¿Qué aportaciones puede hacer la ciencia ante los nuevos retos en la obtención del agua? Es la pregunta que plantea y responde la directora del Departamento de Ingeniería Química y Biomolecular de la Universidad de Cantabria y miembro de la Real Academia de Ciencia Exactas, Físicas y Naturales que esta semana ha pasado por Guadalajara, en uno de los actos que organiza la Fundación Siglo Futuro con motivo de su 25 aniversario.
Tenemos agua de sobra a nuestra disposición. Inmaculada Ortiz se muestra categórica al asegurarlo porque “es un recurso que encontramos en el 70% de la superficie del planeta”. El problema radica en que donde hay agua no hay población y viceversa. La accesibilidad y disponibilidad de agua de calidad es uno de los problemas más importantes en la actualidad debido al continuo crecimiento de la población, la industrialización, la contaminación y el cambio climático.
Las nuevas fuentes en la obtención del agua
Las nuevas fuentes en la obtención del aguaEl agua natural que captamos para el uso humano, explica, “está sometida cada vez más a situaciones de debilidad que se convierten en algunos casos en sequía. Eso no es porque no haya agua en el planeta sino porque su distribución no es la adecuada”.
Sugiere mirar hacia otros países, donde la desalación ya es una práctica habitual teniendo en cuenta que el 97% del agua disponible procede del mar y que, en zonas de interior, podemos echar mano de las aguas salobres. El reto aquí es reducir los costes energéticos.
Pero al margen de la opción desaladora esta experta asegura que cada vez es más habitual la reutilización de las aguas residuales que, además, pueden depurarse en función de su uso posterior.
“Si se quiere usar para lavar coches o calles, su calidad será menor que la que necesitamos para consumo humano. Uno de los retos es adaptar los tratamientos para buscar una determinada calidad y esa será una forma de relajar los recursos naturales”. Es decir, la ciencia puede contribuir a que tengamos más agua disponible “adaptando su calidad a los usos que vayamos a hacer de ella”.
Las aguas residuales contribuirían a reducir la ‘tensión’ territorial por el Trasvase
Las aguas residuales contribuirían a reducir la ‘tensión’ territorial por el Trasvase¿Cómo conseguirlo? Las aguas que salen de las depuradoras, una vez tratadas, se devuelven al medio natural. Lo ideal, según Inmaculada Ortiz, es que pudieran reutilizarse y que, gracias a tratamientos adicionales “adecuados” se destinasen también a regadíos.
Y es que, en su opinión, “el problema de riego en la agricultura podría paliarse reutilizando aguas residuales tratadas”. Reconoce que sería una forma de evitar la llamada “guerra del agua” entre territorios por la escasez de agua, derivada de los trasvases desde la cabecera del Tajo a la zona levantina. “No hay una única solución pero esta no depende ni de la zona, ni de la estación del año y seguro que contribuiría muy positivamente”.
“No se conocen los efectos de fármacos o detergentes en aguas naturales”
“No se conocen los efectos de fármacos o detergentes en aguas naturales”Otra cosa es la gestión y el uso racional del agua donde poco o nada tiene que ver la ciencia. Para mejorar el sistema de acceso al agua y su gestión “hay alternativas técnicas y tecnológicas”, ese no es el problema, aunque la catedrática declina opinar sobre el trabajo que desempeñan quienes tienen responsabilidades políticas en este aspecto.
“Solo puedo decir que la ciencia contribuye a mejorar la calidad del agua y que uno de los problemas a los que nos enfrentamos es determinar qué puede ocurrir en esas aguas que proceden del consumo humano y que incorporan compuestos que antes no existían como cosméticos, fármacos o detergentes. Acaban en las aguas naturales sin que se conozcan sus efectos”.
“Hay soluciones para llevar agua donde se necesita pero hay que querer aplicarlas”
“Hay soluciones para llevar agua donde se necesita pero hay que querer aplicarlas”Inmaculada Ortiz cree que hoy en día “se puede hacer mucha presión cerrando la llave del agua y eso es un problema de mayor envergadura que la propia ciencia”. Insiste en que hay soluciones científicas para llevar agua a zonas donde se necesita, en cualquier punto del mundo, pero “hay que adaptarlas y querer aplicarlas”.
“En España no le damos al agua el valor que tiene” y alude a la “necesidad de un cambio de mentalidad” en el consumo y reutilización -también en el hogar- porque “así será más fácil será la adopción de medidas que protejan el recurso y aumenten su disponibilidad”.
“Es una buena señal que el promedio de consumo de agua en España esté disminuyendo”, sostiene, porque eso quiere decir que están funcionando las políticas de concienciación, aunque “es un camino largo”.