Los problemas de acceso a la vivienda en España, ya sea en alquilar o para comprar, no han pasado desapercibidos para arquitectos y arquitectas. Quieren que las administraciones tengan en cuenta sus aportaciones para una cuestión que se ha convertido en una enorme arista en el estado del bienestar. Además su papel en el diseño y construcción de edificios justo en un momento en el que han aumentado los costes de los materiales, junto con el protagonismo que han adquirido en las ayudas públicas para la rehabilitación y en el futuro de la eficiencia energética y la habitabilidad, los convierten en un sector clave.
Sobre estas cuestiones y otras muchas hemos hablado con Elena Guijarro, vicepresidenta segunda del Consejo Superior de los Colegios Profesionales de Arquitectos de España, y también decana del Colegio de Arquitectos de Castilla-La Mancha (COACM). Experta en edificación, esta arquitecta se ha marcado como reto para el colectivo conseguir que la labor de estos profesionales sea más conocida para la ciudadanía.
Con motivo de los actos que durante esta semana se llevan a cabo por el Día Mundial de la Arquitectura, Guijarro habla con elDiarioclm.es de los objetivos del sector y ofrece algunas soluciones centradas en la vivienda, en el patrimonio y en el futuro de los edificios de “consumo cero”.
¿Cuáles son las principales actividades del COACM con motivo de esta efeméride?
Estamos aprovechando el Día Mundial de la Arquitectura, que para nosotros también es la semana y el mes de la arquitectura, para que todas nuestras actividades tengan como objetivo acercar la arquitectura a la ciudadanía, explicar cómo es nuestro trabajo y cuáles son nuestros objetivos a corto plazo.
¿De qué forma se puede acercar la arquitectura a la ciudadanía?
Sobre todo concentramos la actividad en enseñar edificios. Hacer visitas nosotros, los colegiados, pero también realizar otras acciones abiertas al público. Y también organizamos exposiciones y conferencias. Tenemos que divulgar nuestro trabajo para que se aprenda a valorar la arquitectura. Nosotros ya nos lo sabemos y pensamos que todo el mundo tiene que saberlo igual y tener el mismo criterio, pero es verdad que a la gente hay que explicarle muchas cosas, para que lo pueda valorar. Como pasa con todo.
Cuando habla de acercar la arquitectura a la ciudadanía, ¿cuál considera que es el muro que se debe romper desde este sector?
Efectivamente hay una barrera. Cuando a nivel individual nos acercamos a nuestros clientes y les explicamos, vamos haciendo esa labor didáctica uno a uno. Pero lo que necesitamos es hacer también esa labor a nivel colectivo. Cuando se abrieron las Oficinas de Rehabilitación para el asesoramiento de cara a las ayudas, hicimos campañas divulgativas diciéndole a la gente por qué hay que rehabilitar y las ventajas que tiene. Esa es una forma de acercamiento. Al margen de haya ayudas, hay otros criterios relacionados con la sostenibilidad y el ahorro, pero es difícil cambiar el chip. Llevamos años intentándolo, pero para eso es fundamental contar con la Administración, porque ahora hay un gran cambio que debemos trasladar a la ciudadanía.
¿Y cuál es el principal reto que el sector se ha marcado ahora mismo?
Estamos muy satisfechos de la nueva Ley de Calidad de la Arquitectura, pero nos encontramos con que hay que compaginarlo con los nuevos retos de sostenibilidad, de circularidad o de eficiencia energética. Nuestro trabajo se complica ahora un poco en ese sentido porque tenemos que aunar criterios para conseguir esa calidad y a la vez ese ahorro energético.
¿La Ley de Calidad de la Arquitectura no incorpora ya cómo seguir esas pautas conforme a la circularidad y a la eficiencia?
Sí, pero todavía tiene que redactarse el reglamento y deben gestionarse una serie de documentos que la cierren y en eso estamos también trabajando con el Gobierno, para que cumpla el objetivo para el que está hecha. Desde el Consejo Superior estamos aportando toda la información posible. Queremos participar con propuestas y soluciones.
El acceso a la vivienda se ha convertido en uno de los principales problemas de este país. ¿Se pregunta poco a los arquitectos sobre esta cuestión?
Se nos pregunta poco, efectivamente. Y yo siempre digo que estamos aquí para colaborar y para trabajar en ello con quien haga falta.
¿Y cuál es el diagnóstico que hace sobre este problema?
Ahora mismo yo creo que hay varias circunstancias. Por un lado, han subido mucho los costes de construcción, hay mucha incertidumbre. Los promotores no se atreven a mterse en aventuras porque hacen los números y no les salen. Dentro de las medidas 'Next Generation' también hay un programa donde se fomenta la construcción de viviendas para alquiler, se da una solución a los promotores, pero no tenemos datos de que haya habido demasiado demanda.
Pero principalmente, creemos que la administración debe conseguir viviendas sociales, en alquiler o en venta, sobre todo en alquiler, y para eso estamos a disposición del Gobierno regional y del Ministerio, para colaborar en lo que podamos.
El parque de vivienda en alquiler representa apenas un 1% de los hogares. Converger con la media de los países de la Unión Europea implicaría un plan de 10 años para incrementar en más del 150% la producción anual media de viviendas
¿Cuál es la contribución que puede aportar la arquitectura?
Podemos aportar mucho en las líneas estratégicas que se plantean dentro del Ministerio de Vivienda, en ver cuáles son las más adecuadas. Tenemos que ir todos de la mano, pero con el objetivo de que hay que hacer vivienda social, vivienda pública. Eso es lo que falta. Vivienda para jóvenes, para gente vulnerable que no tiene acceso..
Sin embargo, apenas se apuesta por ello. Se propone, se anuncia, pero no se materializa y el parque público sigue parado.
Pues es imprescindible. Lo dicen los datos. El parque de vivienda en alquiler social se sitúa en apenas 290.000 unidades en España, un 1% de los hogares. Converger con la media de los países de la Unión Europea implicaría un plan de 10 años para incrementar en más del 150% la producción anual media de viviendas. Necesitamos vivienda pública para cubrir las necesidades básicas de la población. Y luego a partir de ahí, que haya suelo suficiente, que se haga vivienda nueva, que también hay demanda.
¿Y el parque de viviendas para rehabilitar?
Esa es otra pata importante del problema. Aunque ya hemos empezado, por ejemplo con las Oficinas de Rehabilitación, seguimos teniendo todavía una cantidad ingente por hacer. Estamos todavía en el 50% de los edificios por rehabilitar en España. Hay mucho que hacer y hay que darle un empujón mayor.
A veces cuando se legisla para mejorar el alquiler lo que haces es lo contrario porque al propietario le estás metiendo miedo. Y el propietario que tiene pisos en alquiler y tiene problemas, acaba no alquilando. Si eso pasa, acabamos en manos de empresas que son las que controlan el mercado y es peor
Se habla mucho del tope del precio del alquiler, de zonas tensionadas y en general de medidas que luego no se aplican en todas las comunidades autónomas. ¿Es por motivos políticos o porque no contribuyen a solucionar el problema?
El problema es que a veces cuando se legisla o cuando se intentan hacer medidas para fomentar el alquiler, lo que haces es lo contrario porque al propietario le estás metiendo miedo. Y el propietario que tiene pisos en alquiler y tiene problemas, acaba no alquilando. Si eso pasa, acabamos en manos de empresas que son las que controlan el mercado y es peor.
Está también el incremento del precio de alquileres en los pisos turísticos. ¿Lo ha abordado también el Consejo Superior de Arquitectos?
Sí, es un problema importante también. Hay un grupo de trabajo dentro del Consejo que está enfocado más a la conservación del patrimonio, pero donde abordamos esa dualidad relevante entre patrimonio y masificación turística, sobre la que estamos realizando análisis y reflexiones.
¿Se les ha consultado sobre todo esto a nivel estatal?
Directamente no, pero sí se ha convocado esa Comisión de Vivienda a nivel ministerial donde, como agentes del sector, hemos pedido tener un papel protagonista. Porque al fin y al cabo nosotros somos quienes diseñamos esas viviendas y la estructura urbana donde se ubican. Podemos planear y diseñar el urbanismo: nuestro papel es importante.
Volviendo a las políticas de rehabilitación, ¿están funcionando las ayudas en Castilla-La Mancha, donde hay parque de viviendas especialmente envejecido?
Empezamos muy bien, en general. Desde el primer momento nos pusimos en contacto con la Dirección General de Vivienda del Gobierno regional y ha sido muy receptiva. Hemos conseguido poner en marcha las oficinas y creo que están funcionado. Ha habido muchas solicitudes. Pero al final hay tantas que es difícil de digerir desde la Administración. Estamos intentando ayudar desde las oficinas aconsejando a los solicitantes y haciendo subsanaciones.
Un acierto importante de la Junta es que la solicitud se haga a través de los agentes de rehabilitación. Eso facilita mucho el trabajo porque es excesivamente complicado el papeleo y la burocracia. Son trámites que la ciudadanía puede no saber hacer.
Pero también ha provocado un atasco en la tramitación de solicitudes…
Sí, estamos pendientes de reuniones con la Administración para ver soluciones. No tengo datos exactos porque nosotros no estamos con expedientes, pero hacemos un seguimiento y es un tema que estamos hablando con la Dirección General de Vivienda.
¿No cree que es difícil concienciar a la ciudadanía sobre la necesidad de reformar la vivienda si antes ni siquiera se puede acceder a una o pagar un alquiler?
Claro, lo que hemos hablado con la Administración. Por un lado debe fomentarse la rehabilitación, y por otro lado, dar el servicio social a gente vulnerable. Nos estamos encontrando con situaciones en que para que te adelanten el dinero de una subvención, tienes que solicitar un aval, como ocurre en las ayudas para reforma de edificios. Si no tienes medios y pides una rehabilitación para ahorrar dinero en la calefacción, es evidente no deberían pedirte ese aval: el banco no te lo va a dar porque no eres solvente. Aunque el decreto establece que para familias vulnerables se puede conseguir el cien por cien de la ayuda, al final hay que adelantar dinero. Ahí nos encontramos que falla un poco el sistema. Me consta que la Administración está buscando soluciones pero ahí interviene ya esa labor social para solucionar el problema de la vulnerabilidad.
Y al haber un atasco en las ayudas, al igual que se promocionaron para su solicitud, ¿se está informando a los solicitantes de la misma manera?
La verdad es que esto no ayuda a que nosotros sigamos impulsando la rehabilitación, cuando surgen pegas. Pero nuestro criterio es que a pesar de todo, y lo dijimos ya desde antes, nosotros debemos concienciar de la necesidad de rehabilitar aunque no haya subvenciones. Si te da una ayuda, mucho mejor, pero si no, al final vas a tener un ahorro, una mejora de calidad de vida y esa inversión la vas a amortizar en unos años. Rehabilitar sigue siendo algo que hay que hacer, siempre va a favorecer.
Dentro de unos años vamos a tener que hacer edificios de 'consumo cero' e incluso que produzcan energía
¿Hace falta tanta concienciación sobre la rehabilitación en otros países europeos?
No. Cuando empezamos con el tema de las oficinas y comenzamos a hacer números, España estaba en un 0,3 por ciento cuando debíamos estar diez veces más por encima, para llegar a la media. Estamos muy por debajo de la media también en este sentido.
Y con el parque de vivienda también más envejecido…
El tema es que nos hemos empezado a preocupar por temas de aislamiento y eficiencia energética poco antes de estar en marcha el Código Técnico de la Edifición, en vigor desde 2008. Teníamos normativa anterior que nos pedía cierta calidad, pero no era demasiado estricta. Todo lo que está hecho antes del Código Tecnico necesita rehabilitación energética. Va a haber más modificaciones de ese código, de forma que lo que hagamos como obra nueva va a salir con unas condiciones de eficiencia estupendas. Dentro de unos años vamos a tener que hacer edificios de 'consumo cero' e incluso que produzcan energía. Tenemos que concienciar a nuestros colegiados y a la sociedad de todo esto.
¿España está preparada para tener un buen desarrollo en la construcción de esos edificios del futuro?
Sí, tenemos las herramientas y ya los estamos haciendo. Estamos utilizando materiales aislantes suficientes, se está tendiendo por ejemplo a la ventilación mecánica y hay otros muchos factores que vienen (y vendrán) con la normativa.
Y todo con energías renovables. ¿Principalmente cuáles?
Efecitvamente en la obra nueva ya no ponemos utilizar gas ni gasoil. Tenemos aerotermia, geotermia, biomasa y se está avanzando en el hidrógeno verde y en el biometano. Es fundamental avanzar en gases procedentes de materia orgánica, porque no sé si solamente con aerotermia vamos a ser capaces de tener resuelto todo el parque de viviendas. La aerotermina es muy eficiente, pero debemos tener una diversidad. Estamos avanando, pero nos tenemos que dar un poco más de prisa.
La intervención en patrimonio y su conservación también forma parte de los retos de la arquitectura en España. ¿En este caso sí hay un avance más rápido?
Queremos aunar la accesibilidad y la mejora de la eficiencia energética en edificios protegidos. Pero además, reivindicamos nuestro protagonismo como principales agentes en la conservación del patrimonio arquitectónico, porque está un poco olvidado. Empezamos a tener arquitectura moderna, que está reconocida en la Fundación Docomomo Ibérico, pero sin la suficiente protección.
En el Ministerio está en Plan Nacional de Arquitectura Contemporánea (PNAC) al que estamos haciendo aportaciones y pidiendo que se hagan catálogos de edificios a nivel de municipio para ver cuáles que conservar, y no solo los antiguos, también los modernos. Tenemos el ejemplo de la demolición de 'La Pagoda' de Fisac, que nos sigue doliendo en el alma. No podemos consentir cosas así.
¿La Fundación Docomomo otorga una protección especial a la arquitectura moderna?
Todos los edificios que entran en el registro del Docomomo Ibérico, aprovechando el Día Mundial de la Arquitectura, disponen de una placa estándar con un código QR y toda la información. Entendemos que si un edificio tiene esa placa, ya debe servir como una protección. Pero es una iniciativa nuestra, no es pública. Y lo que necesitamos es que también la administración los proteja. Si conseguimos que los municipios realicen esos catálogos, ya haremos conseguido mucho.