IA para diagnosticar y tratar 'made in Cuenca': “No sustituirá al sanitario pero aumentará su productividad”

Las tecnologías de inteligencia artificial (IA) y de aprendizaje automático (AA) están “revolucionando” la atención médica, según los especialistas. Y va tan rápido que casi cada semana hay novedades. La IA entrena, aprende y necesita soporte en forma de centros de datos, además de profesionales formados y mucho tiento para garantizar una implementación responsable y ética.
Castilla-La Mancha se ha subido a este carro tecnológico. El último proyecto es la creación de la Cátedra de Inteligencia Artificial asociada a la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM).
La institución académica ha suscrito un convenio con Bayer Hispania (BHI) por el que la multinacional farmacéutica invertirá 40.000 euros anuales en el proyecto. Se trata, explica el documento, de “optimizar los procesos clínicos, reduciendo tiempos de espera y maximizando los recursos disponibles”. Su objetivo es “mejorar la precisión y el avance en el diagnóstico de enfermedades” y la “selección de tratamientos más efectivos mediante la implementación de sistemas de Inteligencia Artificial”. ¿Sustituirá a los médicos? Sus impulsores dicen que no. La función es “ayudar”.
La cátedra aspira además a “convertirse en un centro de investigación avanzada en la convergencia de la Medicina y la Inteligencia Artificial, permitiendo a los investigadores desarrollar algoritmos y modelos que aborden problemas médicos específicos”. Entre otros, funcionará en colaboración con el Instituto de Investigación Sanitaria de Castilla-La Mancha (IDISCAM).
El Instituto de Tecnología, Construcción y Telecomunicaciones (ITCT) del campus de Cuenca será la sede del proyecto que dirige Jorge Mateo Sotos. Este doctor ingeniero en Telecomunicaciones, profesor en la Escuela Politécnica conquense, se muestra exultante por haber logrado que la cátedra se quede en su provincia natal.
Con él charlamos sobre los desafíos inmediatos. Dice que en cuando se habla de esta tecnología “hay que mover ficha muy rápido para no quedarse obsoletos”.
¿Cómo surge la idea de poner en marcha la cátedra?
Se viene fraguando en los últimos tres años, hasta la firma del convenio con la multinacional farmacéutica en julio de 2024. Queremos potenciar el uso de la inteligencia artificial en la Medicina.
Nuestro grupo investigador, el Grupo Experto en Análisis Médico (GEM) de la Universidad de Castilla-La Mancha, ya tiene experiencia de 20 años en desarrollo de técnicas de IA aplicadas al sector sanitario. Supone dar continuidad a nuestro trabajo. Se trata de generar sinergias con el sector sanitario y la empresa.
¿Cómo se va a estructurar?
Ana María Torres Aranda se ha incorporado como vocal de la cátedra y se irá sumando más gente. Ya hay quien nos ha dicho que quiere hacerlo. La idea es colaborar con los hospitales para impulsar su aplicación.
Tendrá cuatro pilares: investigación, divulgación, formación y transferencia a través de publicaciones científicas que avalen nuestro trabajo. Y no podremos estar nueve meses, o un año, para que lo evalúe una revista, porque cuando se quiera publicar estará caducado. La revisión por pares deberá ser más ágil.
¿Cuál es la contraprestación entre una multinacional farmacéutica y la UCLM?
Al final es un mecenazgo. Bayer quiere que impulsemos la IA en el sector sanitario y ofrece sus ideas y su dinero para ampliar conocimientos. En el convenio suscrito queda claro. No desarrollaremos productos de Bayer ni sugeriremos utilizar los suyos. Es un mecenazgo para avanzar en investigación.
La cátedra se presenta oficialmente y usted defiende la IA como una revolución para la salud. ¿Por qué?
Porque será algo a lo que nos tenemos que acostumbrar. Ahora ya lo vemos con herramientas generativas del tipo ChatGPT, pero hay otras mucho más potentes que permitirán que la gestión clínica, el triaje en los hospitales y otras cuestiones sanitarias vaya más rápido. Convertirá ciertas gestiones repetitivas en automáticas y lo hará bien.
Es un gran avance en la productividad de las personas. No nos damos cuenta, pero lo haremos.
La IA no sustituirá al sanitario. Será una ayuda. Se aumentará la productividad y se podrá dedicar más tiempo al paciente. Mejorará el aspecto social
Los objetivos serán mejorar la precisión en el diagnóstico de enfermedades y facilitar la selección de los tratamientos que sean más efectivos. ¿Cómo?
Al final la IA es una ayuda al diagnóstico. Las historias clínicas no dejan de ser datos. A veces el sanitario no ve el patrón que existe, por ejemplo, en la posibilidad de sufrir un trombo. La IA analiza el histórico de datos, es capaz de revelar un patrón y facilitar el diagnóstico.
Ayudará, por ejemplo, a controlar la dosis exacta en cada paciente de cáncer. Será una medicina más personalizada. Llevamos un tiempo trabajando en eso, para permitir que el clínico afine más, y se eviten los efectos secundarios.
¿El objetivo pasa por sustituir al sanitario en la toma de decisiones sobre diagnóstico y tratamientos?
No. Será una ayuda. Se aumentará la productividad y se podrá dedicar más tiempo al paciente. Mejorará el aspecto social.
¿La cátedra de IA desarrollará sus propios algoritmos?
Sí, los desarrollamos. Hay que probar con muchos hasta obtener buenos resultados. Y actualizarse de forma constante.
¿Se ha aplicado a efectos prácticos o como piloto en algún centro sanitario?
Estamos todavía en la fase de desarrollo. Hay freno para aplicar la IA, salvo por ejemplo a la hora de adquirir tecnología como puede ser un TAC.
Ahora mismo no podemos acceder a las historias clínicas mediante la IA. Para funcionar debe poder cargar los datos, estar integrada en cada centro sanitario, y eso ahora no es posible.
¿Se ofrecerán también soluciones en la gestión administrativa del personal sanitario?
Sí, iremos avanzando también en ese tipo de proyectos. Se trata de ir colaborando en la gestión con distintos ámbitos sanitarios.
La IA no llegará nunca al registro de pacientes, estará desvinculada
Los sectores sanitario y farmacéutico son muy sensibles porque hablamos de personas. ¿La cátedra tendrá o tiene normas éticas?
Se regirá por los mismos protocolos éticos de la Sanidad. Sabemos que trabajamos con datos sensibles.
Uno de los mayores desafíos será garantizar la protección de la privacidad del paciente y la garantía de la seguridad de los datos. Los ataques cibernéticos a los hospitales no son ya nada extraño. ¿Cómo lograrlo?
Trabajamos con datos anónimos. Nunca podremos encontrar al paciente. La IA no llegará nunca al registro de pacientes, estará desvinculada. Llevo muchos años ya trabajando en esto y nunca conocemos el expediente del paciente. No se entrena a la IA de esa forma.
Ahora justo lo que nos falta es que los hospitales sean capaces de generar esos datos anonimizados para aplicarles la IA.
¿Cómo cree que se resolverán los dilemas éticos o los posibles errores derivados de las decisiones tomadas por un algoritmo?
Siempre decimos que esto es solo una ayuda, pero realmente es el clínico el que debe tomar la decisión. Hoy por hoy es así.
Iremos afinando, también lo ético. Creo que irán surgiendo empresas que ofrezcan este tipo de servicios para que se cumpla la legislación vigente.
Iremos afinando, también lo ético. Creo que irán surgiendo empresas que ofrezcan este tipo de servicios para que se cumpla la legislación vigente
Implementar las tecnologías de inteligencia artificial (IA) y aprendizaje automático (AA) en un sistema sanitario público como el español, ¿será sencillo?; ¿está preparado?
Va lento, pero claro que se puede. Habrá alguna comunidad autónoma que sea la primera. Se irán implementando poco a poco los centros de datos, que deberán ser muy seguros y estar protegidos, con buena conexión.
La planificación debe hacerse poco a poco. Quizá se externalice para que la gestión la realicen las empresas.
¿Cree que Castilla-La Mancha aspira a ser la primera en implantarlo?
Nosotros vamos a impulsarlo, a potenciar el conocimiento. Va muy rápido. Hay que formar a la gente.
Es cierto que el agua es un hándicap para los centros de datos, y por eso se pondrán junto a un río o algo similar para que no sea un problema serio
El Gobierno regional está impulsando centros de datos en la comunidad. Se ha anunciado también un Centro de Ciberseguridad propio. ¿Tiene relación?
Sí, los centros de datos vienen muy bien, deben ir aumentando para no depender de otros sitios. Se puede ir haciendo poco a poco.
Los centros de datos consumen agua y energía. ¿Hay capacidad cuando se habla del agua como un bien escaso por el cambio climático?
Es verdad que los centros de datos consumen agua porque los ordenadores han de estar refrigerados, pero son circuitos cerrados. No tiene por qué estar consumiendo mucho, aunque se evapore. Es cierto que es un hándicap y por eso se pondrán junto a un río o algo similar para que no sea un problema serio. No creo que los centros de datos vayan a ser los que más agua consuman en Castilla-La Mancha. En cuanto a la energía, se alimentan de solar o eólica.
Apostar por los centros de datos creará puestos de trabajo cualificados y asentará población.
Es cierto que el agua es un hándicap para los centros de datos y por eso se pondrán junto a un río o algo similar para que no sea un problema serio
¿Cuánta formación necesitará el personal sanitario? La cátedra ya propone acciones de formación predoctoral y postdoctoral o becas…
El desarrollo de la IA va tan rápido que habrá que tenerlo en cuenta a la hora de formar a la gente. Muchos se piensan que esto es como una caja negra y de repente se dan cuenta de que no lo es, porque funciona muy bien. Esto viene para quedarse y hay que subirse al tren del conocimiento matemático que proporciona el algoritmo. Hay que fortalecer la formación.
¿La telemedicina asistida por IA es posible en territorios despoblados, y tecnológicamente menos desarrollados, como es el caso de Castilla-La Mancha?
Será un gran empuje para la telemedicina. Serán habituales las conexiones remotas en los centros de salud de Castilla-La Mancha. Los datos se volcarán a la interfaz y será la IA analice el resultado. En los centros de salud o en casa, en el móvil. El paciente recibirá alertas si hay un problema.
En la región no tenemos tan mala conexión en los pueblos. Casi todos tienen cobertura 4G, es lo mínimo para los centros de salud si queremos tener imágenes o vídeos. Si se trata de enviar datos biomédicos, bastaría con un 3G.
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