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Proyectos de legislatura: rehabilitar edificios

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Desde luego, por asignaturas pendientes, hay muchas para los nuevos gestores políticos de nuestro patrimonio cultural: concejales y concejalas, diputados o diputadas, viceconsejera de Cultura y Deportes o Ministerio de Cultura. Acaba de celebrarse el día internacional de la arquitectura, incidiendo en esta ocasión en la preservación del patrimonio arquitectónico. Desde que comenzó su andadura la Escuela de Arquitectura de Toledo hemos indicado la necesidad de que se especializase en restauración, rehabilitación y uso de edificios históricos, y en eso estamos. 

Pero también las distintas administraciones dejan un lastre muy pesado en su dejación de obligaciones para conservar, rehabilitar y dar un uso a aquellos edificios de los que son propietarios. El Ayuntamiento de Toledo sigue teniendo sin uso la Casa de las Cadenas, que tendrá que volver a rehabilitarse y hacer lo propio con el edificio de la Alhóndiga, situado en la calle de Gerardo Lobo. La Diputación provincial de Toledo tiene por delante la tarea de rehabilitar el palacio barroco del Canónigo Obrero en Abdón de Paz, el edificio neoclásico que fuera Hospital de San Juan de Dios, que fue posteriormente maternidad y residencia de ancianos, o el edificio y solar que ocupan la ermita y cementerio de San Ildefonso, y al Estado el destino del malogrado castillo de Maqueda, proyecto fallido de algún voluntarioso ministro del Interior. El abandono propicia la destrucción, y con ello el mayor coste en su posterior restauración y rehabilitación para el nuevo uso.

Edificios todos ellos catalogados y declarados, cuyo abandono supone además una dejación de responsabilidad política habida cuenta de las necesidades sociales, culturales y dotacionales que tiene la ciudad o el lugar donde se ubican. De ello es partícipe también la Junta de Comunidades al no haber logrado finalizar las obras del “Quixote Crea”, edificio que se pretende endosar a la universidad regional o al ayuntamiento capitalino con la “Casa de la Juventud”, por no hablar de solares prometidos para la construcción de residencias estudiantiles en el callejón de los Bécquer o en la calle de Esteban Illán, cuyo vacío repercute también en la falta de vitalidad del casco histórico toledano.

La tutela en la conservación y protección de estos edificios de valor patrimonial es una obligación para la Consejería de Educación, Cultura y Deporte. Y, ya se ha indicado en alguna ocasión la oportunidad de la creación de un programa informático que diera información al día del estado de conservación de los edificios catalogados Bienes de Interés Cultural (BIC) y Bienes de Interés Patrimonial (BIP), o que debieran ser evaluados para su posible inclusión en alguno de los niveles de protección.

De esta forma técnicos, propietarios, autoridades locales y otros organismos asesores pueden gestionar mejor el bien en cuestión. La prevención es la herramienta más eficaz y económica en la intervención, y recordamos que paliar los daños, una vez que éstos se han producido, resulta mucho más caro, y si son irreversibles, imperdonable.

Y, si la Junta no lo hace, debe ser la ciudadanía, las asociaciones y fundaciones del ámbito cultural que tienen entre sus fines la defensa del patrimonio cultural de una provincia, una localidad, una comarca o una época de la historia o del arte de Castilla-La Mancha, de esta forma podríamos tener una imagen más global y puesta al día del estado de los inmuebles o conjuntos monumentales. La lista de Hispania Nostra no para de incrementarse en una labor loable de tutela y protección que suple lo que las administraciones debieran hacer. Colaboremos en esta tarea. Desde esta columna lo único que puedo decir a los lectores es que está a su disposición para que sea altavoz del peligro de destrucción de nuestro patrimonio cultural, ya que el que escribe o cualquier periodista que trabaje en diario.es tiene limitado, por razones obvias, su campo de atención.

Desde luego, por asignaturas pendientes, hay muchas para los nuevos gestores políticos de nuestro patrimonio cultural: concejales y concejalas, diputados o diputadas, viceconsejera de Cultura y Deportes o Ministerio de Cultura. Acaba de celebrarse el día internacional de la arquitectura, incidiendo en esta ocasión en la preservación del patrimonio arquitectónico. Desde que comenzó su andadura la Escuela de Arquitectura de Toledo hemos indicado la necesidad de que se especializase en restauración, rehabilitación y uso de edificios históricos, y en eso estamos. 

Pero también las distintas administraciones dejan un lastre muy pesado en su dejación de obligaciones para conservar, rehabilitar y dar un uso a aquellos edificios de los que son propietarios. El Ayuntamiento de Toledo sigue teniendo sin uso la Casa de las Cadenas, que tendrá que volver a rehabilitarse y hacer lo propio con el edificio de la Alhóndiga, situado en la calle de Gerardo Lobo. La Diputación provincial de Toledo tiene por delante la tarea de rehabilitar el palacio barroco del Canónigo Obrero en Abdón de Paz, el edificio neoclásico que fuera Hospital de San Juan de Dios, que fue posteriormente maternidad y residencia de ancianos, o el edificio y solar que ocupan la ermita y cementerio de San Ildefonso, y al Estado el destino del malogrado castillo de Maqueda, proyecto fallido de algún voluntarioso ministro del Interior. El abandono propicia la destrucción, y con ello el mayor coste en su posterior restauración y rehabilitación para el nuevo uso.