El abuelo de Pilar García-Pozuelo fue uno de los primeros cuerpos que se exhumaron e identificaron en Manzanares, una localidad de menos de 20.000 habitantes en la provincia de Ciudad Real. Fue allá por 2021. El abuelo de Pilar era Manuel García-Pozuelo Serrano, de profesión carretero, que fue fusilado en 1939. Pero ella no ha cejado en su empeño de buscar a más familiares de republicanos asesinados, cuyos restos siguen enterrados en su pueblo.
“Tenemos que seguir ayudando y echando una mano a los demás”, explica. Pilar es parte de un colectivo de descendientes de represaliados de la dictadura franquista, que lleva desde el año 2016 enfrascado en la tarea de buscar los restos de sus seres queridos.
Justo antes de responder el teléfono para esta entrevista había recibido una llamada de un nuevo contacto. Una persona más que había identificado el nombre de un familiar. Aparece en una larga lista de 89 personas cuyos cuerpos llevan décadas en fosas comunes en el cementerio de esta localidad ciudadrealeña.
Los trabajos se harán en las sepulturas 2, 3 y 4 de la fila 6 del cuartel 1 -así se denomina a estas zonas del cementerio- y en las sepulturas 1 y 2 de la fila 4 del mismo cuartel. “Es algo muy emocionante”, afirma Pilar, pero también muy doloroso. Dolor, incredulidad, esperanza. Muchos son los sentimientos que afloran en el pueblo ciudadrealeño.
Este mes de mayo ha comenzado la tercera campaña de exhumaciones. Y no será la última. El objetivo del Ayuntamiento manzanareño es que, en poco más de un año, ya no haya ningún represaliado por el franquismo enterrado en sus suelos.
“Trabajamos ya para acometer una fase final, con recursos que consideramos que pueden venir de la Secretaría de Estado [de Memoria Democrática], que nos lleve a la exhumación de los restantes [hombres] que fueron ejecutados en Manzanares”, explica el alcalde, Julián Nieva. Esto, con la mirada puesta en 2025, al menos para las exhumaciones.
El alcalde, Julián Nieva, es tajante al respecto. “El objetivo es dar la dignidad que merecen las víctimas y resarcir el dolor de quienes llevan décadas esperando que las administraciones actúen”, asegura. Y para ello, celebra contar con el apoyo de los Gobiernos nacional y regional, a través de la Secretaría de Estado y de la Vicepresidencia Segunda de Castilla-La Mancha.
Es un objetivo político, asegura. Uno que comenzó en 2021, con la exhumación de fosas extramuros del actual cementerio. Fueron un éxito, explicaban entonces desde la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, que estuvo a cargo de las labores, bajo un sol manchego de justicia. Se exhumaron más de 30 cuerpos.
Los trabajos continuaron en 2022, esta vez capitaneados por el proyecto ‘Mapas de Memoria’, que ha realizado una investigación a fondo de la represión sufrida en la provincia de Ciudad Real, en conjunto con la Universidad Complutense de Madrid. Se localizaron entonces 13 cuerpos.
Un total de 288 personas fueron asesinadas en la localidad de Ciudad Real, y sus cuerpos fueron enterrados en diferentes zonas del cementerio, entre los años 1939 y 1947. Eran hombres del mismo pueblo, en su mayoría, pero también de Membrilla, La Solana, Villarta de San Juan, Valdepeñas o incluso de la localidad de Martos, en Jaén.
Así lo resume ‘Mapas de Memoria’, proyecto memorialista que realizó un análisis exhaustivo de la represión en la provincia ciudadrealeña. La primera fosa se abrió en abril de 1939. El último enterramiento fue en julio de 1947, según la misma fuente.
Esta tercera exhumación estará a cargo de la empresa Drakkar Consultores, especializados en arqueología forense, y que cuentan con varios trabajos de estas características a sus espaldas realizados en el Monasterio de Uclés, en Cuenca, o en los cementerios de Alicante, Castellón o Elche, entre otros.
Jorge García, director de la empresa, explica la labor conlleva una dificultad especial, ya que las fosas son muy pequeñas, pero muy profundas. Algo de lo que ya advertía la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica tras la primera exhumación. “En algunas hay 20 o 25 represaliados dentro”, aunque las fosas en las que se intervendrá están en la misma fila y se podrán abrir todas a la vez.
“Trabajamos con mucha ilusión, porque al ser ya la tercera campaña, ves que hay incredulidad en las familias que llevan tanto esperando. Son días muy especiales para las personas que llevan 80 años esperando”, resalta. Cree que tardarán entre tres o cuatro meses. “No nos salvamos del sol manchego”, bromea García. Es un plazo generoso, porque “nunca sabemos lo que vamos a encontrar cuando abrimos”. “Ninguna fosa es igual a otra”, recalca.
Para realizar un trabajo profesional de exhumación, explica, el tiempo es “relativo”. “Tardaremos lo que haga falta”, asegura.
Búsqueda de los familiares
Pero mientras el proceso está en marcha, todavía queda algo pendiente: encontrar a las familias de los represaliados cuyos restos serán exhumados. Por ahora, ya se ha contactado con alrededor de un 30% de los descendientes de la lista de 89 personas y por eso, se ha convertido en una prioridad identificar a más familiares. Muchas de las familias emigraron a otras regiones, como Euskadi, Catalunya, Comunitat Valenciana o Madrid.
Es por eso que han pedido colaboración ciudadana para que todas las personas que puedan dar información o conocer a algún familiar, se pongan en contacto con el Ayuntamiento de Manzanares, en la dirección secretaria@manzanares.es, o bien con la empresa, en la dirección jgarcia@drakkarconsultores.com, o con el colectivo Memoria Histórica Manzanares, en la dirección memoriahistoricamanzanares@gmail.com.
“Esto que estamos haciendo es dar un paso de gigante”, explica Pilar García-Pozuelo, del colectivo. Es necesario localizar a las personas que puedan aportar pruebas de ADN para identificar los restos. Por eso, insiste en que la búsqueda de descendientes es ahora una prioridad. “Hacemos un llamamiento para que se pongan en contacto con nosotros”, resalta.
Mausoleo en el cementerio
Los cuerpos que no se puedan identificar tendrán igualmente un lugar de descanso en la localidad ciudadrealeña, en el mausoleo construido en el mismo cementerio con este fin. Allí están ya los restos no identificados de las campañas de 2022 y 2023, que fueron inhumados en un acto público.
“Hemos invertido en el mausoleo para que tengan un espacio con toda la importancia que se merece”, asegura el alcalde Julián Nieva. “Es el cumplimiento de la ley y para la dignificación de los hombres que dieron su vida por la libertad y la democracia”, concluye.