Opinión

“Los recursos para la arqueología y el patrimonio no son gasto, son inversión”, Juan Luis Arsuaga dixit

Manuel Rojo Guerra

Catedrático y director del Departamento de Prehistoria, Arqueología, Antropología Social y CC. TT. HH de la Universidad de Valladolid —

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Este jueves por la mañana dentro del programa Talks de la feria Intur asistí a la charla de Juan Luis Arsuaga sobre el patrimonio cultural como recurso de atracción del turismo de interior. Debo admitir mi frustración cuando en su disertación las referencias a la investigación sobre el patrimonio cultural y el arqueológico en particular fueron nulas. Por eso, me permití formularle una pregunta: ¿Qué papel reserva usted a la investigación en este proceso de explotación y aprovechamiento del patrimonio?

Entonces surgió la clarividencia de quien, según la brillante y documentada presentación realizada por el Director General de Turismo, es una de las personas más sabias del planeta (afirmación que comparto y tengo muchos elementos de juicio para sostenerlo): “La investigación lo es todo”, recalcó, “los museos cuentan historias verdaderas que los científicos descubren, los edificios más o menos bonitos, más o menos funcionales, tiene siempre su origen en un proceso investigador previo, y los edificios cobran vida y no se hacen viejos si esa memoria que cobijan se actualiza y renueva”.

Y todo esto asunto viene a cuento de que la Dirección General de Patrimonio ha decidido eliminar todo tipo de subvenciones e inversiones en Arqueología y ha cercenado, unilateralmente y en un alarde de prepotencia, toda actividad investigadora de las instituciones que tradicionalmente han contribuido a llenar de historias los museos, a poner en valor cientos de recursos patrimoniales (yacimientos, aulas, museos…); las universidades.

¿Y cómo ha ocurrido esto? Pues de una forma muy sencilla: cambiando el sistema de concesión de ayudas y subvenciones. Ahora se pretende conceder subvenciones a trabajos ya realizados en “cuantía proporcional a la calidad de los mismos”. Bonita forma de eliminar a todos los investigadores de las universidades españolas, porque estas instituciones no pueden abrir expedientes y aplicar gastos a proyectos en los que no medie una concesión previa o gastos con fechas anteriores a la apertura del expediente o proyecto concreto. Así ya nos hemos cargado a las universidades y centros de investigación de referencia como el CSIC, CENIEH etc.

¿Y por qué se ha sustituido? Por una convocatoria para “proyectos de gestión que se llevarán a cabo por entidades menores (ayuntamientos) o fundaciones”. Es decir, que la investigación quedara al albur de los políticos locales que quieran arreglar algún recurso patrimonial concreto de su pueblo o de fundaciones “adscritas y creadas al amparo de una ideología”.

Señor Director General de Patrimonio ya que a los mortales nos ignora y hasta menosprecia, al menos escuche a Juan Luis Arsuaga que ocupa un lugar elevado en el olimpo y hágale caso cuando afirma que “el patrimonio es la inversión más rentable de todas; con poca inversión se obtiene mucha rentabilidad”.