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La Confederación del Júcar prepara la construcción de la pasarela peatonal inundable sobre el río Clariano en Ontinyent

El río Clariano a su paso por el barrio de Cantereria en Ontinyent.

Toni Cuquerella

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La Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) ha señalado que próximamente construirá una pasarela peatonal inundable sobre el río Clariano a su paso por Ontinyent, estructura que, tal y como se indica en el documento convenido, la Confederación se compromete a la cesión gratuita a Ontinyent. Por su parte, el Ayuntamiento de Ontinyent pone a disposición de la Confederación los terrenos necesarios para llevar a cabo el proyecto y también se compromete al mantenimiento periódico del espacio fluvial restaurado, es decir, a su limpieza, renovación y conservación, una vez finalicen las obras y se proceda a su cesión.

La CHJ explica que esta estructura se enmarca dentro del proyecto de restauración del río Clariano entre el Pont Vell y el Pont Nou, en Ontinyent que “continúa avanzando”. La actuación, iniciada en el mes de septiembre del año pasado, forma parte del segundo ciclo del Plan de Gestión del Riesgo de Inundación (PGRI) y tiene el objetivo de mejorar el estado y la capacidad hidráulica del cauce. El presupuesto de los trabajos supera el medio millón de euros y tiene un plazo de ejecución de 42 meses.

Cabe recordar que la actuación de restauración abarca una superficie que ronda los 30.000 metros cuadrados, equivalente a una longitud fluvial de 575 metros y cuenta con un presupuesto que supera el medio millón de euros. Por el momento, los trabajos avanzan según lo previsto y algunas labores, como la eliminación de especies exóticas invasoras de ribera o la demolición parcial del barrio de Cantarería, ya son visibles en el tramo urbano del cauce a su paso por Ontinyent. Todavía quedan pendientes otros trabajos, como la construcción de la pasarela que permitirá la conexión entre ambas márgenes: el parque de la Paduana y el futuro parque inundable de la Cantareria Baja.

Los primeros trabajos realizados en la zona se centraron en la demolición de varios elementos existentes dentro del dominio público hidráulico. De esta manera, el Organismo procedió a la demolición del firme viario y los servicios de alcantarillado de parte de la calle Cantareria, así como a la eliminación de un pequeño muro de 240 metros de longitud que separaba el río de la carretera. Por su parte, el Ayuntamiento optó por la adquisición de las viviendas de la zona que se veían afectadas por la crecida del río Clariano en épocas de grandes precipitaciones, para demolerlas y habilitar así una llanura de inundación.

La actuación proyectada, y prácticamente ejecutada en su totalidad, permite mejorar la integración de los viales existentes con el cauce, que serán de uso mixto (peatonal y rodado solo para residentes) y con un firme adoquinado, con el objetivo de disminuir el riesgo de encharcamiento y favorecer el flujo del cauce en caso de avenidas. Además, está prevista la ejecución de un talud lateral, con material procedente del propio cauce, destinado a reducir el riesgo de caídas a distinto nivel tanto de vehículos como de peatones.

Por otra parte, en la margen derecha del cauce continúan los trabajos de adecuación del terreno para crear un sendero peatonal que seguirá el trazado del actual colector por el camino del Molí Descalç, y que formará parte del futuro parque inundable del río Clariano.

Trabajos forestales y medioambientales

Las primeras labores realizadas en el proyecto de restauración objeto del convenio consistieron en la adecuación y despeje del cauce, con la retirada de escombros y vegetación muerta, así como la eliminación de las especies exóticas invasoras de ribera, en su mayoría caña común (Arundo donax) y ailanto (Ailanthus altissima). Actualmente, varias zonas del cauce cuentan con la presencia de las características coberturas negras de geotextil que permitirán agotar el rizoma de las plantas y que deben permanecer en el terreno alrededor de 18 meses. Transcurrido ese tiempo, se procederá a la plantación de especies autóctonas de ribera que facilitarán la recuperación del ecosistema original del río y, además, supondrán la mejora de la estabilidad de las márgenes del cauce.

De esta forma, se distinguen dos únicas zonas de plantación: zona de ribera, donde se plantarán especies autóctonas arborescentes típicas de este tipo de bosques como adelfa, durillo, sauce, majuelo y taray; y zona de orilla, más próxima al cauce de aguas bajas, donde se plantarán especies hidrófitas, que podrán estar en contacto constante con la lámina de agua.

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