La Junta de Extremadura ha confirmado que el ejemplar de lince ibérico hallado muerto la pasada semana en Valencia de las Torres, uno de los ocho reintroducidos el pasado junio dentro del Programa LIFE plus Iberlince, murió como consecuencia de un envenenamiento, tal como ha determinado la necropsia practicada en el Centro de Análisis y Diagnóstico de la Fauna Silvestre de la Junta de Andalucía.
Presumiblemente el animal comió un cebo envenenado colocado para “control de depredadores” en algún coto de caza, una práctica ilegal que ocasiona una elevada mortandad de especies silvestres protegidas.
Este suceso, que viene a unirse a otros similares y a las reiteradas noticias sobre atropellos mortales de ejemplares de lince en Andalucía, vienen a confirmar las dudas sobre la viabilidad de la reintroducción de esta especie que promueve en varias comunidades autónomas, y entre ellas Castilla-La Mancha, el Proyecto Europeo LIFE+ Iberlince.
El pasado mes de julio, prácticamente al tiempo que en Extremadura, se reintrodujeron en la provincia de Ciudad Real ocho ejemplares de lince criados en cautividad y que por ahora, según los datos que proporciona el radiomarcado, se desenvuelven con normalidad tal como informan los responsables de Iberlince.
Proyecto europeo de 34 millones
Iberlince es el tercer proyecto LIFE aprobado por la Comisión Europea que apuesta por la conservación del lince ibérico, se desarrolla entre 2011 y 2016 y cuenta con un presupuesto de 34 millones de euros, de los cuales la Unión Europea financia un 61,57%, algo más de 20,9 millones de euros, mientras que el resto de los socios aportan el 38,43%, unos 13 millones de euros.
Los socios del proyecto son los gobiernos de Andalucía, Extremadura, Castilla-La Mancha, Región de Murcia, Portugal, el Ministerio de Agricultura y una decena de organizaciones no gubernamentales, conservacionistas y otras relacionadas con el sector cinegético.
Uno de los objetivos principales del proyecto LIFE+Iberlince es la creación de nuevas poblaciones de lince ibérico mediante la selección de áreas bien conservadas de Portugal, y en las Comunidades Autónomas de Extremadura, Castilla-La Mancha, Murcia y Andalucía para su reintroducción, consiguiendo que estas zonas vuelvan a albergar poblaciones autosostenibles de la especie de felino más amenazada del planeta.
En Castilla-La Mancha el lince ha sufrido un notable declive de sus poblaciones, primero en los Montes de Toledo y, más tarde, en Sierra Morena. En 2007 la Junta de Comunidades confirmó la presencia de 15 ejemplares pero en la actualidad no existen datos fehacientes de su presencia natural. Parece claro que no existen poblaciones reproductoras estables sino que simplemente habría ejemplares dispersos procedentes de Andalucía donde los programas de conservación han dado buenos resultados. Las últimas citas registradas, son un ejemplar fotografiado en 2010 en una finca y posteriormente dos muertos, uno por atropello y otro en una caja-trampa.
Reintroducción condenada al fracaso
Ecologistas en Acción publicó un informe en 2011 sobre la situación del lince ibérico en Castilla-La Mancha en el que manifestaban su sorpresa porque habiendo poblaciones estables de lince ibérico reproduciéndose en el norte de Jaén y Córdoba, éstas no terminasen de ampliar su distribución a terrenos colindantes de la provincia de Ciudad Real y al resto de Castilla-La Mancha, cuando las condiciones de hábitat y de alimento son potencialmente similares, cuando no mejores, para la presencia de la especie.
A falta de causas naturales que lo justifiquen, los ecologistas concluyen que las abusivas prácticas de control de predadores y la ausencia de medidas eficaces de protección, por ejemplo frente a los atropellos, impiden que esta especie se recupere más allá de sus últimos reductos andaluces encontrando en Ciudad Real una auténtica “línea roja”.
Mientras persistan esas condiciones negativas la reintroducción está condenada al fracaso, en opinión de los conservacionistas, y por ello la desaconsejan dado su elevado coste. La alternativa sería actuar mejorando el hábitat y reduciendo las causas de mortalidad permitiendo así una recuperación basada en la recolonización a partir de Andalucía de las zonas potenciales que el lince dispone en Castilla-La Mancha.
Ecologistas en Acción pide a la Consejería de Agricultura actuaciones tendentes a corregir los factores que impiden la recuperación de la especie y no sólo en Ciudad Real, también en Toledo y Albacete, eliminando los puntos negros en las carreteras y prohibiendo el uso de métodos de control de predadores como venenos, la caja-trampa y el lazo.