El Partido Animalista-PACMA ha denunciado que la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, a través de su Dirección Provincial en Toledo, autoriza el uso de lazos para la captura y posterior sacrificio con arma de fuego en cotos de caza mediante “disparo en la cabeza” de perros y gatos domésticos asilvestrados que, aclaran, “en la práctica se trata de animales abandonados o que viven en la calle”.
Así reza el documento que obra en poder del Partido Animalista-PACMA, según el cual la Dirección Provincial de Agricultura en Toledo permite el uso de aproximadamente 150 lazos al titular de un coto de caza de Castilla-La Mancha. Algo que esta organización considera “absolutamente inadmisible”.
Denuncian “que cualquier animal pueda ser atrapado con un lazo y, después de padecer el dolor y el estrés que supone esta situación durante un tiempo indeterminado, se acabe con su vida mediante un tiro en la cabeza, método cruel, injusto y anacrónico”.
Este procedimiento, aprobado por la Administración castellano-manchega, tiene como finalidad “el control de poblaciones de zorros, perros y gatos asilvestrados”, método que, en su opinión, “además de inmoral, es legalmente cuestionable puesto que en la práctica se trata de animales que viven en la calle o han sido abandonados”.
En su opinión, cualquier perro podría caer en uno de los lazos durante un paseo por el campo o un gato extraviado acabar en él. “Una vez atrapado, el responsable de los lazos le dispararía en la cabeza sin piedad, ni verificar, previamente, si hay alguien buscándolo, está perdido y es o no asilvestrado”.
Por otra parte, la autorización indica que “los lazos, y alares en su caso, se situarán en las cercanías de pistas, caminos y sendas”. Algo que, desde su punto de vista, demuestra el interés de la Junta “por primar los privilegios de cazadores por encima de los ciudadanos que quieren disfrutar libremente del campo, poniendo en riesgo incluso la seguridad de ciclistas, montañistas y, especialmente, de los animales”.
PACMA pide poner fin a la práctica de la caza porque “provoca el exterminio de millones de animales cada año y la dispersión de 6.000 toneladas de plomo al medio ambiente, sin olvidar los desgraciados accidentes en que se ven involucradas personas que disfrutan del campo”.