Félix Chacón: “Los poetas nos dedicamos a vender nuestro dolor”

Unos ocho años han pasado desde que Félix Chacón (Toledo, 1972) comenzó a idear lo que se convertiría en 'Material de derribo', su último libro de poesía que presentará este miércoles 9 de mayo en Toledo y el día 17 de este mes en la FNAC de Callao en Madrid. También lo llevará a su pueblo, Villafranca de los Caballeros. La idea nace después de su anterior libro de poesía, 'Decoración de interiores', que resultó una obra “vitalista”: “después sentí la necesidad de lo negativo”. 'Material de derribo' ha resultado como el camino a lo largo de una crisis del personaje que se esconde entre sus páginas. Que es y no es Félix Chacón. “Mantengo la distancia, que decidan los lectores”, asegura el autor.

“Tenía ganas de escribir un libro pesimista. Y terrible. Con lo peor que tenía dentro de mí”, explica el poeta. Resulta bastante coherente cuando se camina por los cerca de 50 poemas que se dividen en tres partes. “No sé qué significa / que tantas pesadillas / estén dentro de mí / Aún cuando estoy despierto”, reza el final de 'La interpretación de los sueños'. “Mis libros de poemas nacen de mi introspección. De alguna forma tengo necesidad de escribir todo eso en negativo”, explica Chacón, que además se alimentó de una serie de vivencias negativas que pasan a la par que comienza con el proyecto. Vivencias personales y profesionales, relacionadas con la vida de quien quiere prosperar en una carrera artística.

“Te das cuenta de que el mundo está podrido. Esos pensamientos negativos sirvieron de alimento para el libro”, recalca. De algún modo, la vida se volvió como era el libro. Y a la vez que todo parecía salir mal, el poeta toledano explica por qué existe un punto de inflexión, que es cuando es supera la crisis, cuando el narrador, el personaje principal, comienza a ver también la luz entre todo lo oscuro. Al acabar 'Material de derribo', explica, decide que es un trabajo literario sólido y por eso quiere luchar por una edición potente. Así llega a las manos de una editora de Espasa, pero no después de que pasaran dos años de espera. “Actualmente se puede publicar de tres maneras: la buena, la mala y la regular. A las malas es fácil publicar. Pero yo creía que había un buen trabajo literario después de tanto tiempo y luché por que tuviera una buena difusión”.

'Material de derribo' primero iba a ser 'Derribos', un libro “completamente oscuro”. “Era arremeter contra todo lo que no me gustaba, contra un mundo hostil, lleno de imbéciles, contra toda la mierda que veía. Pero luego vi que mi vida no era tan oscura, y nacen así otros poemas que finalmente también encajan en el libro”, relata. La idea es eso: la crisis, una crisis personal profunda, y también su superación, creando así un viaje para la voz poética, que finalmente acepta la realidad si bien con cierto desencanto. “El final es que sigues viviendo, pero también un poco por inercia”. A nivel formal, 'Material de derribo' se presenta como verso blanco, es decir, que tiene una métrica cuidada pero no con rima. No es verso libre, pero parece serlo, jugando con unos ritmos que, admite Chacón, hasta podrían quedar bien en un rapeo.

“Necesitaba probar fórmulas nuevas. Hice muchos experimentos, muchos fracasaron. Finalmente me quedé con los versos clásicos: de 7, de 11 y de 14 sílabas. Hay cierta broma porque he hecho sonetos, que son con rima, pero sin rima. Supongo que la gente tendrá suficiente sentido del humor para entenderlo”. Junto a estos jugueteos con la parte más formal de la literatura, el lector puede encontrar un lenguaje muy cercano, sin dificultad, y que, además, tiene un ritmo. “Hay un trabajo en la métrica, en los acentos. Muchos piensan que se ve en la rima o en la medida de la sílaba, pero eso es falso”, critica el también profesor de Lengua y Literatura.

El amor tiene un papel fundamental en la resolución de la crisis de esta voz poética que nos habla desde 'Material de derribo'. Sin embargo, explica el escritor, no es en ningún caso idílico sino que funciona como lo que logra atar a este personaje tan perdido al mundo. “Le hace ver la realidad, o al menos aceptarla. Tiene mucho miedo de estar solo. Entonces, su relación amorosa de alguna forma le salva de sí mismo, de su lado más oscuro”. El narrador también habla de que es un “engranaje” dentro de un sistema grande, algo que funciona en el libro como una crítica a una sociedad que Chacón “no entiende”. “Eres una pieza pequeña en un sistema político, económico y social, eres insignificante pero no terminas de entender o de gustarte el sistema del que inevitablemente formas parte”.

“Una vez que estás derrotado, cómo seguir viviendo. Algo que terminas aceptando y que incluso te deja ver cuestiones positivas dentro de lo mismo”, es el resumen de la última parte de 'Material de derribo', el fin de la crisis y cómo se retoma una vida normal después de la misma. Sin suicidio, ni literal ni literario. “Los poetas nos dedicamos a vender nuestro dolor. Nuestras penas y miserias. ¿Por qué lo hacemos? No tiene sentido. Tiene algo de exhibicionismo y de pretensión artística”, explica Chacón, que defiende la importancia de un escritor cuando se desnuda. Pero, advierte, esto también es una cuestión de estilo: “El lector tiene que desconfiar”.

“En 'Material de derribo' hay muchas cosas que son mías, pero, ¿soy yo el que está ahí o es un personaje basado en mí? Hay un distanciamiento. Lo que es verdad o mentira no lo voy decir, porque he creado una obra literaria en la que quiero provocar emociones al lector”, concluye Félix Chacón. Se trata, añade, de una suerte de montaña rusa, que siempre provoca reacciones, aunque no siempre sean placenteras. “Es lo que me importa, provocar algo en el lector. Los libros que me parecen malos son los que me dejan indiferentes y no me dicen nada. Cuando me dicen que qué mal lo han pasado con mis libros pienso, pues qué bien lo habré hecho”, finiquita.