Entre las tomaduras de pelo o bromas de mal gusto sufridas en lo que va de siglo por los periodistas de esta comunidad dedicados a la información política —encajadas, eso sí, con la resignación propia de aquel anuncio de Hemoal destaca aquella ocurrencia del entonces secretario autonómico del PSOE en Castilla y León, Óscar López, de convocar a los medios al amanecer del 22 de abril de 2010 en un recóndito lugar de la sierra segoviana “para contaros algo importante para mí, para mi partido y creo que de verdad para toda Castilla y León”. Y allí, en el mirador de Piedras Llanas, a 1.488 metros de altura, estaban a las 7:30 horas los sufridos “enviados especiales” para ser testigos del trascendental acontecimiento.
Embutido en una camiseta con el lema “Puro Cambio”, el madrileño López, que en septiembre de 2008 había sucedido al leonés Ángel Villalba al frente del partido en Castilla y León, anunció solemnemente lo que iba de suyo y todo el mundo daba por descontado: su propósito de encabezar el cartel socialista en las elecciones autonómicas a celebrar en 2011. Afortunadamente, el que suscribe no fue designado para cubrir esa convocatoria “informativa”. De haberlo sido, estaría aún acordándome de algún antepasado de quien el colega burgalés Juan Vicente Velasco tiene catalogado como el político de los cinco acentos: Óscar López Águeda Agudín Martín.
Viene lo anterior a propósito del intempestivo madrugón (valga la redundancia) al que somete cada 23 de abril el presidente de la Junta desde que el PP, durante la etapa de otro Juan Vicente, éste Herrera de apellido, decidió restablecer el vínculo con Villalar de los Comuneros que José María Aznar había dinamitado en1988. La cita solía ser hacia las 9 de la mañana con la excusa de que el presidente tenía que asistir después en Alcalá de Henares a la entrega del premio Cervantes.
Pero ayer Alfonso Fernández Mañueco adelantó su presencia a las 8, no sé si porque la villa complutense está más lejos que antes o porque, por increíble que parezca, su coche oficial respeta escrupulosamente las limitaciones de velocidad. Sea como fuere, Mañueco obligó al madrugón a los resignados periodistas y al numeroso séquito de dirigentes del PP de Valladolid y altos cargos de la Junta convocados para arroparle durante su visita relámpago a la localidad comunera. Una visita que cuatro horas después, en su alocución ante el monolito, el secretario autonómico del PSOE, Luis Tudanca, calificaba de “clandestina”.
Tres ministros en la campa
En la tradicional ofrenda floral socialista, el que fuera primer presidente de la Junta, Demetrio Madrid, demostró que sigue muy lúcido y que no ha perdido la memoria, recordando, en alusión al nuevo ninguneo aplicado por el gobierno autonómico, que Villalar sufrió y superó peores embates de una derecha que nunca se ha identificado con el espíritu de esta celebración. Aunque al que suscribe lo que más le llamó la atención de la ofrenda socialista fue la encendida intervención de la ministra de Igualdad, Ana Redondo, que, desde el papel jugado por María de Pacheco y otras heroínas comuneras, reivindicó los derechos de la mujer ante el rearme del machismo mas casposo que cogobierna, sin ir más lejos, en esta desdichada comunidad autónoma.
A más de uno le sorprendería que el otro ministro vallisoletano presente en la ofrenda, Óscar Puente, no tomara la palabra. Pero fue porque dos horas antes el exalcalde de Valladolid y secretario provincial del PSOE había compartido con el alcalde de Villalar, Luis Alonso Laguna, el “canto a la esperanza” ante el monolito. Puente deploró este nuevo desapego institucional de un símbolo de la comunidad y de las libertades, y después, en declaraciones a los medios, se despachó como acostumbra con el PP y Vox. Tampoco faltó a la cita la exdelegada del Gobierno y actual directora general de Protección Civil, Virginia Barcones, que sigue siendo la vicesecretaria general del PSCL. Barcones tuvo ocasión de comprobar lo mucho que algunos la echamos de menos por estos lares.
Además de los ministros de Transportes e Igualdad, otra integrante del gobierno Sánchez, la titular de Juventud e Infancia, Sira Rego, hizo acto de presencia ayer en Villalar. Rego no llegó a tiempo de participar en la ofrenda floral de IU, pero sí de asistir a la entrega en la carpa de la coalición del premio Villalar de los Comuneros al pueblo palestino, reconocimiento simbólico que recogió el secretario primero de la Embajada de Palestina. Ni que decir tiene que la ministra, con raíces palestinas, realizó un rotundo alegato contra el genocidio del que esta siendo objeto la población de Gaza. Y una exministra, Irene Montero, protagonizó la oferta floral de Podemos, cuyo secretario autonómico, Pablo Fernández, esta vez no se escaqueó de acudir a Villalar.
Aparte de los mencionados, el máximo dirigente de Comisiones Obreras, Unai Sordo, oriundo de la localidad vallisoletana de Castronuño, acompañó al secretario autonómico, Vicente Andrés, en el acto celebrado en la carpa del sindicato. Sordo calificó de “nefasto” el gobierno PP-Vox en Castilla y León, que además de reducir a la mínima expresión el Diálogo Social, sigue empeñado en dejar morir por inanición el Servicio de Relaciones Laborales (Serla).
Otras organizaciones y grupos de todo pelaje, desde partidos como Tierra Comunera o Izquierda Castellana, a entidades como Amnistía Internacional, estuvieron presentes en la campa. Aunque lo mas conmovedor fue el pequeño tenderete montado por Ciudadanos, cuyo antiguo máximo dirigente en la comunidad, el expresidente de las Cortes, Luis Fuentes, hoy reconvertido en alto cargo de la Junta de ignota función, cuenta entre sus grandes logros con el de haber iniciado la operación de derribo de la antigua Fundación Villalar.
Estratagema fracasada
En definitiva, la “contraprogramación” de la Junta organizando actos simultáneos en las nueve capitales de provincia no restó en absoluto ni afluencia ni brillantez a la celebración de Villalar. A la postre para lo único que ha servido tan artera maniobra ha sido para evidenciar el alto grado de rechazo que suscita la actual configuración autonómica entre la población leonesa.
El lumbrera del PP que propuso esta estratagema para contentar a Vox no cayó en la cuenta de la reacción que podía desencadenar en León, donde el sentimiento leonesista va mucho más allá de la Unión del Pueblo Leonés y viene siendo compartido por el sector del PSOE que lidera el propio alcalde de la capital, José Antonio Díez. El fiasco ha sido tal que los hosteleros leoneses se negaron a participar en las casetas y los grupos musicales no se prestaron a ser contratados. Como se diría en gacería, una “brengada” en toda regla.
Y un último apunte: Muy en consonancia con el ninguneo institucional, la televisión autonómica privada concesionaria de la única licencia concedida por la Junta, que además la financia con veintitantos millones de euros de vellón anuales, no ha tenido a bien este 23 de abril realizar ninguna programación especial desde Villalar de los Comuneros. Cuestión de prioridades. Prioridades políticas, claro está.