Se cumplen 400 años de la pionera sentencia contra un marido maltratador impulsada por la Universidad de Alcalá

elDiarioclm.es

21 de mayo de 2024 10:26 h

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El 24 de mayo de 2024 se cumplen 400 años desde que, en 1624, el rector de la Universidad de Alcalá, Álvaro de Ayala, dictara la pionera sentencia de divorcio que permitió a una mujer independizarse de su maltratador. Era Francisca de Pedraza, vecina de Alcalá de Henares, quien fue maltratada por su marido, y que gracias a la intervención del rector pudo acogerse a la jurisdicción universitaria “tras ser desoída por la civil y la religiosa”. La sentencia dictada por Ayala, además, obligó a Jerónimo de Jaras, su marido, a devolverle la dote, a entregarle la mitad de los bienes gananciales y a mantenerse alejado de Francisca. 

Una sentencia que habría sido pionera y revolucionaria hace solo 50 años, pero que se dictó hace 400, resaltan desde la Universidad, que la consideran como un “hito histórico” para celebrarse como “parte del patrimonio inmaterial y el impacto que ha legado la institución a la historia de la humanidad”.

Por ello, este viernes 24 de mayo se organizarán diversas actividades para conmemorar la efeméride y darla a conocer aún más entre la comunidad universitaria y la ciudadanía. La jornada comenzará en la Facultad de Derecho a las 11:00 horas. La Sala de Juicios, en la que los estudiantes realizan prácticas en un entorno muy similar al que podrán encontrar en su vida laboral posterior, pasará a ser denominarse Sala de Juicios Rector Álvaro de Ayala.

Más tarde, a las 12:00 horas, en el Salón de Actos del Colegio de San Ildefonso será proyectada la grabación de la obra de teatro ‘399 años después’, producida por la Universidad de Alcalá y estrenada el pasado mes de noviembre, en el contexto del 25 aniversario de la declaración de la UAH como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Tras la proyección, se celebrará un coloquio moderado por Margarita Vallejo, vicerrectora de Posgrado, Formación Permanente y Extensión Universitaria de la UAH, en el que participarán el catedrático de Derecho Eclesiástico del Estado y secretario general de la UAH, Miguel Rodríguez Blanco; el profesor e investigador honorífico de la UAH, Gonzalo Gómez; y la redactora jefa del área de Sociedad del periódico ‘La Vanguardia’, Celeste López.

Homenaje al rector Ayala

A diferencia de anteriores conmemoraciones organizadas en torno a la sentencia, en esta ocasión la Universidad quiere poner en valor la figura de Álvaro de Ayala, el rector que tomó “dos valientes decisiones”. Por un lado, aceptar que se abordara en la Universidad la apelación a las resoluciones previas de la jurisdicción civil y eclesiástica. Por otro, concederle el divorcio a Francisca de Pedraza, junto a la devolución de la dote y los bienes gananciales de la pareja, así como una orden de alejamiento para su maltratador.

El actual rector de la universidad, José Vicente Sanz, insiste en que la decisión jurídica “fue pionera en 1624, pero lo habría sido también hace tan solo 50 años”.

La sentencia del rector Álvaro de Ayala fue descubierta hacia 2005 por el ahora catedrático de Historia del Derecho de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid Ignacio Ruiz, mientras revisaba documentación histórica para su tesis doctoral sobre la jurisdicción académica en Alcalá de Henares durante el siglo XVII y siguió indagando sobre ella durante una década. En 2015 publicó el libro Una alcalaína frente a un mundo: el divorcio de Francisca de Pedraza, la primera de las diversas obras en las que ha analizado la vida, el coraje y el ejemplo de esta víctima de violencia de género.

Ayala era hijo de los V Condes de Fuensalida y fue el primer licenciado en derecho canónico, la rama que había implantado el propio Cisneros, como en civil. De hecho, desde esa licenciatura pasó a encargarse de la formación de los juristas de la Universidad de Alcalá.

En 1623, unos meses antes de la ejemplar sentencia sobre Francisca de Pedraza y Jerónimo de Jaras, se convirtió en el primer rector jurista del Colegio de San Ildefonso, cargo que ocuparía durante un año, como era costumbre en la época. 

Tras abandonar el cargo en octubre de 1624, ingresó en la Compañía de Jesús el 6 de noviembre, pero falleció apenas unas horas después.

¿Cómo pudo un rector juzgar un caso de violencia de género?

Desde la universidad explican que hacia 1624, en la ciudad de Alcalá de Henares convivían tres jurisdicciones diferentes: la civil, que encabezaba el corregidor; la eclesiástica, con el vicario al frente; y la escolástica,  cuya máxima autoridad era el rector del Colegio de San Ildefonso. Las dos primeras “desoyeron” la demanda de divorcio de Francisca de Pedraza, por lo que esta solicitó al Nuncio de su Santidad en España acogerse a la tercera pese a que ni ella ni Jerónimo de Jaras eran aforados de la Universidad de Alcalá. 

“El juicio universitario del caso fue posible gracias a la aquiescencia del Nuncio y a la aceptación también de Álvaro de Ayala, que ya era uno de los juristas más afamados de la época y tuvo mucha visión y audacia al aceptar un caso que, en el fondo, no tenía nada que ver con el día a día de la Universidad de Alcalá”, resaltan desde la institución.