Julia Conesa, Blanca Brisac, Carmen Barrero, Martina Barroso, Luisa Rodríguez, Elena Gil, Pilar Bueno, Adelina García, Virtudes González, Ana López, Joaquina López, Victoria Muñoz y Dionisia Manzanero. Ellas son las Trece Rosas que fueron fusiladas por el franquismo hace ya 80 años y que, precisamente, recibieron un homenaje este pasado lunes, 5 de agosto, en el Cementerio de la Almudena en Madrid, donde fueron asesinadas.
Habían pasado apenas cuatro meses desde que Franco se proclamara vencedor de la Guerra Civil -el 1 de abril de 1939-, cuando estas trece mujeres, junto a otros 43 hombres -conocidos como los 43 claveles-, fueron ejecutadas acusadas de “adhesión a la rebelión” y condenadas a la pena de muerte. La mayoría de estas mujeres, de entre 18 y 29 años, eran compañeras en la cárcel de Las Ventas donde fueron encerradas por pertenecer a las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU), una de las organizaciones comunistas contra las que el franquismo luchó durante su régimen.
Los fusilamientos mencionados se llevaron también a cabo la madrugada del 6 de agosto. Entre ellos, tres jóvenes: Damián García Mayoral, Sebastián Santamaría y Francisco Rivares, quienes varios días antes -el 29 de julio- habían asesinado al comandante Isaac Gabaldón Izurzún, a su hija Pilar (unos 17 años) y al conductor del coche oficial José Luis Díez Madrigal (23 años). A la postre, este crimen desencadenó la condena a muerte de los tres jóvenes y también, según sostienen diversos historiadores, el de las Trece Rosas, acusadas de pertenecer a una supuesta red comunista.
Entre Oropesa y Talavera de la Reina
El historiador y profesor de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) Benito Díaz, señala que el triple asesinato se produjo en el trayecto que une los municipios de Oropesa y Talavera de la Reina, donde los tres jóvenes, de las JSU pero ataviados con uniforme militar, detuvieron al coche en el que viajaba Gabaldón para subirse a él y dispararle después en un cañaveral cercano junto a su hija y el conductor, cuyos cuerpos fueron encontrados tres días más tarde, el 31 de julio. Gabaldón vendría del municipio de Puente del Arzobispo, donde se estaba construyendo una casa.
“Creo que el asesinato, que fue un crimen atroz y sanguinario, pudo ser una causalidad”, apunta Díaz sobre las causas que pudieron llevar a estos tres jóvenes a matar a este guardia civil perteneciente al Servicio de Información de la Policía Militar (SIMP) y que llegó a Talavera de la Reina unos días antes de celebrarse las elecciones del 12 de abril de 1931, recuerda el historiador. Se trataba de “un hombre ultracatólico y conservador” que durante la Guerra Civil anotaba en “su famosa libreta” información sobre militantes de izquierda y masones y que actualmente da nombre a una calle de Talavera de la Reina, añade.
Otros historiadores recogen también distintas versiones sobre las causas y consecuencias de este episodio, en las que apuntan a la implicación de los tres jóvenes en redes comunistas o en la masonería para organizar el asesinato de Gabaldón, de quien se llevarían la mencionada libreta, junto a 104 pesetas y dos jamones que había comprado en Oropesa, que se comieron “con cierta tranquilidad tras este crimen horrendo”, dice Díaz.
“El régimen quería dar una muestra de mano dura”
Sin embargo, el profesor de la UCLM, que ha publicado varios libros y artículos relacionados con estos hechos históricos, considera que “la masonería no tuvo nada que ver” en este crimen y que estos tres jóvenes “no tenían preparación” para cometer el asesinato. “Antiguos militantes comunistas que tuvieron un cargo importante no se creen que tres muchachos inexpertos fueran capaces de asesinar a Gabaldón. Hay una hipótesis que defiende que en realidad fuera un ajuste de cuentas entre miembros del franquismo”, resalta.
“Los torturaron y ninguno dijo que iba a por Gabaldón”, indica el historiador, que menciona también la posibilidad de que los jóvenes estuvieran buscando dinero y no planeando un crimen por el que el régimen “quiso mostrar después que era inflexible y que podían controlar absolutamente todo, precisamente unos meses después del triunfo del franquismo y del golpe de Estado”.
El experto subraya también que Gabaldón, al contrario de lo que afirman otros autores, no estuvo en la 'Quinta Columna' que luchó contra la República. “Nada más venir a Talavera se ganó la enemistad de la inmensa mayoría de la población de izquierdas”, en una ciudad que en esa época tenía un alcalde republicano, apunta el profesor de la UCLM. “Es más insignificante de lo que se cree. Tuvo malas relaciones con la policía militar”, destaca Díaz sobre el comandante.
“Las Trece Rosas no estaban involucradas”
El historiador señala que el régimen franquista aprovechó “las circunstancias” que se dieron en torno a este crimen, “aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid”, para “dar una muestra de mano dura”. Las trece jóvenes fusiladas “no dejaron de ser mujeres que intentaron reorganizar las JSU”. “No habían hecho nada, no estaban involucradas en ningún crimen y no tienen nada que ver con el asesinato. Estaban ya encerradas y no podían haber sido las autoras materiales ni intelectuales”, asevera Díaz.
En este sentido, cabe destacar la denuncia que ha realizado el historiador murciano Flora Dimas en el juzgado de Lorca contra tres medios de comunicación y una página web por llamar “terroristas y asesinas” a las Trece Rosas. El investigador murciano considera las acusaciones que aparecen en diversos artículos como “gravísimas injurias y calumnias vertidas contra estas muchachas que fueron asesinadas por razones ideológicas” y por las que se continúa luchando para que su nombre no se borre de la historia.