Según los datos oficiales la población activa de Castilla-La Mancha se redujo entre 2012 y 2014 en 64.000 personas, pasando de 1.045.000 a 981.000, una reducción del 6 %. Pese a ello, el paro siguió aumentando en nuestra región en esos dos años, desde 236.790 personas desempleadas el 1 de enero de 2012 a 257.721 el 1 de enero de 2014, es decir, del 22,6 % al 26,2 %. Además, en ese mismo periodo, nuestra región redujo en 57.361 el número de cotizantes a la Seguridad Social, pasando de 652.970 a 595.609, un 8,78 % menos.
Castilla-La Mancha también perdió 45.969 habitantes, un 2,15% de su población, en los dos últimos años. La mayor parte de este descenso se debe a la marcha de población extranjera, 40.697 personas –el 17.24% del total de extranjeros residentes en la región-, para regresar a sus países de origen o emigrar a otros destinos ante la falta de perspectivas laborales en nuestra región. A este éxodo se añadieron 4.999 nacionales españoles, todos o casi todos ellos jóvenes en edad de trabajar.
Para Comisiones Obreras “estos datos son desoladores y constatan el fracaso de las políticas económicas del Gobierno Cospedal, agravadas por la total ausencia de planes regionales de empleo y por los recortes en las políticas activas de empleo en nuestra comunidad autónoma; que se suman a los recortes en las prestaciones por desempleo impuestas por el Gobierno central”. Así lo indicó la secretaria de empleo del sindicato, Lola Santillana, quien advirtió que “la sangría demográfica de Castilla-La Mancha continúa en lo que va de 2014, con la consiguiente pérdida de recursos humanos”; y se pregunta “dónde se situaría hoy nuestro nivel de paro si tantísimas personas no se hubieran visto obligadas a abandonar la región en los dos últimos años”.