Los colectivos ecologistas y en defensa del río Tajo han avisado desde hace meses: la cabecera del río ya no puede más y llegará al final del verano sin apenas agua. Los últimos datos oficiales así lo han confirmado e incluso se han adelantado a las previsiones. Los embalses de Entrepeñas y Buendía han bajado en la última semana casi 20 hectómetros cúbicos y almacenan tan solo 399,27 hectómetros, por debajo del límite marcado por la Confederación Hidrográfica del Tajo para declararlos no trasvasables.
Esta nueva cifra significa que la cabecera está a tan solo el 16,4% de su capacidad, muy por debajo del 47% de capacidad que en agosto marcan los embalses del Segura, la cuenca receptora. Concretamente, el embalse de Entrepeñas ha bajado se queda con 135,4, de los 835 que puede almacenar, mientras que el de Buendía almacena 263,8 sobre una capacidad total de 1.639.
Se trata de una situación que viene a confirmar la mala situación de ambos embalses apenas dos semanas después de que el Ministerio de Agricultura aprobara nuevamente un nuevo trasvase de 20 hectómetros cúbicos hacia el río Segura con carácter retroactivo, referida al mes de julio. Esta nueva derivación de agua se realizó tomando como referencia el 1 de julio, día en el que Entrepeñas y Buendía se encontraban al 18,9% de su capacidad, con 468,558 hectómetros. Por entonces ya se habló de “situación hidrológica excepcional”.
De hecho, antes de confirmarse esta nueva cifra, ya han arreciado las voces en contra del trasvase Tajo-Segura y del estado actual del río a su paso por Toledo, consecuencia, entre otras cuestiones, de las derivaciones de agua realizadas desde este polémico acueducto.
La semana pasada se produjo una de las protestas ciudadanas más significativas tras el nacimiento de la nueva Plataforma de Afectados por el trasvase Tajo-Segura, que aglutinó a cientos de personas en una caravana que realizó el recorrido entre Sacedón y Chillarón del Rey, en Guadalajara, para pedir una lámina de agua estable y digna para los embalses de cabecera. Por su parte, la Asociación de Municipios Ribereños de estos embalses tienen previsto valorar esta cuestión tras la renovación de su Junta Directiva.
Desde el punto de vista político, el alcalde de Sacedón, Francisco Pérez Torrecilla, llegó a augurar que, si se mantenía la previsión de nuevos trasvases y seguía sin llover, en octubre “no habría nada” de agua en la zona. Es la misma reivindicación que también mantiene el Gobierno de Castilla-La Mancha, que ha recurrido ese nuevo trasvase aprobado en julio y tiene como objetivo pedir en septiembre la revisión de los planes de cuenca, entre ellos el del Tajo. y exigir una deuda de tres millones de euros al Gobierno central por esta infraestructura.