El poblado íbero de ‘El Amarejo’, ubicado en el municipio albaceteño de Bonete, es un yacimiento arqueológico de la Edad de bronce. Se descubre a finales del siglo XVIII, entre los años 1898 y 1899. El maestro del pueblo, Don Pascual Serrano, se puso en contacto con un arqueólogo francés, Pierre Paris, porque le llegan muestras de cerámicas descubiertas por agricultores que trabajaban en la zona. “En este momento comienza el descubrimiento de ‘El Amarejo’’ como poblado”, cuenta en una entrevista a AlbaceteCapital.com Manoli Calero, maestra jubilada de Bonete y gran conocedora del yacimiento.
Lo más destacado y curioso de este yacimiento es una vasija ornitiforme en forma de paloma dotada de un embudo de relleno (el único resto fragmentado) y de un pico vertedor en forma de orificio rectangular situado encima de la cabeza. Es la pieza más valiosa del poblado. “El terminado es de gran calidad. Pintada de color rojo vinoso con líneas incisas en el cuerpo, estampillas en cuello y cabeza simulando los ojos del ave”, explica Manoli.
El diseño es de gran perfección desde el punto de vista técnico y con una gran belleza plástica, fechadaa en los últimos años del siglo III a.C. en opinión del más reciente excavador de la zona, Santiago Broncano.
La pieza tiene una altura de 11,2 centímetros y una longitud de 19 centímetros. La coloración “achocolatada” que muestra el ejemplar que se encuentra en el Museo Arqueológico de Albacete puede deberse al incendio violento y destrucción bélica del poblado. Su uso es posible que fuera como vaso de libaciones cuando en las ceremonias religiosas se derramaba el vino o la cerveza en honor de los dioses locales.
Como curiosidad, esta cerámica úbera del siglo IV a.C. encontrada en el paraje de ‘El Amarejo’ se adoptó como emblema del Complejo Hospitalario Universitario de Albacete. Un hallazgo descubierto en 1985 y que hoy en día se puede ver como el logotipo que se muestra en documentos o recetas. Un fino diseño del hijo del ginecólogo Ismael Piñero.
Los vecinos y vecinas de Bonete esperan que las excavaciones continúen este año ya que se habla de un monumento funerario megalítico en ‘El Amarejo’. Se llevarán a cabo por la Universidad de Alicante.
Historia del poblado ibero de ‘El Amarejo’
El poblado ibero de ‘El Amarejo’ se descubre a finales del siglo XVIII, entre los años 1898 y 1899.Todo ello a raíz de que, a el maestro del pueblo, Don Pascual Serrano le llegasen cerámicas descubiertas por agricultores de la zona.
Durante muchos años no se produjeron excavaciones oficiales en el yacimiento, “fueron personas de forma clandestina las que excavaron hasta destrozar ciertas partes del poblado. No fue hasta el 1978 cuando Santiago Broncano a través del Museo Arqueológico de Albacete consigue excavar el poblado. Durante ese año y los dos siguiente se consiguió descubrir todo lo que hay visible del poblado íbero actualmente”, explica Calero.
Está compuesto por habitaciones rectangulares y muros con un zócalo de piedra sobre el que se superponen adobes. Este yacimiento está coronado por una meseta y las laderas del cerro ‘El Amarejo’ que contiene una serie de departamentos horizontales que llegan hasta la base del cerro. “El departamento uno y tres son los más grandes, con una superficie de cuatro metros. En uno de ellos apareció un hogar muy bien conservado que contenía un horno de fermentación de cereales, por lo que ya fabricaban cerveza”, cuenta Manoli. Además, se aprecia una estrecha zanja que parece ser el conducto por donde salía el aire del horno para calentar la estancia.
El departamento número dos es “muy alargado y estrecho con lo cual parece ser que no era vivienda sino almacenamiento de vasijas para diferentes productos. En la parte contraria de la ladera de la cima hay un cuarto departamento que por la cantidad de restos de vasijas y cerámicas descubiertas parece ser una vivienda o taller de un alfarero desde donde se vendían estos productos que se fabricaban”, añade la docente. Además, las excavaciones descubrieron un silo en roca hacia abajo como una especie de pozo donde almacenaban alimentos.
De esta forma, el poblado parece estar hecho artificialmente con el doble fin de situar las viviendas y como medio de fortificar y defenderlo. El material arqueológico del yacimiento ‘El Amarejo’ es especialmente el cerámico, por lo que se considera la existencia en este núcleo de una producción alfarera extraordinaria, comparándola con la extensión relativamente pequeña del enclave.
Asimismo, el material encontrado en este poblado íbero pertenece a la Edad del Bronce, característico de la etapa final de esta época. Se observan cerámicas fabricadas a mano, alisadas, espatuladas o bruñidas. Otros materiales de esta época son: dientes de hoz, una punta de flecha en silex con péndulo y aletas, cuchillo de cobre, brazalete de arquero, punzones de hueso, cuentas de collar entre otros. En cuanto al material arqueológico de época ibérica, destaca sobre todo por el material cerámico de cocina, y abundante cerámica fina. Por lo que todo indica que “era un poblado de un alfarero por toda la cerámica que se ha encontrado, aunque también se dedicasen a la agricultura y ganadería”, añade Manoli.
Historia a.C.
La curiosidad de Manoli hace viajar y recordar que en la Edad de Bronce, en el año 1.200 a.C., parece ser que se construyeron las primeras casas. De todo ello “apenas quedan restos de piedras y huesos con las características típicas de esta época”. Después en el siglo IV a.C. es cuando se levanta el poblado ibérico hasta principios del siglo II a.C. Tras estos años parece ser que se quemó y se abandonó“, dice.
El poblado ha puesto de manifiesto la existencia de un anterior poblado de la Edad del Bronce final sobre el que se superpone el poblado Ibérico, el cual no llega cronológicamente a la denominación romana.