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Peter Handke: un Nobel entre la genialidad de los “grandes escritores” y la polémica por Serbia
El vínculo de Peter Handke, reciente Premio Nobel de Literatura, con España va mucho más allá de algunas de sus obras. Es también de carácter académico. En 2017 fue nombrado Doctor Honoris Causa por la Universidad de Alcalá (UAH). Su padrino fue el profesor titular de Lengua y Literatura Alemanas de esta institución, Georg Pichler, con quien hemos hablado de la trayectoria del novelista austriaco, cuyo galardón se encuentra en medio de una polémica por su posición en torno al conflicto de la antigua Yugoslavia. El profesor Pichler también opina sobre esta cuestión: “Llamarle defensor de genocidas demuestra que no lo han leído, o, en el mejor de los casos, que no le han perdonado su desliz político”.
Desde el punto de vista literario, considera este experto que con este premio “se ha hecho justicia”. Afirma que Handke es probablemente el escritor en lengua alemana vivo más importante“ incluso de la literatura mundial. ”Quizás sea unos de los últimos grandes escritores“, agrega, una ”especie en extinción que pertenece a otra época“, aquella en la que ”la literatura era una forma de intentar comprender el mundo y no estaba tan subyugada a la industria editorial“.
Para Pichler, Handke ha sido constante en seguir su particular proyecto literario, desarrollando “una escritura muy propia que ha evolucionado enormemente a lo largo de los años”. Pone como ejemplo el hecho de que sus textos de hoy poco tengan que ver con los que escribió siendo joven, “y aún así hay una continuidad en él”. Dicho esto, sí considera que más allá del ámbito literario, su figura resulta “más controvertida”, sobre todo por su posicionamiento en la Guerra de los Balcanes.
Cuando recibió el Honoris Causa de la UAH, Geog Pichler destacó de la literatura de Handke la “unidad de vida y escritura”. “Cuenta historias que parten de su propia vida, de sus propias experiencias, y las convierte en literatura gracias a su mirada, a su capacidad de captar los detalles que le rodean, detalles que transforma en relatos que juegan con lo real y lo irreal”, reseña. Lo considera así “un narrador de cuentos fantásticos o fantasiosos anclados en el mundo que le rodea”; al tiempo que destaca lo que denomina “su fascinación por la periferia”, es decir, por “las cosas inexploradas que te encuentras en aquellos lugares, en el umbral entre la naturaleza y la civilización”.
“Un genio de la autopropaganda”
Un dato curioso que aporta el profesor es que el nuevo Premio Nobel es “un genio de la autopropaganda”, como demuestra su entrada en el mundo literario. Cuenta que en la reunión del 1966 del llamado 'Grupo del 470, entonces el parnaso de la literatura alemana, se levantó, “con su aspecto de adolescente tímido y balbuceante”, y criticó la “impotencia descriptiva” de la literatura actual. Fue dicho y hecho, porque esa suerte de ‘performance’ y una obra de teatro titulada ‘Insultos al público’ le catapultaron a la fama.
Por ello no puede incluirle en ninguna corriente literaria. Peter Handke ha escrito literatura que puede considerarse política porque no se adhiere al discurso oficial, pero “le horrorizaría” que le llamaran escritor político. Pichler pone otro ejemplo: en pleno auge de la literatura combativa de los años de la revuelta estudiantil, Handke se declaró “habitante de la torre de marfil”, o sea, apolítico, pero a la vez escribió ‘Desgracia impeorable’, un texto muy duro sobre las razones que llevaron a su madre a suicidarse y en el que analiza el malestar de la sociedad de aquella época “mucho mejor que otros libros de autores más reivindicativos”. “Y lo hace porque analiza el sistema a partir de las personas, no desde proclamas ideológicas”.
¿Y la polémica por su posicionamiento político en la Guerra de los Balcanes? “Era de esperar”, subraya Georg Pichler. Explica que durante años se decía que esta circunstancia le iba a costar el premio Nobel, y de hecho, la decisión de la Academia Sueca “ha sido una sorpresa”. Pero también añade que los que le critican no han leído los textos que ha dedicado a aquella guerra, “o no han querido comprender lo que Handke quería decir”, aunque reconoce que es un tema “espinoso”.
Detalla así que la familia materna de Handke es de origen esloveno, y que en la región austriaca de Carintia, de donde es originario, hay una importante minoría eslovena. Eso explica su íntima relación con la extinta Yugoslavia, como refleja en su novela ‘La repetición’. Cuando estalló la guerra, con una implicación de los poderes occidentales que “hasta hoy no está nada clara”, casi todos los medios empezaron a difundir “una versión totalmente unilateral del conflicto que convirtió a Serbia en el gran agresor, y a los otros países en víctimas”.
“Handke se opuso a esta versión”. El libro que publicó en 1996, ‘Un viaje de invierno a los ríos Danubio, Save, Morava y Drina’, lleva como subtítulo 'Justicia para Serbia' y es, en primer lugar, “una crítica muy virulenta a los medios de comunicación y a su absoluta falta de objetividad en este asunto”. Ante la reacción de los mismos medios que había criticado, el profesor de la UAH cree que el escritor austriaco “se enrocó en una posición que se interpretó como una férrea defensa de Serbia cuando en el fondo quería llamar la atención sobre el hecho de que la realidad era más compleja, más diversa, más difícil de interpretar que la verdad oficiosa”.
De ahí que cometiera “el grave error de dejarse homenajear por los gobernantes serbios y de retratar como un personaje trágico a un criminal de guerra como MiloševiÄ”, en cuyo entierro dijo “unas palabras desafortunadas y poco conexas”. “Otra vez mezcló literatura con política, algo que puede salir muy mal”. Handke ha escrito unos cuantos textos sobre este tema que, según Georg Pichler, pocos leyeron y “se quedaron con la cantinela del amigo de los genocidas”. Lo lamenta porque este tema desvía la atención de su literatura, y afirma que llamarle “defensor de genocidas” demuestra que “no lo saben, que no lo han leído, o, en el mejor de los casos, que no le han perdonado su desliz político”.
Por último, el profesor de Literatura Alemana hace una especial mención a la relación del novelista con España, que descubrió al final de sus años de viajes. Le fascinaron tanto sus espacios vacíos y sus paisajes áridos que se convirtió en uno de los escritores en lengua alemana que más páginas han dedicado a este país. En 1989 pasó la Semana Santa en Linares y las navidades en Soria, como cuenta en dos de sus ‘Ensayos’, en el ‘Ensayo sobre el cansancio’ y el ’Ensayo sobre el jukebox’. Descubre lugares alejados de los centros sociales o turísticos, acercándose a autores como a Antonio Machado después de ver la tumba de Leonor Izquierdo, la que fuera su esposa y musa.
A raíz de estas experiencias empezó a viajar por España, sobre todo por la meseta y la Sierra de Gredos, y plasmó esos viajes en varias novelas. Descubre autores como Santa Teresa, San Juan de la Cruz, Miguel de Cervantes y María Zambrano, entre otros muchos. Tanto es así, que para homenajear a estos autores escribió el texto que leyó en la ceremonia del Doctor Honoris Causa de la Universidad de Alcalá en español. Fue su primer texto en este idioma. “Poco antes de la ceremonia me comentó que había tardado cuatro días en redactar el breve discurso y que era el texto que más le había costado escribir en toda su vida”, concluye.
El vínculo de Peter Handke, reciente Premio Nobel de Literatura, con España va mucho más allá de algunas de sus obras. Es también de carácter académico. En 2017 fue nombrado Doctor Honoris Causa por la Universidad de Alcalá (UAH). Su padrino fue el profesor titular de Lengua y Literatura Alemanas de esta institución, Georg Pichler, con quien hemos hablado de la trayectoria del novelista austriaco, cuyo galardón se encuentra en medio de una polémica por su posición en torno al conflicto de la antigua Yugoslavia. El profesor Pichler también opina sobre esta cuestión: “Llamarle defensor de genocidas demuestra que no lo han leído, o, en el mejor de los casos, que no le han perdonado su desliz político”.
Desde el punto de vista literario, considera este experto que con este premio “se ha hecho justicia”. Afirma que Handke es probablemente el escritor en lengua alemana vivo más importante“ incluso de la literatura mundial. ”Quizás sea unos de los últimos grandes escritores“, agrega, una ”especie en extinción que pertenece a otra época“, aquella en la que ”la literatura era una forma de intentar comprender el mundo y no estaba tan subyugada a la industria editorial“.