Palabras Clave es el espacio de opinión, análisis y reflexión de eldiario.es Castilla-La Mancha, un punto de encuentro y participación colectiva.
Las opiniones vertidas en este espacio son responsabilidad de sus autores.
Vivimos en un tiempo de intensa información a través de los medios de comunicación y redes sociales (RRSS). El mundo digital ha dado oportunidad a que trabajos de investigación y de divulgación, noticias e imágenes sobre nuestro patrimonio cultural lleguen a todo tipo de público y a todos los rincones del planeta. Otro asunto distinto sería hasta qué punto discernimos, retenemos, asimilamos y reutilizamos dicha información.
Evidentemente, los medios tradicionales siguen teniendo sus usuarios, hablamos del mundo en papel, la radio o, para el gran público -sobre todo adulto-, la televisión. Los jóvenes se decantan más por los medios digitales y, sobre todo, por aquellos que transmiten la información de manera más rápida y con recursos más mediáticos: sonido, ritmo, riqueza plástica y mensajes más directos y claros.
Ya hemos hablado aquí del mundo editorial, de los libros y revistas de ensayos o de divulgación que se publican en la región sobre el patrimonio cultural, ya sea sobre arqueología, historia, antropología, etnología o creación artística. Hoy vamos a hablar de los medios de comunicación.
Sabido es que los periódicos regionales o locales, sean en papel o digitales -como el que aquí nos da soporte-, tienen excelentes redactores especializados en patrimonio cultural y natural, quizás debido a su formación o a la riqueza que posee la región en ese campo. También hay influencers que popularizan entre los más jóvenes el interés por dicho patrimonio cultural, como L. Miguel Romo, o instituciones que intentan ponerse al día en las nuevas tecnologías para ofrecer los recursos culturales, ya sea en la realidad virtual o a través de las muy trabajadas páginas web.
Nos llama la atención que los grandes medios públicos de comunicación, los que más se ven entre el gran público, las televisiones y radios públicas de ámbito regional (RTVE -Radio y Televisión Española-Castilla-La Mancha- o CMM (Castilla-La Mancha Media/Televisión de Castilla-La Mancha y Radio de Castilla-La Mancha), no dediquen espacios monográficos al patrimonio cultural, salvo que los toros, claro está, se consideren en su amplio sentido, contenido cultural. Hubo algunos, casi de entretenimiento, como “Sobrevolando Castilla-La Mancha” que tocaron el tema tangencialmente.
Somos conscientes de que una televisión pública debe de buscar audiencia y los programas de entretenimiento, de divulgación y los informativos, junto con el deporte, pueden lograr cuota de pantalla. Pero, al ser públicos y pagados con los impuestos de todos los contribuyentes -incluso los que no tenemos televisión-, deben ir más allá y dar un servicio público de calidad que incluya programas que otras televisiones o radios no ofertan.
RTVE tiene tiempos muy tasados en la pantalla de las dos cadenas de ámbito nacional a las que se suma en determinados momentos, mientras que CMM dispone, tanto en abierto como en digital, de más capacidad de producir programas que difundan de una forma más pausada y profesional contenidos basados en el patrimonio cultural. Disponemos de cascos históricos, monumentos, yacimientos o museos. Poseemos una rica producción fonográfica, léxica, etnográfica y etnológica. Ofrecemos al mundo una nutrida historia con espléndidos soportes documentales y un rico patrimonio musical y literario, tanto culto como popular.
Puede haber iniciativas al respecto, como lo hace “Ciencia a la Carta” con el mundo científico, preparando material la asociación de Divulgación Científica con ese nombre para las RRSS, contenido que emite puntualmente CMMPlay. Se puede emitir un programa específico de contenidos sobre el patrimonio cultural, o simplemente puede permearse la programación con dichos contenidos de forma transversal, tanto en informativos, como en programas de entretenimiento, viajes y turismo etc.
En todo caso, nuestras instituciones deben patrocinar este tipo de contenidos culturales en los medios de comunicación y redes sociales para elevar el conocimiento, valoración y disfrute del patrimonio cultural. Al fin y al cabo, es un mandato constitucional.
Vivimos en un tiempo de intensa información a través de los medios de comunicación y redes sociales (RRSS). El mundo digital ha dado oportunidad a que trabajos de investigación y de divulgación, noticias e imágenes sobre nuestro patrimonio cultural lleguen a todo tipo de público y a todos los rincones del planeta. Otro asunto distinto sería hasta qué punto discernimos, retenemos, asimilamos y reutilizamos dicha información.
Evidentemente, los medios tradicionales siguen teniendo sus usuarios, hablamos del mundo en papel, la radio o, para el gran público -sobre todo adulto-, la televisión. Los jóvenes se decantan más por los medios digitales y, sobre todo, por aquellos que transmiten la información de manera más rápida y con recursos más mediáticos: sonido, ritmo, riqueza plástica y mensajes más directos y claros.