- La Asociación Turístico-Cultural Britur Alcarria propone conocer el nacimiento del río Ungría, desde Fuentes de la Alcarria y sus peculiares 'casas colgadas'
Podemos hacerlo cualquier fin de semana. Nos proponemos disfrutar de una de las zonas más desconocidas y espectaculares de la provincia de Guadalajara y lo haremos en una ruta que nos lleva a conocer el nacimiento del río Ungría.
Hay que salir a eso de las diez de la mañana en una ruta es circular que arranca y termina en el municipio de Fuentes de la Alcarria. Se recorre una distancia de ocho kilómetros en un tiempo estimado de unas tres horas, con un desnivel máximo de 175 metros, por lo que resulta muy asequible para cualquier persona.
Uno de los atractivos de esta ruta es el municipio de Fuentes de la Alcarria, no solo por su cercanía al nacimiento del río sino por su protagonismo histórico a lo largo del siglo XX y también por su emplazamiento. Este pueblo es una especie de península en mitad de varios barrancos, con un único acceso. Las vistas sobre el valle del río Ungría son espectaculares sobre todo en otoño, cuando la vegetación de ribera se tiñe con tonos ocres y rojizos.
“En algunos aspectos sus viviendas recuerdan a las Casas Colgadas de Cuenca porque con unos barrancos tan pronunciados fue necesario aprovechar todo el espacio”, comenta nuestro guía. Fue un Señorío, con castillo y murallas. Hoy de eso solo queda un arco.
El valle del río Ungría tiene desde hace muy poco tiempo la consideración de ‘Paisaje Protegido’. Una peculiar característica que esconde una riqueza geológica e hidrológica muy interesante. “Hay algunas sorpresas durante el recorrido. Casi puedes sentirte un descubridor”, comenta nuestro guía Adolfo. Es uno de los parajes más bellos y desconocidos de la comarca de la Alcarria, en Guadalajara.
“Se descubren dos barrancos muy pequeños, muy remotos donde el contraste entre el páramo y el valle es acusado porque en menos de un kilómetro se pasa de la aridez esteparia del páramo al fondo de un frondoso valle”.
Partiendo de los infinitos páramos alcarreños, la ruta se adentra en el estrecho valle del que mana el agua en la que tiene su origen el río Ungría. El agua que recogen los páramos se filtra por motivos geológicos hacia el valle dotándole de una inusitada humedad para esta parte de la antigua y seca Castilla.
Una de las curiosidades, y no desvelaremos muchas, es que la ruta pasa también por un árbol centenario, un cedro del Himalaya, al que Camilo José Cela se refirió (por error) como “pino japonés” en su ‘Viaje a la Alcarria’. Un ejemplar gigantesco que contrasta con la típica vegetación del lugar.
La ‘zona cero’ de la Batalla de Guadalajara
En ruta, el guía nos ofrece una cronología de lo que ocurrió en la Batalla de Guadalajara, en plena Guerra Civil española, que narraron escritores como Ernest Hemingway, que estuvo en marzo de 1937 en la zona.
Y es que la carretera que discurre entre las localidades de Torija y Brihuega, junto al desaparecido Palacio Ibarra, fue la ‘zona cero’ de una durísima batalla que terminarían ganando los republicanos y que impidió que las tropas franquistas avanzasen hasta Guadalajara y llegar después a Madrid. “Fue determinante porque provocó que la contienda se prolongase otros dos años más”, nos cuenta Adolfo quien explica que todavía quedan algunas trincheras en la zona.
Se trata de una de las rutas interpretadas por la naturaleza con pinceladas de historia, cultura, leyendas, arte o urbanismo que realiza la Asociación Turístico-Cultural Britur Alcarria que se creó cuando sus componentes pasaron por una escuela-taller de la localidad de Brihuega, conocida por sus campos de lavanda.
Por cierto, no hay que olvidar llevar ropa y calzado cómodo e incluso unos buenos prismáticos. Y si preguntan a los guías, les indicarán algunos de los lugares para comer o simplemente tomar un refrigerio después de la caminata.
Todos los detalles para inscribirse en esta o en otras rutas pueden encontrarse en la web ‘Disfruta de la Alcarria’.