La Guardia Civil ha detenido a un hombre de 75 años de Ponferrada por un presunto delito de acoso sexual por teléfono a una mujer. El hombre ha llegado a tener diez líneas diferentes de teléfono, que obtenía usurpando la identidad de otros vecinos. Además, durante la investigación de la Benemérita, se descubrió que estaba llevando a cabo hechos semejantes a muchas más mujeres de manera simultánea
El equipo EDITE de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil de Toledo (UOPJ) ha sido el encargado de llevar a cabo la investigación por una denuncia interpuesta por la víctima. Según manifestaba, un varón que sospechaba, podría ser de su entorno, le enviaba mensajes de texto y audios de alto contenido sexual y vejatorio, siempre desde un número oculto.
Tal era la insistencia del presunto autor que en apenas 20 días envió más de 70 mensajes de voz y de texto, siempre con contenido altamente sexual, lo que produjo en la víctima “un cuadro de nerviosismo y miedo, impidiéndole llevar una vida normal”.
Tras el laborioso análisis de cada uno de los mensajes de texto, llamadas y audios recibidos por la denunciante, los investigadores dieron con una numerosa cantidad de identidades, lo que les llevó a afirmar “sin ningún género de duda” que, a la par del delito de acoso, el presunto autor igualmente estaba utilizando identidades falsas a la hora de adquirir las tarjetas SIM desde donde se comunicaba con la víctima.
Una vez se focalizó la investigación, se localizó al presunto autor en la localidad de Ponferrada, el pasado 9 de agosto del pasado 2022. Un varón de 75 años que estaba llevando a cabo acciones idénticas con varias mujeres más, y que utilizaba las identidades de vecinos que obtenía mirando su correo. Una vez detenido y comprobados sus datos, resultó poseer antecedentes por hechos semejantes, y varias órdenes de alejamiento emitidas por varios juzgados.
La Guardia Civil recuerda que vigilar, perseguir o buscar la cercanía física de otra persona, de manera reiterada e insistente, o establecer contacto con ella repetidamente y sin su consentimiento a través del envío de cartas, mensajes, paquetes, llamadas o cualquier otro medio de comunicación, pueden suponer un delito de acoso o “STALKING”, contemplado en el artículo 172 del Código Penal, castigado con penas de hasta dos años de prisión.