TOLEDO

Los arqueólogos volverán a explorar los restos asociados a la presa romana de Moracantá

La presa romana de Moracantá en el término municipal de la localidad toledana de Villaminaya retoma sus trabajos de excavación en lo que supone ya la cuarta campaña de investigación, bajo la dirección de arqueólogos de A Tempora. En esta ocasión se incorpora un nuevo grupo de participantes en las actividades de campos de voluntariado juvenil, que se incluye dentro del Programa Verano Joven para la recuperación del Patrimonio Cultural, organizado por la Dirección General de Juventud y Deportes de Castilla-La Mancha.

A principios de julio el Consejo de Gobierno de Castilla-La Mancha acordaba declarar Bien de Interés Cultural (BIC), con categoría de Monumento, a esta la presa romana que se encuentra en el límite con Almonacid de Toledo y la Sierra de La Oliva.

Desde el año 2021 se están realizando campañas periódicas de excavación arqueológica de la presa y su entorno, bajo la dirección de Javier Peces y Samuel Rodríguez, 'A Tempora Arqueología', gracias al esfuerzo inversor de la Corporación municipal que ha contado con la “inestimable ayuda” de un grupo de voluntarios de la localidad, según ha dado a conocer el ayuntamiento.

Una iniciativa que según el Consistorio de Villaminaya responde “al interés de la población local por conocer y compartir su patrimonio cultural”.

Ahora se estudian estructuras asociadas a la presa

La presa se localiza al norte del término municipal, junto a las elevaciones de Los Cerrajones y La Coronilla; una encrucijada de arroyos y caminos. Se trata de una estructura hidráulica de abastecimiento y regulación, construida con la combinación del hormigón tradicional romano (opus caementicium) con mampuestos del terreno (opus incertum). Las sucesivas campañas de investigación han permitido definir la morfología y potencia de la presa, así como su relación con el territorio. En esta campaña los trabajos se centrarán en el estudio de las estructuras asociadas existentes que definen un espacio habitacional y funerario.

Y es que se califica de “necesario” el registro, documentación y estudio de la zona arqueológica que delimita la presa de Moracantá. “El conocimiento de la superficie de forma precisa, si es cumplimentada con la definición de las estratigrafías existentes bajo cota cero, nos aporta un control de las estructuras ocultas de forma no invasiva”.

Esto supone, añaden, “la optimación de los recursos, la delimitación de las cotas reales en las que se asientan los restos existentes en el subsuelo y su relación crono-espacial con el resto de los elementos de interés arqueológico”.

El objetivo es también registrar toda la superficie para conocer la orografía y el estado actual de la presa y poder realizar la recreación tridimensional de la zona. Eso permitiría, explican, “una reconstrucción tridimensional del yacimiento y poder estudiar con profundidad los hallazgos encontrados, así como realizar suposiciones de asentamientos y estructuras”. Para las zonas de detalle se realizará el escaneado tridimensional con láser escáner. 

En el caso de estudios mediante georadar, se procederá a la ejecución de una prospección por Georradar (GPR) multicanal de alta definición sobre una superficie máxima 4.000 m2. El objetivo del estudio será la caracterización arqueológica del subsuelo, es decir la búsqueda y la documentación de estructuras enterradas, como restos de muros, pavimentaciones, cavidades, rellenos, inhumaciones, etc.