En la mañana del lunes 23, el consejero de Sanidad, José Ignacio Echániz, daba una rueda de prensa para tratar asuntos de sanidad y del SESCAM y tildaba su gestión en esta consejería de la región como “notable”. Ese mismo día, un día más, llegan denuncias de pacientes que parecen no demostrar lo que el propio consejero dice.
En este caso es una cita para diagnosticar una dolencia después de efectuar una prueba médica. La prueba es el sábado 28 por la tarde, concretamente una resonancia magnética de muñeca. Sin embargo la cita que tiene concedida este paciente para la valoración de la resonancia magnética es para octubre de 2016, año y medio después de realizarse la prueba.
Es otro ejemplo más del trastorno en las listas de espera que vienen sufriendo los pacientes castellano-manchegos. Mientras que desde la Junta y desde Sanidad se habla de la mejora estadística de resultados, lo cierto es que Castilla-La Mancha es la segunda región de España donde más han aumentado las listas de espera desde que gobierna Cospedal. Por otro lado ya se ha hecho desgraciadamente habitual el que determinados pacientes a título individual denuncian las citas que se les ha concedido, que demuestran lo colapsado del sistema sanitario. Así pasó hace unas semanas con una cita médica del hospital de Tomelloso concedida ya para 2017, algo que el SESCAM atribuyó a “un error informático”, a pesar de que al día siguiente volvió a conceder de nuevo citas en el mismo servicio para enero de 2017 de nuevo.
Unas pruebas diagnósticas que por otro lado, como ha pasado antes, se pueden hacer en el propio hospital, en un hospital privado, en una clínica privada, en un camión o en una habitación de hotel, como ocurrió con las ecografías de Ciudad Real, unos servicios que por otro lado se subcontratan a empresas privadas que se lucran de la sanidad castellano-manchega mientras esta tiene determinados servicios cerrados por falta de especialistas que los atiendan.