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El esfuerzo de una región por dignificar las fosas comunes: un ejercicio de memoria, respeto y consuelo para las familias

“Estas personas merecen su reconocimiento y nuestra compasión. Me parece lo más lógico y lo más humano”. Así habla el profesor de Historia Contemporánea de la UCLM, Damián González, que es miembro del proyecto Víctimas de la Dictadura en relación a la iniciativas que actualmente pelean por toda la región para poder ofrecer una dignificación a los centenares de personas que se encuentran todavía sin identificar en fosas comunes de toda Castilla-La Mancha. “En todos los cementerios se puede encontrar una”, asegura González.

De los dos millones de euros que se destinarán a Memoria Democrática, unos 90.000 llegarán a Castilla-La Mancha. Este importe, muy bajo señala González, se utilizará para distintas acciones de exhumación y reconocimiento de personas enterradas en fosas comunes. Además, se realizará también un Mapa Regional de Fosas, un documento que hasta ahora no existe. Desde la Junta de Comunidades han afirmado a esta redacción que ya se trabaja en este mapa y que la tarea podría llevarse a cabo en colaboración con la Universidad de Castilla-La Mancha.

Son pasos adelante, reconoce González, que hace una valoración “muy positiva”, y recuerda que proyectos como el suyo, o como ha pasado con otros como 'Mapas de Memoria', han debido trabajar en muchos casos sin financiación. En el tiempo libre. Es lo que ocurre también con diversas asociaciones memorialistas, como La Gavilla Verde, que lleva años luchando por identificar los restos de decenas de soldados del Frente de Teruel que se encuentran enterrados en la localidad de Pajaroncillo, en Cuenca. Es uno de los proyectos que contará con subvención del Estado este año: un total de 14.000 euros para comenzar a identificar quienes están ahí enterrados.

Este año, el Gobierno de España decidió incluir dicha fosa en el registro oficial con el que cuenta el Ejecutivo. “Nos costó, pero lo logramos”, recalcaban desde la asociación. Los familiares celebraban la inclusión de la misma en un archivo oficial, pero lamentaban también el “abandono” que sentían por parte de los políticos. De este modo, la de Pajaroncillo se convertía en la número 146 reconocida por el Estado, de las cuales sólo seis han sido exhumadas totalmente y dignificadas: la del cementerio de Alcaraz, tres en el cementerio de Almansa, otra en el paraje El Contadero en Chillón (Ciudad Real) y la de Menasalbas, en Toledo.

Fosas “desaparecidas”

Según el registro del Gobierno de España hay otras siete fosas, reconocidas oficialmente, que han “desaparecido”. Una de ellas en el cementerio de Albacete, otras en el cementerio de Villarrobledo y también la de los Barreros en la localidad albaceteña. Lo mismo ha ocurrido en las fosas del cementerio de Cuenca y Tarancón, así como la del Arenal, en Carpio de Tajo (Toledo) y la que se encontraba bajo las aguas del pantano de Navalcán, también en Toledo. Por otra parte, son más de 61 las fosas reconocidas, pero que no han sido intervenidas. Se encuentran, literalmente, en el olvido.

Pero otras ni siquiera están reconocidas en el registro oficial del Estado español. Es el caso de la fosa común en Almagro, que según las investigaciones del proyecto provincial 'Mapas de Memoria' llegó a acoger los cuerpos de hasta 70 personas, asesinadas “en su mayoría” entre los meses de mayo de 1939 y junio de 1940. La apertura de la fosa, según las investigaciones de este proyecto, se hizo el 6 de mayo de 1939, con los fusilamientos de los vecinos de la localidad, Bonifacio Martín y Modesto Morcillo. Muchas de las víctimas que se enterraron en la fosa acabaron en un anexo que se conoce como cementerio civil.

Una de las subvenciones concedidas por el Gobierno de España para la dignificación de fosas ha llegado precisamente a esta, de la mano de un grupo de investigación de la Universidad Complutense de Madrid, apoyados por el equipo de 'Mapas de Memoria', de la UNED. El grupo de investigadores en Ciudad Real señalan que los diferentes enterramientos realizados en la zona sacra del camposanto son “son prácticamente imposibles de localizar” ya que fueron removidos por la construcción de nuevas sepulturas. Para el proyecto 'Recuperación de víctimas del franquismo en Almagro: Investigación y localización de la fosa, exhumación, estudio antropológico y análisis genético' se ha concedido una subvención de 28.000 euros, aunque lo solicitado llegaba casi a los 30.000 euros.

“No existía nada desde que entró el PP”

Damián González recuerda que “no existía nada desde que entró el Gobierno del PP”. Se refiere a financiación de la Ley de Memoria Histórica. “Presumían de que no se derogó, pero sí la desmantelaron en base a no proporcionar ningún tipo de financiación. Estaba todo desmantelado”. Ahora, se siente esperanzado por la Secretaría de Estado de la Memoria Democrático, a quien reconoce haber realizado con estas subvenciones un impulso. “No es decisivo, pero sí es una primera piedra en un camino que se inicia demasiado tarde”.

La de Almagro no es la única fosa de Ciudad Real que quiere ser exhumada y dignificada este año. También está la de Manzanares, que se hará en conjunto con la Asociación de Recuperación de la Memoria Histórica. Un grupo de familiares realiza año tras año un acto en recuerdo de las personas que están ahí enterradas, que calculan pueden llegar a ser unas 300. Con la colaboración de 'Mapas de Memoria' se quiere iniciar también la exhumación en los próximos meses, para que los homenajes “de lápida a lápida” puedan convertirse también en una realidad y las familias puedan enterrar a sus seres queridos. La información recabada por 'Mapas de Memoria' señala que serían 288 personas las enterradas en esta localidad, asesinadas entre 1939 y 1947. Vienen de distintas localidades de los alrededores, como Membrilla, La Solana, Valdepeñas, Campo de Criptana, Gerencia, Moral de Calatrava o incluso, Martos, en Jaén.

“Esto no se trata de abrir heridas, sino que es contribuir a sanarlas. Se trata de nietos o bisnietos que quieren enterrar dignamente a sus abuelos”, continúa González. El profesor señala que haría falta “muchísimo más dinero” y personal para poder realizar un censo realista con la situación, para conocer realmente cuántos represaliados han existido en Castilla-La Mancha, y en el resto de España. “Este tipo de reconocimiento es lo mínimo que podemos hacer como sociedad, para recordar a personas que no deberían haber muerto de esta manera. Todavía nos hace falta un censo de la dictadura, porque no sabemos con exactitud cuántas víctimas murieron en la cárcel o en otras situaciones. Las familias tienen derecho a recibir un pequeño auxilio del Estado”, concluye.