Ciudadanos rechaza hacer pública la investigación sobre el pucherazo e intenta zanjar la crisis con la dimisión de un dirigente
Ciudadanos mantiene el secreto sobre su investigación sobre el pucherazo en las primarias de Castilla y León que sirvieron para proclamar a Silvia Clemente candidata a la presidencia de la Junta durante día y medio. La anulación de 82 votos y la victoria de Francisco Igea es una actuación suficiente para el partido, que se niega a ofrecer más datos.
“Los afiliados recurren al Comité de Garantías de manera privada, y son ellos quienes deben hacer público o no el resultado”, dicen en Ciudadanos. El primer resultado, la anulación de votos que cambiaba el resultado proclamado el pasado sábado, se tenía que hacer publico por razones obvias, pero del resto de lo ocurrido puede que nunca se hable.
¿Cómo se 'clonaron' 81 votos y a partir del voto de quién? ¿se usó un programa informático que vulneró el sistema o se hizo desde dentro? En el partido defienden que Igea, que fue quien hizo la reclamación, no ha querido saber mucho más una vez ganadas las primarias, pero miembros de su equipo aseguran a eldiario.es que pretenden llegar “hasta el final”. Primero por lo “agridulce” de la victoria de Igea, y segundo porque la tan proclamada seguridad del voto telemático ha quedado en entredicho y con ello el partido. “Quien o quienes sean los autores de este delito, porque es un delito, tienen que pagarlo, con todas las consecuencias”, apuntan esas mismas fuentes.
Clemente, más allá del comunicado en el que instaba a Igea a incorporar “distintas sensibilidades” y mantenía que había llegado el momento de “trabajar todos juntos”, no se ha pronunciado sobre el fraude en la votación que estuvo a punto de catapultarla hacia el cartel de Ciudadanos para la presidencia de Castilla y León. Está a la espera de que el partido resuelva qué hacer con ella, que se resiste a conformarse con un cargo orgánico mientras Igea y Luis Garicano no quieren ni oir hablar de integrarla en sus listas.
La 'Operación Clemente', o el sigiloso fichaje de la expresidenta de las Cortes, ya se ha cobrado una primera víctima. Tras la rueda de prensa en la que el secretario de Organización Territorial, Fran Hervías, daba la enhorabuena al justo candidato, el secretario de comunicación y asesor de Albert Rivera, Pablo Yáñez, presentaba su dimisión. Yáñez, al que unos consideran muñidor del salto de Clemente a las filas de Ciudadanos y otros un recadero con ínfulas de poder, es el hombre que aparece en la foto que precipitó la dimisión de Clemente. Ambos se reunieron en un bar el pasado 25 de enero y hablaron de primarias documentación en mano. Yáñez siempre negó que ese “café” fuese más que una “reunión de trabajo parlamentario” para “hablar de la tramitación de la Ley de Función Pública”. Sin embargo este lunes aseguraba en un comunicado que abandonaba todos sus cargos porque había “avalado” y “apoyado” a Clemente, sin que los afiliados hiciesen lo mismo. Se presentaba así como el valedor de Clemente, casi por encima del secretario general José Manuel Villegas, que fue quien dijo de Clemente que era 'su' candidata y la presentó en el partido y que no parece tener planes de dimitir. Dese el lunes, Yáñez se ha esfumado y no ha querido atender las llamadas de este medio.
En las bases la interpretación de la espantada es otra. “Nadie nos dice nada, pero es todo bastante evidente. Él no dijo que dimitiría si Clemente no ganaba, pero hubo cargos que advirtieron que se irían si ella era la candidata ¿por qué se va si no se sabe quien hizo el pucherazo? ¿Por perder?”, plantean irónicamente.