El cambio climático que está viviendo la Tierra y el pronóstico de un aumento en la frecuencia e intensidad de las sequías en España requiere establecer estrategias que fomenten una mejor gestión de los recursos hídricos y palíen los efectos adversos de este fenómeno sobre la sociedad y el medio ambiente. Un impacto que la Fundación Nueva Cultura del Agua está estudiando junto al Ayuntamiento de Madridejos (Toledo) con la intención de conocer de primera mano las características de la localidad en este ámbito y, de esta manera, ajustar una serie de medidas adaptadas a sus necesidades para enfrentarse a esta adversidad.
Con el título de ‘SeGuía’, este proyecto quiere reforzar las capacidades de pequeñas y medianas poblaciones que son “más proclives a períodos de sequía” con tal de que dispongan de una herramienta que les permita gestionar de una manera adecuada las consecuencias de períodos prolongados de falta de lluvías. Uno de los tres municipios donde se está llevando a cabo esta iniciativa es el de Madridejos, una localidad de algo más de 10.000 habitantes que no tiene la obligación de elaborar un plan de emergencias que incorpore medidas y acciones a llevar a cabo ante el riesgo de sequía, una norma que sí afecta a los municipios superiores a 20.000 habitantes.
En el año 2007, el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (Mapama) publicó una guía que sirviera como modelo de ayuda para la elaboración de estos planes, “una guía muy completa, aunque quizá un poco compleja, para los grandes sistemas de abastecimiento pero no para los pequeños”, explica a toledodiario.es la investigadora Nuria Hernández, asociada a la Fundación Nueva Cultura del Agua, quien afirma en este sentido que detectaron “la necesidad” que existe en pequeños y medianos municipios por toda España de “ajustar” esa guía a un documento apropiado a sus características.
Por ello, a través de un proyecto subvencionado por la Fundación Biodiversidad, esta fundación está también actuando en otros dos municipios con distintas características como son Puente Genil (Córdoba) y Jávea (Alicante), que en su caso sí cuentan con más de 20.000 empadronados. El primer paso es realizar un diagnóstico previo del municipio para conocer su sistema de abastecimiento, para lo que realizan entrevistas a técnicos y expertos e intentan implicar a las partes interesadas y autoridades a la construcción de “capacidades sociales para la gestión de la sequía”.
A raíz de este conocimiento, plantean una serie de actividades y talleres con los que involucrar a la sociedad y agentes implicados, con el fin de identificar las debilidades y fortalezas del municipio ante un posible período de sequía. Precisamente, este martes 27 de febrero, se desarrolla el primero de estos talleres en el Vivero de Empresas de Madridejos, donde la Fundación presenta sus estudios, hace una introducción a la gestión de la sequía en sistemas de abastecimiento urbano y propone sesiones de trabajo para elaborar un análisis conjunto de las características vulnerables de la localidad toledana frente al riesgo de sequía.
El agua en Madridejos
El caso de este municipio, que pertenece a la Red Natura 2000 y cuenta con dos zonas ZEPA y una zona LIC, es “especial”, subraya la investigadora. Madridejos -que ya ha pasado la fase de diagnóstico en el estudio-, está entre dos cuencas hidrográficas, en más de un 90 por ciento en de la del Guadiana y el resto en la del Tajo -de la que su Confederación Hidrográfica (CHT) ha presentado estos días su Plan de Sequía, que se encuentra ahora en trámtie de información pública-.
La localidad toledana utiliza agua de las dos cuencas. Por una parte se abastece por sondeo en la masa de agua subterránea de Consuegra-Villacañas en el Guadiana y, por otra, están conectados a la Mancomunidad de aguas del río Algodor (cuenca del río Tajo), la cual abastece a alrededor de 170.000 habitantes, en el caso de Madridejos de manera secundaria, “en la medida en que lo necesita”.
¿Por qué en Madridejos? La representante de la Fundación, que también intervendrá en una de las ponencias del taller, resalta que la masa de agua de Consuegra-Villacañas fue declarada sobreexplotada por la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG) en el año 2014. “El término legal es que está en riesgo de no alcanzar los objetivos químicos y cuantitativos, tiene problemas de nitratos y se extrae más agua de la que hay”, destaca la experta, que también apunta que los usos agrarios extraen “más agua de la que se declara”.
“El Algodor tendría que hacer un plan de sequía, pero no lo ha hecho”, denuncia Hernández sobre la otra fuente de agua de Madridejos, que asevera que desde que en los años 90 se atravesaran graves períodos de sequía en el país, “hay muy pocas ciudades o sistemas de abastecimiento que tengas aprobados planes de emergencia” y sus correspondientes medidas para luchar contra la falta de agua, lo que ha tenido también sus efectos en los humedales.
Ahora, indica Hernández, la localidad ha pasado de extraer agua unicamente de la masa de Consuegra-Villacañas, a hacerlo actualmente “en un 70 por ciento de sus propios pozos y en un 30 del Algodor”, el cual extrae las aguas del embalse Almoguera, justo aguas abajo de Entrepeñas y Buendía, los embalses de cabecera del río Tajo que se encuentran “totalmente sobreexplotados” y van camino de “no recuperarse”. “Es preocupante, los usos están en peligro”, advierte sobre los posibles problemas de abastecimiento que puede tener el municipio.
Según el diagnóstico llevado a cabo por la Fundación Nueva Cultura del Agua, el mal estado de la red es uno de los principales problemas identificados para la mejora de la eficiencia del sistema en Madridejos. Su propio Plan Director indica que “el 60% de la red de distribución no ha sido renovada desde su instalación original, o ha sido renovada con materiales inadecuados o defectuosamente instalados. La red de distribución original se construyó con fibrocemento, con una vida útil estimada de 40 años, que es la edad media de las conducciones”.
El proyecto
En este marco contextual, Hernández justifica la necesidad de establecer estas guías como un útil utensilio para los municipios de menos de 20.000 habitantes y, con los ejemplos de las otras dos poblaciones, para ciudades que todavía no hayan elaborado este plan de gestión ante el riesgo de sequía. Para llevarlo a cabo, han encontrado la disposición del propio Ayuntamiento, “muy interesado” en desarrollarlo a través de su Oficina Verde, y la colaboración de la Agencia del Agua en Castilla-La Mancha.
Además, para hacer posible esa participación con la que quieren llevarlo a cabo, también intervienen en las distintas fases de la iniciativa los principales actores implicados en este campo, entre los que están asociaciones de vecinos, cívicas y culturales, responsables de grandes consumidores, empresas, cooperativas agrarias, o comunidades de regantes, entre otros.
La iniciativa arrancó en el mes de septiembre y terminará el próximo 30 de junio, momento en el que la Fundación presentará la guía definitiva en los municipios afectados. El mismo período de tiempo que el de un curso académico en el que también están haciendo una revisión de la normativa que servirá de apoyo para la elaboración del mencionado documento, que será revisado, adaptado y ajustado a las necesidades de Madridejos.
El mes de abril tendrá lugar el segundo taller en el municipio en el que, con las ideas y conceptos que extraigan del celebrado hoy, podrán desarrollar con mejor puntería un manual que, por desgracia, se hace indispensable ante el aumento de períodos de sequía que pueden darse y las amenazas que implican al medio ambiente, a factores socioeconómicos, sectores estratégicos como la agricultura o al propio consumo humano.