Albacete, los temporeros invisibles: “Necesitamos urgentemente un plan de alojamiento”

Carmen Bachiller

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El Colectivo Sin Fronteras Albacete ha celebrado este domingo una concentración en la carretera de Las Peñas, junto a los asentamientos de personas temporeras, para denunciar que se trata de lugares “inhumanos” donde “se sufre en silencio en olvido, invisibles incluso para la ciudadanía de Albacete, pero sobre todo para el resto del territorio español”. 

Mientras Albacete celebra estos días su fiesta grande, una decena de colectivos han evidenciado la otra cara de la ciudad. València és Refugi, Colectivo de afrodescendientes Uhuru Valencia, Plataforma Ciudadana Caudete Se Mueve, Associació Pel Voluntariat A L´Eliana, Plataforma Apoyo Personas Refugiadas Almansa, Asociación Humanista Elda, Dandelion ONG, Crida contra el racisme i el feixisme Elda-Petrer y Federación Española de Asociaciones Pro Derechos Humanos, junto a activistas de muchas ciudades españolas se han desplazado hasta la capital albaceteña para denunciar lo que califican de “situación indigna”. 

“Se conocen sobre todo los casos de Lepe, en Huelva, o de la Cañada Real, en Madrid, pero el Albacete la situación está silenciada”, asegura Elena Roncero, portavoz del Colectivo Sin Fronteras de Albacete, convocante de la protesta.

En un manifiesto piden la adhesión ciudadana para poner fin a esta situación. “Hay al menos 400 personas en la carretera de Las Peñas, peor hay más asentamientos y chabolas. No conocemos la cifra real”, advierte. 

“Necesitamos urgentemente un plan de alojamiento que dé soluciones dignas a las personas temporeras”, reclaman en el manifiesto que acompaña un formulario de adhesión para todas las personas que lo deseen.

Un problema que se ha convertido en histórico

Se cuentan ya casi por décadas los años en los que la situación persiste. Durante los momentos más duros de la pandemia, las condiciones de estas personas se hicieron virales cuando se saltaron el confinamiento pidiendo dignidad, ante la imposibilidad de salir a trabajar. 

Se procedió a clausurar la antigua nave de la empresa Cereales Saltó donde habitualmente se refugiaban los temporeros y se prometieron soluciones que siguen sin llegar, más allá del ofrecimiento del Obispado de Albacete para alojarlos temporalmente.

“Lo valoramos positivamente pero solo hay 50 plazas y estamos hablando de centenares de personas . Son parches. Hay que tomar una decisión real y efectiva”. Hoy los asentamientos siguen creciendo, recuerda la portavoz de Colectivo Sin Fronteras en Albacete. “Es vergonzoso”.

El Colegio de Trabajo Social lleva años pidiendo a las administraciones “un trabajo integral, preventivo y continuado en todos los frentes con los temporeros migrantes”. Y ahora se vuelve a insistir con el apoyo de 200 colectivos de todo el país. 

“Están rodeados de basura, con riesgo de incendios como el que se produjo en agosto y sufriendo lluvias y olas de calor como las que hemos tenido. No son condiciones para ninguna persona. Son trabajadores. Y son quienes recogen los productos agrícolas que llegan a nuestra mesa”, recuerda la activista del Colectivo Sin Fronteras en Albacete. 

“Sabemos que no es fácil de resolver”

Elena Roncero reconoce que la situación “no es fácil de resolver. Lo sabemos”, pero argumenta que “siempre hemos tenido la mano tendida a crear una mesa de trabajo en la que se puedan consensuar medidas junto a los colectivos sociales que trabajan en Albacete”. 

Miran con cierta esperanza la iniciativa del Gobierno de España que el pasado mes de enero anunció que el Plan Estatal de Vivienda incluye una propuesta habitacional: se ofrecerá hasta 50.000 euros por vivienda para que las comunidades autónomas, junto a empleadores y ayuntamientos, construyan viviendas bajo el sistema de cohousing. 

“Nosotros ya hemos planteado una especie de campamento en condiciones, con construcciones y controles de acceso y registro. Y con una cuota a pagar. Hemos hablado con estas personas y ellos quieren pagar una habitación. El problema es que no encuentran quien se la alquile”. 

Y es no es un problema coyuntural. Ni lo ha sido ni lo será. “Muchas de estas personas se desplazarán ahora a la campaña de la aceituna en Jaén, pero regresarán a Albacete. Algunos se quedarán en invierno en un lugar horrible para vivir”.