“Con opacidad, sin sometimiento a información pública y sin tener en cuenta las alegaciones”. Así es como el colectivo Stop Macrogranjas Pueblos Vivos ha arremetido contra el Ayuntamiento de la localidad conquense de Cañete por haber concedido el pasado 30 de octubre licencia de obra a una macrogranja porcina, “fuertemente contestada por los vecinos”, Afirma no haber tenido conocimiento de este documento hasta el pasado viernes y por ello ha encargado a un letrado la interposición de un recurso ante el Juzgado Contencioso-Administrativo de Cuenca.
Según apunta esta asociación, está “creciendo la indignación” vecinal por considerar que su ayuntamiento ha tomado “una decisión a sus espaldas”, aunque ahora, “organizados y con el apoyo de Stop Macrogranjas Pueblos Vivos, ”no se resignan y pretenden llegar a donde sea necesario para defender sus intereses y su futuro“.
También explica que la Plataforma y los vecinos no acaban de comprender el modo de proceder del los ediles de Cañete y las prisas de última hora, pues el procedimiento lleva en tramitación 10 meses, desde que el 8 de febrero, el promotor presentó la solicitud de licencia de obra para una macrogranja de 2.400 plazas de cerdos de cebo. Añade asimismo que los vecinos solo han podido conocer una pequeña parte del proyecto, a través de Stop Macrogranjas Pueblos Vivos, puesto que el ayuntamiento de Cañete, en estos 10 meses “no solo no ha realizado ningún acto informativo al respecto, sino que las trabas para acceder a la documentación han sido continuas”.
“La opacidad del Consistorio ha hecho que aumentara la preocupación entre los vecinos”, subraya la asociación, por lo que el pasado 3 de noviembre realizó un acto público en el que se explicó, ante más de 70 asistentes “muy preocupados”, en qué consisten estas macrogranjas y su problemática, para finalizar aportando datos sobre la exportación porcina proyectada en Cañete.
Un primer recurso administrativo
La Plataforma ya presentó, ante el inicio de las obras un recurso administrativo el pasado mes de agosto, solicitando su paralización, pero la respuesta fue que la macrogranja no tenía licencia de obra. “Sorprendentemente, tras una denuncia ante el SEPRONA, el Ayuntamiento se desdijo de su escrito anterior y manifestó que sí disponían de licencia de obras para el movimiento de tierras y el vallado”.
Apunta que “siguieron las trabas” para acceder a la información, puesto que al Ayuntamiento, en primera instancia, solo permitió la consulta del expediente en trámite de audiencia. Tras las quejas de la Plataforma, se entregó parte de la documentación solicitada, pero “con tres importantes omisiones”: el proyecto técnico de la macrogranja, el estudio de impacto ambiental y la relación de parcelas para verter los purines. Finalmente, en trámite de audiencia, se presentaron alegaciones el 30 de octubre, con el principal argumento de no haber podido consultar una parte fundamental de la documentación por lo que se pedía un nuevo plazo de audiencia.
“Sin embargo, la alcaldía resuelve conceder la licencia de obras el mismo 30 de octubre de una macrogranja (sin esperar a que terminase el plazo del trámite de audiencia) sin concesión de aguas ni un plan de gestión de purines, es decir, incumpliendo la declaración de impacto ambiental y sin someter el expediente a información pública”, concluye.