Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
Sobre este blog

Palabras Clave es el espacio de opinión, análisis y reflexión de eldiario.es Castilla-La Mancha, un punto de encuentro y participación colectiva.

Las opiniones vertidas en este espacio son responsabilidad de sus autores.

Antes de votar el 28M

Urna electoral

0

Hace más de 10 años nuestro país vivió un movimiento que pasaría a la historia: el 15M. Se instaló en la Puerta del Sol y se extendió a todo el territorio, incluido el paso de frontera. Surgió de la ciudadanía y puso en entredicho el sistema en el que vivimos. Tanto a nivel político, por la falta de representación real, como a nivel económico, por las fallas que una y otra vez nos demuestran las crisis que venimos sufriendo y el futuro incierto al que nos encaminamos.

Las calles se llenaron de gente demandando una democracia que verdaderamente fuera reflejo de la sociedad y no de los poderes y élites económicas. Se pedía una participación real en los asuntos que nos conciernen a todos. En las plazas y los barrios se podían ver asambleas vecinales. Se hacía uso del debate algo así como nos lo representan nuestros ancestros griegos en la Atenas Clásica.

Veníamos de otra crisis económica que se reflejó en la arena política. La ciudadanía estaba harta. Otra vez se empobrecían los de siempre; otra vez se perdían derechos conquistados; otra vez dábamos pasos para atrás; otra vez se implementaban políticas restrictivas para los de abajo, se inyectaba dinero público (nuestro) para rescatar bancos y los que éramos jóvenes en ese momento, veíamos como nuestro futuro se veía truncado una vez más.

En ese momento, toda la ciudadanía tuvo que hacer un esfuerzo mientras otros se enriquecían. Era el comunismo de pérdidas.Cuando la economía se va a pique y no hay mano invisible que valga, el Estado, es decir todos nosotros, sufragamos que esas empresas y bancos salgan a flote. ¿A qué precio? Bueno, saben las cuentas de resultados: unos ganan y otros pierden. Más desigualdad entre clases sociales y las ganancias de las empresas se quedan en manos de unos pocos. En los de siempre.

Y de ese movimiento surgió un partido. Un partido que vino para cambiar, como decían ellos, el tablero político. Eran los “radicales” y “antisistema”. Era la “ultraizquierda”. Sin embargo, fueron los que nos hicieron despertar del letargo a muchos de nosotros. Después ese sueño duró poco. Quisieron “asaltar” los cielos y se quedaron en el intento de hacerlo, pero sí que ayudó a entender los juegos de poder que nosotros no podemos manejar, pese a creer que vivimos en democracia.

¿Qué pasó para que cambiara el contexto político?

Para que se den movimientos sociales, como fue el 15M, se tienen que dar situaciones especiales. Es decir, generalmente nacen en un momento determinado de la historia cuando se “alinean los astros”. Por ejemplo, pueden surgir por la falta de credibilidad de las propias instituciones del Estado o de situaciones económicas como la que se vivió tras la crisis de 2007 y los recortes siguientes.

Sin embargo, los movimientos sociales son puntuales en el tiempo y no duran de manera indefinida. Primero, porque la sociedad no podemos sostener la queja constante dado que es inviable por cómo se ha estructurado la vida. Y, segundo, porque el propio Estado genera mecanismos de desmovilización para que se encaucen por otras vías, entre ellas las urnas.

La participación en partidos políticos es la vía que nos hemos establecido para encaminar nuestras vidas y es primordial entender que tenemos una gran responsabilidad, tanto si queremos ser partícipes activos de la vida política como si solamente queremos seguirla desde la retaguardia.

La política, nos guste o no, impregna todo, desde que nacemos hasta que morimos. Y es fundamental entender que nosotros podemos hacerla viva a través de la participación. No obstante, cada vez hay más desconfianza hacia la misma y hemos escuchado muchas veces que “todos los partidos son iguales”. Pero todos, absolutamente todos, podemos pertenecer y participar en los mismos. Es decir, están abiertos para que aquel que tenga interés pueda afiliarse.

¿Por qué votamos desde lo emocional?

Así como si de un partido de fútbol se tratara, sentimos los colores como si fuese un juego. Parece que ganamos o perdemos una liga o nos llevamos una Champions. Pero nos jugamos más que eso. Nos jugamos nuestro presente y sobre todo el futuro. El futuro de todos.

Muchos de nosotros hemos crecido en torno a una ideología y, aunque según distintos estudios, la sociedad actual cada vez está más alejada del clásico izquierda-derecha, cada partido representa una visión del mundo y los votantes tienden a optar por lo que sienten propio en un momento determinado, donde se entremezclan los valores éticos y morales que cada persona siente como propio.

Si seguimos el análisis de base respecto a las distintas visiones del mundo, por sintetizar, se puede decir que hay dos grandes bloques de partidos en nuestro país, también en nuestro territorio. Un bloque conservador y otro bloque progresista. Dentro del bloque conservador podemos encontrar partidos nacionalistas como es el caso del Partido Popular o Vox. Y dentro del bloque progresista estarían el Partido Socialista o Podemos. Ahora bien, entre unos y otros, ya sea en el bloque conservador o en el bloque progresista, hay muchos matices y diferencias.

Mientras que los grandes partidos tienen un origen anterior y traen una mochila de historia, los partidos nuevos han intentado recuperar el fraude que han supuesto los grandes para el votante, recolectando el voto en muchos casos. Y, ¿cómo se ha producido ese traspaso? Desde lo emocional.

¡Qué viene el lobo!

Los discursos en campaña, así como la performance de los debates, están estudiados para que toque la tecla de lo irracional. En toda la legislatura, pero sobre todo cuando se acerca la campaña, cada líder y partido se acerca a su posible votante.

Los conservadores nos dicen que se romperá España, nombran a ETA como arma y buscan chivos espiratorios impregnados de xenofobia. Nos quieren mandar a las cavernas. Los progresistas nos venden un estado de bienestar descuartizado, lleno de colores e idealismo. Y cada uno nos pone en bandeja lo que queremos oír según nuestros valores y creencias. Sin embargo, los programas electorales y la legislatura en cuestión son el contrato entre los partidos y nosotros, y es lo que debemos tener en cuenta. Y lo más importante, comparar.

Si el 28 de mayo vas a votar, párate y reflexiona. Mira al pasado para entender el presente porque de ello dependerá construir un futuro donde todos tengamos espacio.

Apuesta por aquellos que sumen y tienden puentes. Por los que consideren esencial el progreso de toda la ciudadanía y no solamente la de unos pocos. Confía en aquellos que inviertan en lo público y lo sientan como un pilar esencial para que todos tengamos acceso a servicios básicos para la vida como la educación o la salud, y por ello tengamos las mismas oportunidades para tener una digna calidad de vida. Vota por los que valoren la diversidad como una riqueza, sin obviar las diferencias que nos atraviesan. Vota por aquellos que apuestan por un país justo socialmente y donde la libertad no sea considerada solamente desde el propio individuo, la que acaparan unos pocos. Vota para que se pueda dibujar un futuro donde todos tengamos cabida.

síguenos en Telegram

Sobre este blog

Palabras Clave es el espacio de opinión, análisis y reflexión de eldiario.es Castilla-La Mancha, un punto de encuentro y participación colectiva.

Las opiniones vertidas en este espacio son responsabilidad de sus autores.

Etiquetas
stats