Espacio de divulgación científica y tecnológica patrocinado por la Universidad de Alcalá (UAH), con el objetivo de acercar el conocimiento y la investigación a la ciudadanía y generar cultura de ciencia
Identificados más de 60 nuevos puntos de neumáticos abandonados en el litoral español, un tercio en espacios protegidos
El próximo 3 de octubre finaliza de forma oficial el proyecto NeumaticOUT sobre investigación y reutilización de neumáticos fuera de uso (NFU) que lleva a cabo la Universidad de Alcalá (UAH) con la colaboración de la Fundación Biodiversidad, del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, a través del Programa Pleamar, cofinanciado por el Fondo Europeo Marítimo y de Pesca.
También ha participado alumnado voluntario y técnicos de la Universidad, en acciones de limpieza junto con expertos en buceo. Esta iniciativa ha conseguido identificar 61 nuevos puntos de neumáticos abandonados en el litoral español, 21 de ellos en áreas de la Red Natura 2000, es decir, en espacios protegidos. Se han recogido un total de 750 kilos de neumáticos y casi un millar de objetos entre microplásticos, mascarillas y toallitas, entre otros.
La Facultad de Ciencias Económicas, Empresariales y Turismo de la UAH ha acogido la jornada de presentación de resultados de este proyecto, que inauguraron el decano, Luis Felipe Rivera, acompañado de Susana Montejo, representante de la Fundación Biodiversidad, y Héctor del Castillo, profesor titular de la UAH y director del proyecto.
Del Castillo detalla a elDiarioclm.es que esta iniciativa se ha orientado a conocer mejor la situación del abandono de neumáticos fuera de uso a lo largo de todo el litoral. Por una parte, mediante un panel de expertos dedicados a la investigación, entidades de gestión de residuos, observatorios y profesionales del sector. Y por otro lado, se ha realizado un cuestionario para intentar que gente que vive de la pesca, de las lonjas o del buceo también expresara su opinión sobre el tema. “Hemos querido contrastar la visión de expertos con las vivencias y experiencias de lo que están en contacto con el mar”.
La localización de 61 puntos nuevos de acumulación de neumáticos ofrece una visión “muy relevante” con la que poder trasladar a las autoridades y a las entidades de gestión de residuos la importancia de esta cuestión. “Hay que profundizar en las causas de cómo han llegado hasta allí y para eso es importante seguir estudiando esta cuestión también en el interior de la península”, precisa.
Otro bloque significativo ha sido el estudio realizado en laboratorio para ver potenciales usos de los residuos. “Para poder hacer esa valorización de nuevos materiales, hay que entender algunas particularidades como las causas y el origen del abandono de neumáticos: que se gestionen de manera ilegal o que estén depositados fuera de normativa. Dependiendo de ello pueden tener unas posibilidades u otras de revalorización”, detalla el profesor.
Los resultados parten del hecho de que el neumático está compuesto de muchas capas, de muchos materiales diferentes, y eso también se degrada de distinta manera. Por ejemplo, el uso principal que se ha descubierto estaría destinado a materiales de construcción pero con solo unos componentes determinados del residuo.
Partiendo de ahí, la valorización ha tenido resultados “muy buenos” y el equipo ha trabajado con dos materiales: el caucho, por un lado, y la fibra textil que recubre la parte de dentro del neumático, por otro. Se han podido utilizar como componente en prefabricados de escayola y también para morteros de albañilería. En ambos casos, el uso del material ha permitido mejorar parte de las prestaciones originales. En el caso de la escayola, ha mejorado la insonorización de las construcciones, y en los morteros, reduce la absorción de agua, con lo que “puede trabajarse durante más tiempo sin que se endurezca y reduce el consumo hídrico”.
Ese tipo de usos, dentro de “los muchos que se pueden hacer para reciclar”, van acompañados en el estudio de un “buen pronóstico” para llevarlos a la práctica. “Ahora debemos completar el estudio y buscar una garantía de validez para dirigirlo a la industria y a la comunidad científica”.
“Hay que tener en cuenta que hasta ahora los usos más habituales de los residuos de neumáticos eran en los rollos de césped artificial y las placas de caucho para parques infantiles. Y aunque la parte que se utiliza para ello no está catalogada como tóxica, es posible que en el futuro sí que se incluya en los listados de la UE y se recomiende no continuar con estas aplicaciones”.
Héctor del Castillo manifiesta el deseo del equipo de continuar con el proyecto. “Aunque el proyecto se cierra oficialmente, tenemos mucho material a nivel de investigación y queremos seguir trabajando”. Por ello volverán a optar a la siguiente convocatoria del mismo fondo para “un proyecto más largo con el que dar continuidad a todo el trabajo de los voluntarios y todo lo conseguido hasta ahora”.
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