Carmen Vallejo es viticultora, dirige su propia explotación agraria y es socia de la cooperativa El Progreso, con sede en Villarrubia de los Ojos (Ciudad Real). También da clases en la Escuela de Organización Industrial (EOI) y escribe en distintos blogs sobre igualdad de género.
Ella será la portavoz de la recién creada Comisión de Igualdad de Oportunidades en el ámbito de las cooperativas de la región. La iniciativa parte de Cooperativas Agroalimentarias en colaboración con la Obra Social ‘La Caixa’. La comisión está formada por un grupo de mujeres que proceden de distintas cooperativas agroalimentarias castellano-manchegas y será un espacio “siempre vivo” que priorice el intercambio de experiencias entre mujeres aunque aún han de establecer un calendario de actividades.
La comisión nace de la “necesidad”, detectada en los últimos años, de que las mujeres también estén presentes en los ámbitos de decisión y en los órganos rectores de las cooperativas. “Una de las vías que creíamos más importantes era crear un ecosistema, un espacio para desarrollar propuestas que permitan a las mujeres avanzar en visibilidad”, explica Carmen Vallejo.
“Las mujeres realizan muchas tareas en el ámbito agrario pero no siempre están visibles en los órganos de decisión o de forma más activa en sus propias explotaciones”. Por eso, la Comisión se enfrenta a retos complejos como “mejorar la presencia de mujeres en los consejos convirtiéndolos en diversos, lograr su empoderamiento, aportar el talento de la mujer…En definitiva que su participación sea más visible”.
Esta viticultora, licenciada en Ciencias Biológicas, reconoce que en algunos centros el proceso será más rápido pero en otros será necesaria una “labor de sensibilización”. De hecho, la presencia de mujeres en los consejos rectores de las cooperativas castellano-manchegas no representa más del 5,78%.
Pese a la estadística, se muestra optimista y convencida de que la “diversidad de género” en los consejos rectores favorece la innovación en el ámbito cooperativo. Ya existen ejemplos, sostiene, que pueden servir de “espejo” para lograr la igualdad. Por delante queda un largo camino que aún tendrán que “construir” para lograr su objetivo: incorporar la igualdad de género a un sector tan tradicional como complejo e históricamente copado por hombres.