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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

¿Y si esta sequía no ha hecho más que comenzar?

No cabe duda que estamos dentro de una gran sequía. Por consenso parece que se ha aceptado que estamos dentro de la peor sequía de los últimos 22 años, pero es difícil establecer un principio y un fin de una sequía que podría ser estructural más que coyuntural.

Desde hace unos años venimos arrastrando déficits de precipitaciones, y con todo y con eso, picos de grandes precipitaciones, como el mes de marzo de 2013, el más húmedo registrado. Esta primera semana de diciembre tenemos los embalses de España a una media del 34,46%, pero la media de Castilla-La Mancha nos da un dato muy preocupante, ya que están al 17,85%. Por provincias las cifras ponen los pelos de punta: Guadalajara 11,91%; Cuenca 28,4%; Toledo 37,25%; Ciudad Real 25,69% y Albacete 7,84%.

La situación es dramática en algunas regiones que todos hemos conocido siempre húmedas, como Galicia, donde algunas zonas han entrado en alerta, pero es que, si nos venimos a nuestra región, no sólo se aprecian los impactos en las poblaciones que ya tienen restricciones, sino que se observan en aspectos muy preocupantes. Este puente de Diciembre decidí irme a pasar unos días al Parque Natural de la Serranía Conquense, uno de los paisajes más maravillosos que podamos imaginar, con bosques mediterráneos, fauna salvaje, hoces imponentes y multitud de arroyos y nacimientos de ríos, pero este año la imagen está siendo muy distinta.

El Arroyo de las Truchas está completamente seco, el río Escabas lleva un caudal tan bajo que ya se ha congelado en algunos puntos, los suelos están amarillos con hierbas y pastos secos, pero es que la “procesionaria”, la temida oruga, está desde hace semanas arrasando los pinares, más marrones que verdes, y es que salieron hace unos días de sus bolsones empujadas por las agradables temperaturas, cuando deberían haber estado escondidas, eso sí, las temperaturas que han caído ya estos días hasta los -15ºC están acabando con ellas. Estos daños deberían hacer ver todavía de forma más clara, y sobre todo, creando conciencia, que la sequía nos va a costar mucho más de lo que aparenta, pero es que como sigamos metiéndonos en los escenarios de futuro del cambio climático, podríamos enfrentarnos a sequías aún más virulentas.

Es ahí donde debemos empezar a pensar. Nuestro clima mediterráneo padece sequías de forma cíclica, son fenómenos normales y recurrentes, pero en los próximos años podrían ser más intensos, y lo que es peor, más recurrentes, es decir, ocurrir cada menos tiempo. Ya no sólo debemos imaginar años venideros en los que lloverá menos, también meses de más calor y mayor demanda de agua.

Aunque vendrán lluvias para comienzos de la semana que viene, y esperamos que vayan llegando más borrascas a medida que avance diciembre, lo más probable es que el invierno no llene los embalses, porque meses como enero son poco lluviosos. Hay una probabilidad que debemos contemplar, y es que las precipitaciones sigan siendo bajas en invierno, y como la primavera de 2018 no sea húmeda, podríamos enfrentarnos en 2018 a la peor sequía que hayamos conocido todos los que a día de hoy estamos en vida, ¿qué haremos entonces?

Quizá lo más responsable por parte de todos sea ahorrar agua. No ahora porque estemos en sequía, sino siempre. Sólo con el compromiso de todos y cada uno de nosotros podremos hacer que las sequías, sean menos sequías. Y por mi parte, como no podía ser de otro modo, les aseguro que estoy deseando poner el símbolo de la lluvia cada fin de semana en el espacio de El Tiempo de Castilla-La Mancha Media.

No cabe duda que estamos dentro de una gran sequía. Por consenso parece que se ha aceptado que estamos dentro de la peor sequía de los últimos 22 años, pero es difícil establecer un principio y un fin de una sequía que podría ser estructural más que coyuntural.

Desde hace unos años venimos arrastrando déficits de precipitaciones, y con todo y con eso, picos de grandes precipitaciones, como el mes de marzo de 2013, el más húmedo registrado. Esta primera semana de diciembre tenemos los embalses de España a una media del 34,46%, pero la media de Castilla-La Mancha nos da un dato muy preocupante, ya que están al 17,85%. Por provincias las cifras ponen los pelos de punta: Guadalajara 11,91%; Cuenca 28,4%; Toledo 37,25%; Ciudad Real 25,69% y Albacete 7,84%.