de un trabajo que llevan años realizando. Este mismo jueves acudieron al Registro Civil de Toledo para comenzar a cotejar datos, tras esperar un año para obtener los permisos pertinentes. Y es que el número de personas enterradas en el cementerio sigue siendo uno prácticamente desconocido. “Hay varias fosas que no están ni siquiera dadas de alta en el registro de la Secretaría de Estado de la Memoria Histórica”, asegura Herreros. Y es que las actuaciones que se han realizado en el camposanto, hasta ahora, han sido todavía insuficientes.
Varias etapas de represión
Se refiere a las realizadas en el llamado 'Patio 42', una fosa que fue 'salvada' de ser remodelada, durante los años de Gobierno del PP, cuando José Manuel Molina intentó modificar la zona del patio para crear nuevas tumbas. “El propio Patio 42 es un cajón de sastre”, lamenta Herreros, que recuerda que la intención del PP se paralizó, pero que solo se han realizado exhumaciones en el caso de algunas familias. “No ha habido nada más allá de alguna individual, de alguien que sabía dónde estaba su padre o su abuelo”, explica Herreros.
La asociación Manuel Azaña calcula que hay unos 800 cadáveres de lo que califican como el “primer momento de la entrada de las fuerzas franquistas en la ciudad”, pero que en realidad pueden ser “miles” los cuerpos. “Entre septiembre y octubre de 1936 hubo combates y luego una represión brutal”, explica Herreros, pero advierte de que solo se han identificado, registrado o inhumado realmente los cuerpos de quienes pertenecían a las tropas franquistas. “No es completo. Necesitamos una investigación más profunda, que nos llevaría a identificar a otras víctimas”, señala.
Han logrado recoger testimonios que incluso hablan de cuerpos enterrados fuera del cementerio. “Recogimos las historias de cuando se produce la desbandada de la población civil por ambos puentes, de San Martín y Alcántara, también por la barca. Muchos cadáveres se los lleva el río”, explica. La represión siguió cuando Toledo ya queda en la “mano” de las fuerzas franquistas, lo que supone una segunda represión con ejecuciones bajo el mandato del comandante Planas. “Son ejecuciones extrajudiciales que queremos determinar también. Hubo paseos, personas detenidas o en prisión que, finalmente, son ejecutadas sin juicio”, señala.
Más adelante, entre los años 1937 y 1938, las personas ya son ejecutadas a través de procesos judiciales, con sumarios. En su mayoría, cuando cientos de personas que fueron evacuadas deciden volver a la hoy capital autonómica. “Entonces la maquinaria judicial sigue actuando, con ejecuciones de cierta legalidad, con sumarios y documentación. Esto está acotado en dos zonas del cementerio, pero no se han realizado exhumaciones”, afirma Herreros. Por eso, el trabajo que se han planteado es investigar e identificar, en lo posible, las personas con nombres y apellidos.
“Son cientos, pueden ser miles”
Para realizar esta investigación, recalca, se debe cotejar muchísima documentación, partiendo de los libros de registro del cementerio de Toledo, con los del Registro Civil, con los procesos judiciales documentados en Madrid, la Comisaría de Toledo y los documentos disponibles del Juzgado de Responsabilidades Políticas. Esta información se cruzaría para crear la base de datos de las víctimas de la represión, tanto en la guerra como en la posguerra.
El tiempo apremia. “Hemos tenido contactos con familiares, pero son cada vez los menos. Es difícil encontrar también hijos. Es ley de vida”, recalca.
La historiadora Natividad Rodrigo coincide en que se conocen solo algunas de las víctimas que están enterradas en el cementerio. “José María Ruiz y yo nos acercamos al patio cuando comenzaron las obras en la época de Molina. A raíz de estas obras empecé a ir al Archivo, coger el libro del cementerio y rastrear los distintos patios, así como la gente que estaba ahí incluida. En el caso del Patio 42 aparecen pocos nombres, por ejemplo, porque muchos estaban enterrados sin registro. Es a partir del año 1937 cuando empiezan a aparecer realmente los hombres.
La realidad es que “falta muchísima gente por identificar”, asegura Rodrigo. Muchos de antes del año 1937. “A partir de entonces se les pone nombre y apellido en cuanto llegan al cementerio, incluso en algunas ocasiones de dónde son. Pero también están mezclados, gente que muere de un tiro o militares. La inmensa mayoría, sin féretro. Son cientos, pero es que pueden llegar a ser miles de personas y es casi imposible saber quiénes son, hay que hacer casi una labor arqueológica y es muy difícil si no se cuenta con dinero”, concluye.
Cuatro patios en el cementerio de Toledo
Javier Mateo, excoordinador de Izquierda Unida y también concejal de Ganemos Toledo en la pasada legislatura, recuerda que son realmente cinco los patios que hay en el camposanto toledano en los que hay represaliados enterrados. El 17, el 19, el 31, el 43 y, también, el 42. “Efectivamente, son muchas las personas enterradas”, señalando, por ejemplo, que en el 17 habría 44 cuerpos, en el 19 otros 73, en el 43, 19 personas y en el 31 un total de 167. Este patio se “adecentó” durante la pasada legislatura, en el Gobierno conjunto del PSOE con Ganemos, con una placa que dignificaba la memoria de estas personas enterradas. “Muchas tumbas se marcaron, pero las personas no tenían ni ferétros. Fueron enterradas amontonadas”, recalca Mateo.
Izquierda Unida promovió hace ya más de una década la dignificación del patio 42, acciones promovidas entonces por el coordinador de la formación, Aurelio San Emeterio. “Hemos conseguido recuperar esa historia robada y que esas fosas que quedan en el cementerio de Toledo ya no sean anónimas”, recalcaba en el 2011 San Emeterio. “El Foro de la Memoria e Izquierda Unida han hecho un trabajo ímprobo, incluso en tiempos sin Ley de Memoria Histórica para reconocer a estas víctimas”, recalca Mateo.