El Grupo Tolmo, ese conjunto heterogéneo de artistas que surgió en Toledo en 1971, quiso abrir la ciudad a nuevas corrientes, a lo que sucedía en otros lugares; lo mismo que hizo El Greco 400 años antes, cuando llegó a Toledo y conoció una sociedad cerrada, más que lo eran Venecia o Roma. En ambos casos lograron romper la roca toledana y abrirla a la vanguardia.
Sobre esta idea gira la exposición que el Museo del Greco está ultimando (se inaugura el 7 de octubre) con un doble objetivo: los 50 años de la creación del Grupo Tolmo y el diálogo que puede establecerse entre El Greco y el Grupo Tolmo en lo que han supuesto para abrir Toledo a nuevos movimientos.
Así lo ha explicado, en una entrevista con Efe, Milagrosa Ortiz, comisaria de la exposición “Grupo Tolmo. 50 años de viaje creativo”, quien ha estado casi dos años trabajando en este proyecto que surgió, precisamente, al hilo de una exposición de Pablo Sanguino.
Sanguino también estuvo en los inicios del Grupo Tolmo, en particular en el montaje de la galería que hasta hace una década permaneció abierta en la calle Santa Isabel, pero luego siguió otros derroteros aunque mantuvo la amistad con los Tolmo.
Este grupo de artistas heterogéneo y polifacético surgió en 1971 con la convicción de que tenían que “abrir puertas y ventanas y dejar que entrase el arte contemporáneo en la ciudad, y dinamizar el ambiente cultural”, ha explicado Ortiz.
Era un momento complicado, los inicios de la Transición, aún con Franco vivo, y sus primeros problemas, y logros, surgieron para abrir la galería de la calle Santa Isabel, que se inauguró aquel año con una exposición de Rafael Canogar.
Cada uno de los miembros de Tolmo ha mantenido su individualidad durante estos 50 años pero, por otra parte, han sido dinamizadores de la cultura de Toledo sobre todo en un momento en que la ciudad estaba cerrada a lo que ya sucedía en otras ciudades europeas o Madrid y Barcelona.
Precisamente, el abrirse a nuevas posibilidades es lo que la comisaria ha tomado como nexo con El Greco, que a finales del siglo XVI encontró una ciudad que había dejado de ser la corte y era más cerrada que otras que había conocido, como Venecia o Roma.
“Es lo que he querido poner en discusión, ver cómo, a veces, figuras artísticas logran abrir una brecha en situaciones de inmovilismo y cerradas a las nuevas situaciones. Y se produce tanto en El Greco como en el Grupo Tolmo, obviamente con las debidas distancias. Es más el concepto: han hecho esta ruptura dentro de la roca toledana y han logrado abrirla a lo que venía, a lo nuevo, a la vanguardia”, ha explicado la comisaria.
De hecho, no se trata de una exposición temporal convencional sino que las obras (pinturas, esculturas, instalaciones) dialogan con El Greco y con el propio Museo en todos sus espacios, en sus jardines y patios interiores y en las salas de este edificio situado en la judería toledana.
Cuarenta obras
Alrededor de cuarenta obras, “muy emblemáticas” en la trayectoria del grupo, de catorce artistas se podrán contemplar desde diferentes miradas y matices. El recorrido parte del patio del Museo, donde habrá obra de Félix Villamor y Gabriel Cruz Marcos; sigue por las salas del marqués de la Vega-Inclán y el estudio, donde tendrán cabida Fernando Silva y Fernando Sordo, y más adelante, Juan Mota.
En la sala del apostolado se ha diseñado un diálogo “muy interesante” entre un paisaje de Raimundo de Pablos y la “Vista y plano de Toledo” del Greco; en la parte trasera de esta misma sala hay espacio para Aroldo, Kasué, Montalbán y Jule, y en la planta inferior, en la capilla, también habrá un “diálogo perfecto de miradas” entre un cuadro de Eduardo Sánchez-Beato, el “San Bernardino” del Greco y otro San Bernardino de Fernando de Giles.
También en la capilla se acomoda una escultura de Villamor; en la sala de los seguidores del Greco, la conversación se establece con Paco Rojas, y el interior del Museo termina en el zaguán, con espacios creados por Fernando Sordo, y la sala polivalente, donde habrá obra de Luis Pablo Gómez Vidales, Sánchez-Beato, Rojas, Raimundo de Pablos, Cruz Marcos, Jule y Giles.
Saliendo de nuevo a los jardines del Museo, el recorrido se cierra en el porche alto con dos obras de Cruz Marcos.
“Los que están con nosotros están muy vivos”
Algunos integrantes del Grupo Tolmo han fallecido (Fernando de Giles en 2014, Luis Pablo Gómez Vidales en 2020) pero “los que están con nosotros están muy vivos y tienen muchas cosas que decir y mucho que aportar a Toledo y al arte contemporáneo”, ha asegurado Ortiz, quien ha tenido “el privilegio” de conocerles “a fondo” en los últimos dos años.
“Me han regalado muchísimas cosas y una de ellas es haber visto su pasión y el sentido de trabajo constante que tienen muchos de ellos todavía. Siguen trabajando, siguen ilusionados en nuevos derroteros artísticos, han ido creciendo en estos 50 años de creación, que no se ha acabado porque siguen”, añade.
En esta línea, la comisaria espera que esta exposición también abre debates sobre la obra de los Tolmo y el arte “porque la suerte es que podemos todavía dialogar mucho con ellos”.
“Son artistas interesantísimos y tienen mucho que aportar”, ha subrayado la comisaria de esta exposición que se inaugurará el 7 de octubre y permanecerá hasta enero de 2022.