García-Page jura su cargo como presidente de Castilla-La Mancha prometiendo “más pactos y moderación”

Entre las emociones personales y las políticas ha navegado el discurso del presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, en su toma de posesión del cargo, realizada ante cerca de 500 personas en el Palacio de Fuensalida de Toledo, sede del Gobierno regional. Durante cerca de 50 minutos y tras jurar el cargo, el jefe del Ejecutivo autonómico ha querido llamar a “más pactos y moderación” a pesar de disponer de mayoría absoluta, y también ha dedicado destacados elogios para su familia, especialmente su esposa y sus dos hijos; para los miembros de su equipo de gobierno y para los que le han acompañado en la anterior legislatura, “un época muy difícil”.

García-Page ha arrancado su discurso relatando que en el momento en que conoció los datos electorales la noche del 26M se encontraba con su esposa y sus hijos, y comenzó a llorar. Ante la pregunta de su hija por los motivos, le explicó que lloraba porque se dio cuenta de que “antes del éxito en política, había tenido la fortuna de la vida”. “Es importante lo que hoy ostento, pero para poder llegar aquí ha habido momentos previos mucho más importantes. Le debo todo a mi familia, y este acto sería imposible sin ellos”, ha remarcado. En este punto también ha destacado la figura de su madre, de la que heredó su “instinto político”, y de su padre, que le enseñó el esfuerzo por ser “un ejemplo de vida”.

“Los mejores 40 años de la historia”

Estas ideas le han llevado a preguntarse si “alguien puede decir en este país que realmente no estamos en condiciones de asumir cualquier problema” o “si alguien piensa que podemos no ser optimistas”. Ha subrayado a este respecto que “siempre hay problemas y los habrá” pero que España “puede presumir a raudales de haber tenido en los últimos 40 años los mejores de su historia”. “Y podemos tener otros 40 años excepcionales, pero hay que querer, y tiene que quererlo la inmensa mayoría, por eso es importante que tengamos claro lo que somos”.

“Aquí tenemos la ventaja de no dudar de lo que somos, porque la gente que hay dudando de lo que es, eso le quita tiempo para otras cosas importantes”, ha añadido después, para pasar a enumerar lo que considera una “autonomía ejemplar” como Castilla-La Mancha, en su trabajo, su gestión, su origen “y su ambición”. En este punto, y en base a esa historia, ha lamentado la ausencia de dos personas fallecidas: Elena de la Cruz, la que fuera consejera de Fomento, y Alfredo Pérez Rubalcaba, que “era el primer invitado que quería que estuviera por la gran cantidad de problemas que le di”.

Seguidamente, ha tenido elogios para el Estado autonómico, para su equipo de gobierno, para sus asesores y también para los representantes del PP y Ciudadanos que han asistido al acto. Ha dicho no saber si había alguien de Podemos -con los que gobernó la pasada legislatura- añadiendo a renglón seguido que, de cualquier forma, estaba contento “de que estén todos los que tienen que estar”.

La mayoría absoluta “no nos hace más listos”

Dicho esto, ha adelantado que formará gobierno en breve, y a los futuros consejeros les ha recordado que tener una mayoría absoluta es “una responsabilidad inmensa”, pero que eso “no nos hace más listos. ”A alguien se le puede subir a la cabeza, cuando no supone más capacidad de acertar ni nos hace inmunes al error; al contrario, nos puede llevar a la soberbia, que es el pecado que está detrás de casi todos los fracasos de la vida“. Sobre esta misma cuestión ha insistido en que si ha habido un mayor apoyo a una forma de hacer política, lo que hay que hacer ahora no es ”meterse en jardines“. ”La lección es fundamental es ofrecer lo mismo, más método del que ha votado la gente“.

“Vamos a ofrecer más de lo que hemos sabido hacer, más diálogo institucional y social, más pacto y más moderación, que no significa tibieza ni conchabeo, pero sí coraje y esfuerzo para sentarse con las ideas claras para llegar a acuerdos”. Tras reseñar que las han “pasado canutas” en la anterior legislatura, ha apelado a una “socialdemocracia de 180 grados” y ha repetido que no quiere “gobiernos contra nadie” porque no merece la pena “tener un 51% a costa de que te odie el otro 49%”.

Emiliano García-Page ha finalizado su discurso destacando que Castilla-La Mancha lleva “España en la corazón”, criticando después el “egoísmo o populismo territorial que esconde la búsqueda de privilegios”. “Yo lucho contra eso. Esta es una región que ha nacido no para ser más pero sí para evitar ser menos”.

Antes de la intervención del presidente castellano-manchego ha intervenido la cantante Lucía Santiago y el guitarrista Adrián Fernández. También han intervenido María Dulcinea Ortiz, ingeniera química, del programa “retorno del talento” autonómico, y Dulcinea Ávila Sánchez, usuaria del servicio de capacitación de APANAS. Al acto han asistido cerca de 550 personas entre familiares, amigos y personalidades del mundo político, sindical, empresarial, asociativo y medios de comunicación. Entre las diferentes personalidades estaban la ministra de Hacienda en funciones, María Jesús Montero; la titular nacional de Trabajo y Seguridad Social en funciones, Magdalena Valerio; el ministro de Ciencia, Innovación y Universidades en funciones, Pedro Duque; así como los expresidentes autonómicos José Bono y José María Barreda.