La Maravillosa Orquesta del Alcohol, la M.O.D.A., sacó su quinto álbum de estudio, el Nuevo Cancionero Burgalés, a mediados de diciembre con una campaña de promoción atípica. El primer concierto lo dieron ante un público de más de 65 años: los alumnos del aula de mayores María Zambrano de Burgos. “Hemos intentado que el lanzamiento del disco fuese una celebración generacional”, explica David Ruiz, vocalista de la banda. Había gente que ya conocía las letras, o al menos fragmentos, porque el nuevo trabajo está basado en los recopilatorios de música popular burgalesa que elaboraron Federico Olmeda en 1903 y Antonio José en 1932.
En 1903, Federico Olmeda, sacerdote y folclorista, publicó la recopilación del cancionero burgalés después de años recorriendo la provincia de Burgos. “Fue puerta por puerta recogiendo lo que cantaban los vecinos, en un trabajo que fue considerado pionero por los expertos de musicología, porque detallaba muy bien los diferentes tipos de canto: de siega, de esquileo, de ronda, cantos a la Virgen. Federico Olmeda recopiló más de 300 canciones de la provincia”, señalan. En 1932, el compositor vinculado a la Generación del 27 -fusilado tras el golpe de estado de 1936-, Antonio José, publicó la Colección de cantos populares burgaleses, una actualización de ese repertorio con otras 200.
La banda burgalesa actualiza ahora esos repertorios, en un disco que no suena a antiguo. Al contrario de lo que han hecho otros artistas que han recuperado el sonido más tradicional, la M.O.D.A ha compuesto las melodías de cero, dejando que sea la voz a veces desgarrada, a veces desgarradora de Ruiz, la que soporte el peso de la tradición. “Queríamos hacer algo que fuese sincero. A diferencia de otros músicos que han dedicado su vida al estudio de la música popular y tradicional, nosotros ni hemos estudiado esos códigos, ni esos arreglos, ni esos ritmos”, señala el vocalista. Así que el nuevo disco suena a lo que ha sonado la M.O.D.A desde hace más de una década, a lo mismo que ha llenado pabellones y auditorios por todo el país. Para este trabajo, que califican como “el más especial”, han separado los textos de la música. “La música es nuestra, desde cero, sin basarnos en las melodías ni en las partituras de los cancioneros tradicionales”, explican.
Es la primera vez que la banda ha compuesto un disco con letras que no son suyas. Empezaron estudiando los textos del cancionero en otoño de 2020. “Muchos de esos versos nos parecían flipantes, emocionantes, así que lo que intentamos era hacer nuevas canciones a partir de lo que nos evocaban los textos, basándonos en ellos”. Lo que más les llamó la atención de las letras fue su vigencia, a pesar de haber sido recogidas hace más de un siglo.
Las letras, se dieron cuentan, estaban escritas en un lenguaje popular, que se podía entender y utilizar hoy. “Había partes que sonaba demasiado a otra época, pero nosotros hemos hecho una selección de los versos que más nos llegaban”. A pesar de que algunas canciones tienen siglos, sonaban atemporales. “Hablaban de sentimientos y emociones, de sensibilidades que no han cambiado tanto en este tiempo. A esas personas les quitaban el sueño las mismas cosas que nos lo quitan nosotros. Allí está recogido todo, las penurias, los momentos buenos, las celebraciones... Por eso han sobrevivido tan bien”.
Las letras finales han pasado por un proceso de “artesanía”. Han juntado dos versos de una canción, con dos versos de otra, incluso hay canciones que incluyen mezclas de los dos cancioneros. Solo hay una canción, titulada Mes de mayo, que se ha quedado tal y como está en el cancionero. En marzo, este collage, dio como resultado ocho canciones sin música, y ahí empezaron con la parte instrumental. Con ellos ha colaborado Gorka Urbizu como productor, que ha sido “como un componente más del grupo”.
La banda, que siempre ha llevado a Burgos y a Castilla por bandera, reflexiona sobre lo que ha supuesto este nuevo disco a la hora de fortalecer su relación con sus raíces. “Cuando empezamos a tocar teníamos puesta la mirada en el mundo anglosajón. Pero con el paso del tiempo, las bandas vamos intentando buscar nuestra propia verdad, y esa verdad suele pasar por el lugar donde has nacido y donde te has criado. Fruto de ese proceso de inquietud, de investigación y de amor por lo nuestro, dimos con los cancioneros”, subraya el vocalista. No es un proceso que solo les haya pasado a la banda burgalesa. En los últimos años, muchos artistas españoles han querido recuperar músicas locales y tradicionales.
“Sí que parece una tendencia y nos alegramos mucho. Es muy guay poder descubrir este tipo de propuestas de gente de todo el país. España es muy rica en folclore y en música popular. Hay propuestas como la de Rodrigo Cuevas, o Refree, o Tanxugueiras o Califato que son maravillosas”, señala Ruíz. Cada artista, reflexiona, está buscando su propia forma de contar sus raíces. “Dani Llamas ha hecho un disco de rock con canción popular jerezana, están Los Hermanos Cubero o Fetén-Fetén... Hay un montón de propuestas Hay gente que lleva a cabo una elaboración de conservación, de estudio y de divulgación de la música tradicional, y otra que, partiendo de esa tradición, la transforma y la combina con los sonidos de hoy en día. Al final se está logrando que la gente joven diga: 'Hostias, esto me suena, esto es de aquí y me gusta'”.
Para La Maravillosa Orquesta del Alcohol, la propuesta tiene que ver con algo más que con la recuperación de unas letras. Va de memoria. “Cuando cantamos está cantando toda la gente que vivió aquí antes que nosotros. Personas que vivieron aquí hace muchos años, y que sembraron las raíces de lo que somos hoy. Para nosotros es un álbum que refleja cómo era la vida aquí, cómo era la gente que vivió aquí, lo que sufrió, lo que sintió. Y eso es muy poderoso”.
A la espera de los grandes y multitudinarios conciertos que retomarán cuando remita la sexta ola, la acogida ya está siendo muy buena. “Hemos recibido un montón de mensajes y estamos sobrepasados con la respuesta del público. Hay muchos comentarios que nos hacen especial ilusión, sobre todo los de gente de más edad que nunca nos había escuchado, o los de gente muy joven que nos cuenta que por primera vez ha podido compartir una canción con su madre o con sus abuelos. Se está creando un vínculo que emociona mucho”.