El incendio del gran cementerio de neumáticos de Seseña (Toledo) ha desatado una fuerte polémica en torno a este tipo de explotaciones y su regulación. El basurero próximo a la urbanización ‘El Quiñón’ no es, de hecho, el único de este tipo en Castilla-La Mancha. Existen al menos otras tres ubicaciones que, aunque de menor tamaño, han requerido en los últimos años de actuaciones municipales o que acumulan expedientes sancionadores. Eso al margen de todos aquellos vertederos de diferente índole que se multiplican por toda la geografía española sin que actualmente se adopten las medidas necesarias para su regulación y clausura.
Cerca de dos años lleva el Ayuntamiento de Argamasilla de Alba (Ciudad Real) intentando que se adopten medidas contra un depósito de neumáticos que ocupa alrededor de una hectárea en el término municipal y que acumula entre 15.000 y 20.000 toneladas de ruedas. El acopio comenzó en 2014 por parte de la empresa Recuperaciones El Puente del Guadiana, que contaba con declaración favorable de impacto ambiental pero que ha incumplido desde entonces las condiciones para su operatividad.
El alcalde, Pedro Ángel Jiménez, explica a eldiarioclm.es que se trata de un terreno de suelo rústico alquilado a un propietario particular del pueblo, y que actualmente se encuentra clausurado y precintado por no disponer de la licencia correspondiente. Acumula por ello sanciones no solo del Ayuntamiento sino también del SEPRONA y del Ministerio de Fomento, por ser una zona colindante con la Autovía A-43. Según detalla el regidor municipal, el precinto se ha levantado en un par de ocasiones para permitir a la empresa el traslado del material a la planta de reciclado de neumáticos de Alcázar de San Juan. Actualmente el vertedero está vallado, aunque con algunos neumáticos incluso por fuera del perímetro.
El expediente se ha remitido a la Junta
A raíz de los hechos sucedidos en Seseña, el Ayuntamiento recuerda que lleva dos años mostrándose contrario a esta instalación y ahora ha remitido todo el expediente de este cementerio de ruedas al Gobierno de Castilla-La Mancha, que ya conoce de su existencia y que actualmente trabaja buscando alguna empresa que se haga cargo del material.
Precisamente, en Alcázar de San Juan, también en la provincia de Ciudad Real, el Ayuntamiento ha manifestado esta semana su intención de hacer “todo lo legalmente posible” por cambiar de ubicación la planta de neumáticos de la localidad. El concejal de Medio Ambiente, Antonio Jesús García, ha anunciado además que su Grupo Municipal (IU) llevará al pleno el escrito que la Asociación de vecinos de la Pradera ha elaborado con esta petición. Hace ya más de un año que este colectivo vecinal hizo pública su denuncia sobre “posibles irregularidades” en la licitación del suelo industrial (propiedad de la Junta) que ocupa en la actualidad la planta de reciclado. Entonces alegó que la empresa “no tiene el reconocimiento I+D+i” que se le presupone y que “se le concedieron los terrenos antes de sacarlos a licitación pública”.
En el caso de esta localidad, la planta de reciclado de neumáticos está ubicada en las inmediaciones de este barrio y próxima al complejo lagunar, y el concejal ha subrayado que están pendientes de la resolución de los procesos judiciales abiertos relativos a este mismo asunto. Y ante los acontecimientos ocurridos recientemente en Seseña, la intención es plantear este tema en el debate municipal, especialmente los aspectos relacionados con la ubicación de la planta, en unos terrenos propiedad de la Junta destinados “a un fin distinto” del que tiene esta empresa y que, en tres ocasiones, el registro de la propiedad “se ha negado” a cambiar la titularidad del suelo por esta causa.
Otro ‘punto negro’ en Castilla-La Mancha se encuentra en la provincia de Cuenca. Ecologistas en Acción se ha hecho eco de que en el término municipal de Chillarón existe un vertedero ilegal con centenares de neumáticos. Esta organización detalla que se trata de una zona cercana al río Júcar y que las ruedas están dispersas por una superficie de en torno a 3.000 metros cuadrados, con entre 10 y 20 toneladas de neumáticos aproximadamente.
Según apuntan, los neumáticos podrían haber sido arrojados durante años de forma ilegal provenientes de empresas del sector, “pero hace tantos años que no parece posible el rastreo de los responsables”. “Buena parte de los neumáticos están cubiertos de vegetación, sin que ninguna institución pública tome cartas en el asunto”, dicen, apelando a la responsabilidad del Ayuntamiento, la Diputación de Cuenca y la Junta.
Es más, este vertedero se suma al de Cervera del Llano, también en la provincia de Cuenca. En esta ocasión ha sido el propio Ayuntamiento el que pedido ayuda también a las instituciones para retirar las 80 toneladas de neumáticos almacenadas en su término municipal. En declaraciones a Efe, el alcalde, Pedro Álvarez Santos, ha indicado que el vertedero de neumáticos de su pueblo no tiene las dimensiones del de Seseña, pero teme las posibles consecuencias. El basurero existe desde hace ya dos décadas y se encuentra a poco más de un kilómetro del casco urbano y muy cerca de la Autovía A-3 (Madrid-Valencia).
A todas estas cuestiones se ha referido el portavoz del Gobierno de Castilla-La Mancha, Nacho Hernando, quien ha manifestado la intención de la Administración regional de buscar soluciones para todos los vertederos abandonados dentro de la propuesta de la empresa pública Emgrisa, que consiste en convertir estos neumáticos en gasóleo para su uso en dependencias de la Junta y cofinanciado con fondos FEDER. En total, la Junta calcula que en la región hay 140.000 toneladas de ruedas abandonados, de las cuales 100.000 estaban en Seseña, la mayoría ya pasto de las llamas.