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Ya es hora de que Antonio López sea homenajeado como debe

Dice el refrán que uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde. Con Castilla-La Mancha pasará un poco lo mismo con el artista Antonio López: pocas veces una región como la nuestra da al mundo un artista tan polifacético, tan perfeccionista que llega hasta un grado de casi enfermedad, que hace del detalle su forma de vida, y que además pueda decir en cualquier parte del mundo que es manchego.

No todos los días salen manchegos ilustres al mundo y los que salen siempre suelen ser infravalorados bien por falta de medios o bien por falta de espacios para crear su arte y talento, pero en Antonio López la región tiene el que será durante varias décadas, si no en todo el siglo, el mayor exponente de lo que un manchego puede dar al mundo. Creo que es momento de rendirle homenaje como lo merece y que las cosas no se hagan siempre de manera póstuma a los grandes talentos.

La cantidad de grandes personalidades, de talentos del mundo que se han muerto sin reconocimiento de sus cercanos es inmensa. Por eso Antonio López no debe englosar esta lista. Empezando por Tomelloso (Ciudad Real), su casa, el lugar donde nació. Es el tomellosero más ilustre que ha existido, en una ciudad que no ha dado pocas personalidades: el poeta Eladio Cabañero, Francisco García Pavón, o el flamencólogo Félix Grande, fallecido el año pasado.

Una ciudad debe honrar a sus ciudadanos universales y ya es hora de que Antonio López sea reconocido como merece. En Tomelloso se le puso su nombre a una calle de nueva construcción alejada del casco urbano que se usa para aparcar para ir a un supermercado: un homenaje que sabe bastante a poco, mientras que algunas de las calles principales se llaman 'Socuéllamos' (por ser la carretera que va hacia ese pueblo), 'Nueva' o 'del Campo'. Bien estaría que una de esas calles se renombrara con el nombre del tomellosero más ilustre que ha dado la localidad.

Quizá dentro de cuatro siglos nuestros descendientes estudien la figura de Antonio López como ahora hemos festejado la de El Greco, es algo que nunca sabremos, pero estaría bien que en vez de homenajes póstumos y celebraciones turísticas (que una cosa no quita la otra) podamos dedicar en vida todo lo que merece al artista que se dedicó años a pintar en las calles de Madrid porque quería una determinada luz en su retrato. Porque la perfección se alcanza a través de detalles en los que muchos no nos fijamos pero que los grandes talentos resaltan.

Castilla-La Mancha ha producido una gran cantidad de talentos que muchos lugares ya quisieran: admiremos lo que han dado al mundo, reconozcámosles como fuera de nuestras fronteras hacen y hagamos que sean profetas en su tierra. Es lo menos que merecen.

Dice el refrán que uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde. Con Castilla-La Mancha pasará un poco lo mismo con el artista Antonio López: pocas veces una región como la nuestra da al mundo un artista tan polifacético, tan perfeccionista que llega hasta un grado de casi enfermedad, que hace del detalle su forma de vida, y que además pueda decir en cualquier parte del mundo que es manchego.

No todos los días salen manchegos ilustres al mundo y los que salen siempre suelen ser infravalorados bien por falta de medios o bien por falta de espacios para crear su arte y talento, pero en Antonio López la región tiene el que será durante varias décadas, si no en todo el siglo, el mayor exponente de lo que un manchego puede dar al mundo. Creo que es momento de rendirle homenaje como lo merece y que las cosas no se hagan siempre de manera póstuma a los grandes talentos.