El presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, ha asegurado que “espera” que el toque de queda aleje a la Comunidad del colapso sanitario. Tal y como se ha conocido en el auto del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León, en el que se rechaza el toque de queda impuesto por la Junta el sábado (aunque sigue en vigor al amparo del estado de alarma), el propio Gobierno autonómico fechó la saturación del sistema de Salud para el 15 de noviembre si el número de camas ocupadas se seguía incrementando al mismo ritmo. Mañueco, aunque considera que la presión hospitalaria en UCI y en planta “es muy importante”, espera que las nuevas medidas logren reducir la curva de contagios. De no ser así, la Junta baraja un confinamiento perimetral de la Comunidad, “entre otras posibilidades”.
En una rueda de prensa tras la conferencia de presidentes autonómicos, el responsable del ejecutivo castellano y leonés ha suscrito las palabras de su consejera de Sanidad, Verónica Casado, que esta mañana no ha descartado el cierre de Comunidad ni tampoco un confinamiento domiciliario como el del mes de marzo. Sin embargo, ha preferido ser paciente y esperar para comprobar cómo influye el toque de queda en los datos de contagios. “Acabamos de tomar una medida, vamos a ir viendo”, ha explicado el presidente, quien ha señalado que la decisión de adoptar nuevas medidas, como el cierre perimetral, se irán tomando estos días según evolucionen los contagios.
“Estamos analizando distintas posibilidades antes de ese confinamiento total, como el cierre perimetral y otras que nos permite la legislación”, ha señalado. Mañueco ha explicado que llegados al caso, si hay confinamiento perimetral, se informará al resto de comunidades limítrofes para que también organicen su operativo “cuando lleguemos a tomar esa decisión”. Para decidir si Castilla y León va hacia un confinamiento más estricto, el presidente castellano y leonés, ha explicado que se van a tener en cuenta criterios como la evolución en planta, en UCI y “otro tipo de indicadores”, y que se irá informando a los ciudadanos de las medidas que entren en vigor.
Mañueco ha considerado “sólida” la posición del presidente de su partido, Pablo Casado, de proponer al Gobierno que la prórroga del estado de alarma sólo se extienda durante ocho semanas en lugar de los seis meses que busca el Ejecutivo de Pedro Sánchez. El presidente de la Junta, que ha evitado señalar qué extensión es preferible (si bien en una entrevista en Tele Cinco esta mañana ha asegurado que seis meses le parecía largo). sí ha considerado que debe ser el Gobierno de España quien tome la iniciativa para negociar con el resto de grupos parlamentarios y llegar a un acuerdo sobre la prórroga.
Sobre el auto del Tribunal Superior de Justicia que tumba la orden de confinamiento del pasado sábado, según el presidente, la Justicia, lejos de enmendar la actuación de la Junta, “nos viene a dar la razón”. Porque, según ha recordado, su Gobierno viene pidiendo desde el mes de mayo que se ponga marcha un instrumento intermedio entre el estado de alarma y la legislación ordinaria para poder aplicar limitaciones a la movilidad, y a la que el Gobierno, según él, se había comprometido. Sin embargo, sí ha reconocido que la orden de Sanidad que entró el vigor el sábado y que instauraba el toque de queda de 22.00 a las 6 de la mañana “iba hasta el limite de nuestras competencias autonómicas”, o quizá “un poco más de las competencias que se nos atribuían”.
Sobre las recomendaciones y umbrales epidemiológicos aprobados en el último Consejo Interterritorial del Sistema de Salud, el presidente de la Junta ha informado de que su Gobierno está trabajando para convertir esas recomendaciones “en normativa propia de la Comunidad Autónoma”. De acuerdo con esos indicadores comunes, Mañueco ha destacado que situación de Castilla y León es “de riesgo extremo” y que para evitar el confinamiento extremo, los ciudadanos deben ser precavidos “en la vida publica y privada”.