El Gobierno regional ve “compatible” ampliar granjas porcinas con el turismo rural

Todavía se está ultimando el decreto mediante el cual el Gobierno de Castilla-La Mancha establecerá la obligación de que las instalaciones de macrogranjas de cerdos se realicen a más de dos kilómetros de zonas pobladas. Así lo ha detallado el consejero de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural, Francisco Martínez Arroyo, con motivo de las sucesivas ampliaciones de este tipo de instalaciones que están recibiendo visto bueno ambiental en la región en las últimas semanas.

Según ha dicho el consejero, a nivel nacional esta distancia es de un kilómetro y el Ejecutivo castellano-manchego ha querido ir más allá para garantizar el bien común de promotores y ciudadanos. En este sentido, ha avanzado que el decreto por el que se instaurará esta distancia mínima se aprobará en los próximos tres meses y servirá para dar garantías tanto a los ciudadanos como a los promotores, para que la actividad del porcino “sea rentable”.

También ha recordado que son los ayuntamientos los que tienen entre sus competencias la posibilidad de impedir la construcción de este tipo de granjas, si bien es necesario, ha dicho, realizar un análisis exhaustivo de todos los indicadores. Por parte de la Junta, considera el consejero que ya se va a dar un paso importante ampliando la distancia respecto a las zonas de población.

Preguntado por si este tipo de explotaciones son compatibles con el modelo de turismo rural que Castilla-La Mancha defiende, Martínez Arroyo ha reconocido que los turistas buscan “otro modelo”, pero ha destacado la necesidad de que todo sea compatible. “Es posible tener un turismo de interior, rural, de enología, y al mismo tiempo mantener un tejido productivo en el territorio”, ha concluido.