La Junta de Castilla y León cifra en 12.000 hectáreas, hasta el momento, la superficie quemada en el incendio que comenzó el pasado sábado en el municipio abulense de Navalacruz, que continúa activo. Sin embargo, el sistema de vigilancia satelital Copernicus, cuya activación solicitó el ejecutivo autonómico, desmiente el dato. Son casi 23.000 hectáreas arrasadas en un fuego que no ha logrado controlarse cuatro días después de su inicio.
El presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, reconoció el pasado martes que se trata del incendio más grave desde que Castilla y León obtuvo la trasferencia de extinción, en 1984. Aún así, reduce casi a la mitad la superficie calcinada. Este miércoles, Copernicus facilita el dato exacto: 22.723 hectáreas carbonizadas. Fuentes de la Junta han defendido la cifra de las 12.000 hectáreas aduciendo que el incendio está aún “en perimetración” y porque dentro del mismo “hay zonas que no se han quemado y que no hay que contar”.
Tal y como informa la Junta de Castilla y León, en este momento actúan en la zona un técnico, el puesto de mando avanzado, siete agentes medioambientales, seis autobombas, seis cuadrillas, tres buldócer, cuatro helicópteros y cuatro Equipos de Lucha contra los Incendios Forestales (ELIF) , con ayuda de tres Brigadas de Incendios forestales (BRIF), un bombardero, y un grupo de expertos del Ministerio de Transición y de la UME.
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