Son 1.000 empresas y entidades con más de 175.000 socios que dan empleo a más de 21.500 trabajadores de los que 3.500 son personas con discapacidad y su facturación agrupada supera los 2.716 millones de euros.
Son los avales que la recién creada Confederación de Economía Social de Castilla-La Mancha presenta ante la sociedad regional que quiere visibilizar y aprovechar para convertirse en “motor de la recuperación” post pandemia.
La iniciativa llevaba ya tiempo sobre la mesa y ha eclosionado en este 2020, coincidiendo con el hecho de que Toledo ostente, durante este año, la capitalidad Europea de la Economía Social. “Somos de las pocas regiones que no tenemos una organización representativa y transversal de toda la Economía Social”, ha explicado el presidente del colectivo, Juan Miguel del Real.
La irrupción de la crisis sanitaria ha ralentizado los tiempos, pero antes de que termine el año el colectivo espera presentarse formalmente en sociedad e incluso está previsto que la Confederación Empresarial Española de la Economía Social (CEPES) celebre su Junta Directiva en Toledo a la que se incorporará la entidad castellanomanchega.
Los objetivos de la Confederación de Economía Social de Castilla-La Mancha pasan por defender y promover los intereses de este colectivo emprendedor que, además, aspira a formar parte de las mesas de interlocución económica y política en la región.
Les avala, apunta Juan Miguel del Real, “el peso de la economía social en la región” y que la ciudadanía todavía conoce poco. “Ahora la sociedad valora mucho el compromiso social, la sostenibilidad económica y ambiental. Esos son nuestros valores. Nos han acompañado siempre y no todos lo saben”.
Cooperativas agroalimentarias, cooperativas de trabajo asociado, de enseñanza, cooperativas de consumo, empresas de inserción, centros especiales de empleo, las propias cajas rurales, la Red de Economía Alternativa y Solidaria de Castilla-La Mancha (REAS), instituciones como la ONCE… Todas ellas entran dentro del amplio concepto conocido como Economía Social.
Pero de momento, no todas forman parte de la recién creada confederación regional. “Es una organización abierta. Ahora mismo hay seis miembros, como promotores, y nos falta por incorporar por ejemplo a las cooperativas de consumo, el cooperativismo de crédito…Vamos a ir sumando”.
Los impulsores de la iniciativa han sido las Cooperativas Agro-alimentarias Castilla-La Mancha, la Asociación de Centros Especiales de Empleo de Iniciativa Social de Castilla-La Mancha (FEACEM CLM), el Grupo Social ONCE, la Unión de Cooperativas de Enseñanza de Castilla-La Mancha (UCEC-M), la Asociación de Empresas de Inserción de Castilla-La Mancha (ASEIRCAM) y las Cooperativas de Trabajo Asociado por medio de la Cooperativa Impulso Cooperativo. El 25 de noviembre celebraron la Asamblea General Constituyente.
Su primera Junta Directiva estará presidida por Juan Miguel del Real, en representación de Cooperativas Agro-alimentaria, José Martínez, en representación de la ONCE como vicepresidente, Pedro Jesús Sáez, en representación de FEACEM CLM como secretario y como tesorero Rafael López, en representación de ASEIRCAM, junto a las otras siete vocalías de las que dispondrá en el futuro.
Toledo, Capital Europea de la Economía Social 2020
Este año, Toledo ostenta la Capitalidad Europea de la Economía Social. Es “una oportunidad muy importante para conseguir el objetivo de visibilizar este tipo de economía. La pena ha sido que hayamos tenido un año como este. Había muchos actos programados que requerían presencialidad para lucir y ha quedado eclipsado”, lamenta Del Real.
Este mismo viernes, la ciudad acoge las jornadas europeas 'La economía social para una recuperación inclusiva, sostenible y justa' en las que ha participado la ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz.
Ante este foro y también en el ámbito regional la Confederación de Economía Social de Castilla-La Mancha defiende la necesidad de avanzar en una estrategia para la región. La consejera de Economía, Empresas y Empleo, Patricia Franco, ya anunció la intención de su departamento de ponerla en marcha.
El mensaje para el nuevo rector de la UCLM: "La Economía Social es poco conocida en los institutos o la universidad. Está bien estudiar la empresa tradicional pero hay otras formas de hacer empresa. No debe haber primera y segunda división"
“Es importante que haya una hoja de ruta pactada con el sector de la Economía Social y que se alineen esfuerzos y recursos”. Y en este sentido esperan tanto “apoyo económico” como participar en los foros de decisión regional. “Venimos a sumar, no a desplazar a nadie, pero queremos tener presencia en las mesas de diálogo social para aportar nuestra forma de hacer de forma transversal”, ha aclarado.
En este sentido, en la entrevista mantenida con elDiarioclm.es ha aprovechado para felicitar al nuevo rector de la UCLM, Julián Garde, y fijar también posición. “Uno de los retos de la Economía Social está relacionado con la Educación. Es poco conocida cuando se enseña en los institutos o en la universidad. Está bien estudiar la empresa tradicional, las sociedades mercantiles, las sociedades anónimas...Son muy importantes pero hay otras formas de hacer empresa. No debe haber primera y segunda división en cuanto a modelos”
La Economía Social y “resiliencia” ante las crisis económicas
Juan Miguel del Real recuerda cómo durante la crisis de 2008 las empresas de Economía Social lograron sortear mejor que otras la debacle económica. “El cooperativismo y el resto de entidades tuvimos un menor índice de mortalidad empresarial e incluso tasas positivas de creación de empleo, todo lo contrario a lo que ocurría en otras empresas”.
Lo achaca a la “capacidad de autogestión que nos permite ser muy flexibles. Somos entidades muy resilientes, capaces de adaptarnos rápidamente al cambio”. Sin embargo, las consecuencias económicas que pueda tener la pandemia también está en el punto de mira del sector. “Tenemos mimbres que nos permiten sumar resistencias pero cuando las hay, las crisis afectan a todos”.
Además, esperan ser partícipes de los proyectos que puedan desarrollarse gracias a las ayudas europeas del Plan de Recuperación post COVID, los conocidos como fondos Next Generation. “Nuestro arraigo en el territorio y por la prevalencia de las personas sobre el capital social podemos ser un motor muy importante para el desarrollo de esos proyectos tractores que pretenden cambiar las cosas porque son estructurales”.
En este sentido recuerda que “no hay que hablar solo de emprendimiento individual porque el colectivo, el que se realiza a través de empresas de economía social es mucho más potente y multiplicador a la hora de movilizar recursos y dotar de servicios al medio rural”.
En particular se refiere a la necesaria “digitalización” necesaria en varios sectores, como el agroalimentario. “Será un eje en el que todos vamos a participar porque la pandemia nos ha enseñado que ya no es futuro, es presente”.
Juan Miguel del Real cree que la Economía Social es, además, “una de las palancas más importantes” para luchar contra la despoblación. Y es que, recuerda, “la presencia en el territorio y la no deslocalización” forman parte de esta filosofía empresarial. “Allí donde nos asentamos estamos con las personas, normalmente no nos marchamos si las cosas van mal y los beneficios se quedan en el territorio. Aquí no hay fondos de inversión. Lo que se genera aquí, poco o mucho, se queda aquí”.