La población creció en el primer semestre de 2022 en catorce comunidades autónomas y cayó en tres, entre ellas Castilla y León que pierde un ligero 0,03%, además de en las ciudades autónomas de Ceuta (-0,44) y Melilla (-0,51), según los datos provisionales de las Cifras de Población a 1 de julio publicados este viernes por el INE y consultados por Europa Press.
Según esta estadística, la población residente en España aumentó en 182.141 personas en la primera mitad de 2022 y se situó en 47.615.034 habitantes a 1 de julio, lo que presenta “el valor máximo de la serie histórica”. En el caso concreto de Castilla y León, la población residente en la Comunidad se situó en 2.375.970 habitantes, 717 menos que al inicio del año cuando llegó a los 2.376.687.
Por provincias, Valladolid alcanzó los 518.950 habitantes, 1.152 más que en enero (517.798), y León se situó en 451.210 habitantes, por lo que pierde en este caso 977 respecto a los 452.187 con los que inició 2022, como ocurre también en Burgos, que pasa de 352.991 a 1 de enero a 352.331 seis meses después, 660 habitantes menos.
Salamanca es la cuarta provincia de Castilla y León con más habitantes y pasa de 326.469 en enero a 326.081 en julio por lo que pierde 388 personas, en la misma tendencia que Zamora que llegó al 1 de julio con 167.363 habitantes frente a 167.904 a 1 de enero, 541 menos.
A continuación se sitúan Ávila, que gana 281 habitantes al pasar de 159.037 a 159.318 mientras que Palencia cae a 157.205 personas (132 menos respecto a las 157.337 a 1 de enero), y Segovia que cerró el primer semestre con 153.994 habitantes, 174 más que a 1 de enero cuando registró 153.820.
Cierra la lista de la población de Castilla y León la provincia de Soria con 89.519 habitantes a 1 de julio frente a los 89.145 que alcanzó al comenzar el año, 374 habitantes más.
El aumento poblacional del semestre en España fue fruto de un saldo vegetativo negativo de 75.409 personas (158.816 nacimientos, frente a 234.225 defunciones), que se vio compensado por un saldo migratorio de 258.547 personas (hubo 478.990 inmigraciones procedentes del extranjero y 220.443 emigraciones con destino al extranjero).
En el caso concreto de Castilla y León anota un saldo vegetativo negativo de 9.241 personas, el tercer mayor dato del país en números absolutos, tras Andalucía (-11.059) y Galicia (-10.651), y se vio compensado por un saldo migratorio con el exterior de 9.274 personas, a la novena mayor cifra en términos absolutos en este caso.
Sin embargo, el saldo migratorio interior (entre comunidades autónomas) es negativo en Castilla y León, que anota un -666, el cuarto saldo más negativo de las comunidades (sexto si se tiene en cuenta a Ceuta y a Melilla).
Todas las comunidades presentaron saldo migratorio positivo con el exterior en la primera mitad de 2022 y los mayores se dieron en Comunidad de Madrid (54.328), Cataluña (40.823) y Comunidad Valenciana (39.494) con La Rioja (1.490), Extremadura (2.222) y Cantabria (2.809) a la cola.
Por su parte, los saldos migratorios entre comunidades más positivos durante el primer semestre de 2022 se dieron en Comunidad Valenciana (2.570), Comunidad de Madrid (1.435) y Andalucía (769) mientras que
Cataluña (-1.468), País Vasco (-1.209) y Extremadura (-757) presentaron los saldos más negativos.
A nivel nacional si se atiende al número de extranjeros en España, aumentó en 172.456 en el primer semestre de 2022 hasta situarse en 5.579.947 personas. Esta cifra no crecía tanto desde el segundo semestre de 2019 y es el máximo de la serie histórica.
Respecto a la nacionalidad, los mayores aumentos de población extranjera en la primera mitad de 2022 se registraron entre los ucranianos (con un incremento del 45,8%), peruanos (+20,1%), colombianos (+19,1%) y venezolanos (+14,4%).
En concreto, en los seis primeros meses del año, se disparó en casi 50.000 personas el número de ucranianos, coincidiendo con la llegada de refugiados debido a la guerra en Ucrania.