El Centro de Interpretación del Agua y los Humedales Manchegos de Daimiel (Ciudad Real) se puso en marcha en junio de 1996, cuando el país vivía una de las más severas sequías de su historia que afectó a numerosos pueblos de la geografía nacional, incluidos los de la cabecera del Tajo, donde nace el polémico trasvase al Segura.
“Era una situación extrema” recuerda Alejandro del Moral, director de este centro interpretación del agua situado a las puertas del Parque Nacional de las Tablas de Daimiel y que nació como un proyecto municipal “para contar cuál es el valor del agua, no sólo para la vida sino para la economía y apostando por la educación ambiental”.
Se quería concienciar a la población sobre el valor del líquido elemento, tan escaso como sobrexplotado en una de las zonas de acuíferos subterráneos más importantes de España. “Había sequía en todas partes pero aquí se hacía especialmente candente, con los Ojos del Guadiana secos y con el propio río sin agua y ardiendo. Las Tablas estaban en un estado deplorable”.
Hoy el centro dispone de una exposición permanente, sala de proyecciones y conferencias y cuenta con una biblioteca especializada en temas de agua. Entre sus muros, durante todos estos años, han circulado historias como la del grave problema del abuso de los recursos acuáticos de la zona que no siempre han sido bien entendidas.
“Siempre se ha querido secar los humedales”
“Siempre se ha querido secar los humedales”Del Moral recuerda como a finales de los años 60 se puso en marcha el proyecto de canalización de los ríos manchegos porque “se consideraba que las aguas que ocupaban eran tierras perdidas para la agricultura y también insalubres. Siempre había existido la pretensión de secar los humedales manchegos y ganarlos para la agricultura”.
En aquel entonces la extensión de las Tablas superaba las 25.000 hectáreas pero hoy son poco mas de 2.000, las correspondientes a las Tablas de Daimiel. “Había tablas en Herencia, Villarta de San Juan, Arenas de San Juan, Villarrubia de los Ojos, en Alcázar…porque los ríos Záncara y Cigüela venían desbordando. Todo eso se canalizó y también el Guadiana”.
Las máquinas empezaron a trabajar hasta que llegó el momento de desecar las Tablas de Daimiel. Fue entonces cuando se inició un movimiento por la conservación del parque que fue declarado como protegido en 1973. “El ecosistema estuvo a punto de extinguirse” y del Moral lo achaca al “desconocimiento” sobre las aguas subterráneas de un río Guadiana “tan misterioso que hay que saber interpretarlo”.
Por otro lado, “la gente veía que el agua desaparecía pero no se enfrentaban a la causa principal que era que se estaba transformando La Mancha. Se había pasado de 30.000 hectáreas a 130.000 hectáreas de regadío”.
Dar a conocer el problema fue para los responsables del centro “el principio para empezar a resolverlo”, pero 20 años después la conclusión es que “sí, el centro cumple su función de concienciación pero luego eso no va acompañado de medidas reales efectivas y prácticas” y achaca parte de la culpa a la política agraria europea y al hecho de que la tipología agrícola esté condicionada. “Si lo que te priman desde la Unión Europea es que siembres maíz, lo haces porque es lo que te va a dar dinero y no sirve de nada la concienciación ambiental”.
“Llegará un momento que no se pueda trasvasar”
“Llegará un momento que no se pueda trasvasar”Las masas de agua en La Mancha estuvieron a punto de agotarse tras haber permanecido casi intactas en el subsuelo durante miles de años. Las lluvias de 2010 y 2011 que desbordaron los ríos lo impidieron pero Alejandro del Moral se muestra convencido de que lograr un desarrollo de la región sostenible en el tiempo pasa por poner un “límite” que no es otro que “el de los recursos disponibles”.
“Si tienes para 100 hectáreas pero quieres regar 150 siempre habrá una guerra. Pedirás que te traigan el agua de fuera y estarás siempre demandando un recurso que no sobra en ningún lado. Eso de que el agua sobre en algunas cuencas… ¡Que se lo pregunten a los del Tajo! ¿Qué pasa? ¿Es que en el Tajo no hay sequía? Llegará un momento en que no pueda trasvasar más agua”
Del Moral cree que un territorio “no se puede depender del agua que venga de fuera” y apuesta por regadíos “con sentido común”. Y es que el análisis de riesgos realizado para comprobar el buen estado de salud de ríos y acuíferos que exige la Directiva Marco del Agua puso de manifiesto que “hay el triple de concesiones de extracción de agua que capacidad de recarga del acuífero, lo que se consideran sus recursos renovables. Así no vamos a ningún lado pero lo cierto es que no hay nadie que le ponga el cascabel al gato”.
Lamenta que “cuando se dice hay que limitar el regadío… ¡Para qué queremos más! Pero es que la realidad es la que es y a mucha gente no le sienta bien que lo contemos desde el centro porque sienten atacados sus intereses”.
“Siempre hay alguien que dice que esto es un invento de los ecologistas” pero el director del centro pone un único ejemplo. “Solo hay que ver cómo está el Guadiana, al río lo siguen arando, está cultivado en unos diez kilómetros de los 14 que discurren entre las Tablas de Daimiel y los Ojos de Guadiana”.
“Lo peor de estos 20 años es que se haya cuestionado la labor del centro”
“Lo peor de estos 20 años es que se haya cuestionado la labor del centro”Alejandro del Moral reconoce que durante todo este tiempo lo mejor fue “toda la gente que ha pasado por aquí”. Fueron más de 130.000 visitantes. “Lo peor es que haya habido etapas en las que se cuestionara la labor del centro”.
En sus orígenes recibió el apoyo de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha pero, lamenta, “eso terminó y el centro se resiente, entre otras cosas porque habría que renovar los recursos, las maquetas…”
Ahora esperan que este año de aniversario sea el del “relanzamiento” y que los apoyos económicos ajenos a los municipales vuelvan porque “esto es un lujo para el ayuntamiento”. Será en junio cuando se inicien las actividades conmemorativas en un programa aún en proceso de elaboración.