El Partido Popular tiene serias dificultades para designar candidatos a las municipales del 28 de mayo de 2023 en las capitales de provincia en Castilla y León. Llegado el mes de noviembre tan sólo un ayuntamiento tiene un aspirante claro y es el de Salamanca, unica capital de la Comunidad donde gobierna desde las elecciones de 2019. Carlos García Carbayo intentará revalidar la alcaldía mientras en el partido siguen haciendo cábalas sobre las demás. Las más complicadas son Valladolid y León, donde todos los 'tocados' se resisten. En Valladolid el PSOE, en coalición con Valladolid Toma la Palabra, gobierna desde 2015. Óscar Puente se ha convertido en un rival difícil con iniciativas que han acabado convenciendo a los ciudadanos, desde la remunicipalización del agua al de un aparcamiento que una empresa privada explotaba por un canon más que discutible por lo bajo que era. Pero además, Puente ha conseguido revalorizar las fiestas con conciertos tan celebrados como el de Jason Derulo, el pasado mes de septiembre. No todo es cultura, Puente se mueve bien en círculos económicos y empresariales. Valladolid es la ciudad elegida por Switch Mobility, una multinacional india y británica, para levantar una fábrica de autobuses eléctricos que creará 2.000 puestos de trabajo directos y 5.000 indirectos. Y de la mano de Switch Mobility llegaría Inobat, una fábrica de baterías eléctricas que, aunque aún no ha dado el sí definitivo, sí ha firmado protocolos y convenio previos con el Ayuntamiento y con la Junta de Castilla y León. En este caso, se crearían 2.160 empleos cualificados.
Desde 2020 en el PP se desató una guerra intestina para ser “el candidato”. La exconsejera de Economía y Hacienda, Pilar del Olmo, candidata en 2019 se vio obligada a afirmar en varias ocasiones que optaría a la alcaldía en 2023, mientras a su alrededor dejaban caer que no sería así. Es el caso de Mercedes Cantalapiedra, actual senadora y exteniente alcalde cuando Javier León de la Riva aún ganaba elecciones. Cantalapiedra estuvo hasta hace muy poco intentando “crear equipo” convencida de tenía opciones. Mientras en el PP se encargó una encuesta para conocer cómo valoraban los ciudadanos a los posibles candidatos. Los resultados se filtraron a un diario local, pero se ocultaron varios nombres que también formaban parte de esa encuesta. Los seis nombres incluían a Del Olmo y a Cantalapiedra como únicas mujeres, al consejero de la Presidencia, Jesús Julio Carnero, al diputado Eduardo Carazo, al exdiputado que ahora trabaja en la Comunidad de Madrid como director general Atención a Personas con discapacidad, Ignacio Tremiño y al exjugador de rugby y concejal del Ayuntamiento de Valladolid, Francisco Blanco Alonso. Los resultados del sondeo, que desconocía la dirección nacional, situaban a la cabeza a Carnero, seguido de Cantalapiedra y del Olmo. El problema es que ahora, con el viento en contra, pocos del PP están dispuestos a enfrentarse a Puente. Carnero no quiere dejar de formar parte del gobierno autonómico y Cantalapiedra tampoco está dispuesta a dejar su escaño en el Senado para arriesgarse a pasar cuatro años en el Ayuntamiento pero en la oposición. Cuando se preguntó a Del Olmo por la encuesta afirmó que si el mejor valorado es Carnero, es quien debe encabezar la lista a las municipales.
En León las cosas tampoco están mejor. Con el socialista José Antonio Diez en el Ayuntamiento desde 2019, la liza no es sencilla. Diez apoya un leonesismo que está en auge y que propugna la autonomía leonesa. El movimiento afecta al PSOE, que no está a favor, pero es Diez quien tiene el bastón de mando. En los últimos días el PSOE autonómico está agitado por el enfrentamiento de sus alcaldes más fuertes: Diez y Puente han cruzado declaraciones en el que el primero lamenta el “centralismo” que según él perjudica a León en favor de Valladolid mientras que el segundo le insta a trabajar más y líder de los socialistas en Castilla y León, Luis Tudanca, reprocha a ambos su comportamiento.
El PP, para 'desalojar' al PSOE del Ayuntamiento, ha pensado en el consejero de Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, un leonés al que se da por amortizado tras la intensa crisis política que ha desatado la gestión del operativo de incendios. Sin embargo, Suárez-Quiñones, tampoco quiere dejar de ser consejero. El plan b sería apostar por una mujer y todas las miradas se dirigen hacia la exsenadora que denostó la memoria histórica y la búsqueda de víctimas, y ahora delegada territorial de la Junta, Ester Muñoz. Tampoco ella estaría dispuesta a saltar a la política municipal. El resto de opciones, como nombres de actuales concejales del PP, no generan demasiado entusiasmo en las filas populares por lo que la candidatura sigue en el aire.
En Burgos la bronca es aún mayor, porque sí hay en las filas del PP quienes están dispuestos a enfrentarse al socialista Daniel de la Rosa, pero no todos cuentan con las bendiciones del partido. La portavoz del Grupo Municipal Popular en el Ayuntamiento, Carolina Blasco, ha sido muy clara: “estaría bien que por fin una mujer fuera la alcaldesa de Burgos, como ya han tenido otras ciudades de España como Toledo, Santander o Logroño, en su momento”, afirmó hace más de un mes. Pero el partido tenía otros planes que pasaban por colocar en la candidatura al exconsejero de la Presidencia y ahora viceportavoz del Grupo Parlamentario Popular, Ángel Ibáñez. Este también se ha negado y el recambio es el exconcejal Salvador De Foronda, al que Blasco está dispuesta a enfrentarse.
En Zamora, que se ha convertido en un bastión de Izquierda Unida con el único alcalde de capital de provincia del partido, Francisco Guarido, no hay demasiada bronca por encabezar la lista del PP. Tan sólo suena un nombre, el del concejal, Jesús María Prada Saavedra. En Segovia, también gobernada por el PSOE, tan sólo se ha autopropuesto un candidato del PP, el portavoz del Grupo Municipal Popular, Pablo Pérez.
En Palencia, con alcalde de Ciudadanos gracias al pacto autonómico con el PP en 2019, el PP vive cierta agitación interna, porque mientras el teniente alcalde, Alfonso Polanco está dispuesto a encabezar la lista si el partido se lo pide, la presidenta de la Diputación, Ángeles Armisén, exige ser la candidata. El PP tiene que decidir si compensa a Polanco, alcalde durante dos legislaturas hasta que el pacto le apartó a pesar de que tenía 9 concejales y Ciudadanos sólo tres, o cede a la presión de Armisén.
Soria es otra plaza difícil. El alcalde, Carlos Martínez (PSOE), no ha perdido las elecciones desde 2007, año en que llegó al Ayuntamiento gobernando en minoría y que se ganó la confianza de los sorianos en las sucesivas convocatorias electorales consiguiendo la mayoría. En el PP no suenan más nombres que los de los concejales que tiene en el Ayuntamiento.
Por ultimo Ávila es uno problema más para el PP, que en 2019 perdió una alcaldía que siempre había sido suya y que le arrebató Jesús Manuel Sánchez Cabrera desde un partido escindido del PP, Por Ávila. Sánchez Cabrera fue presidente de la Diputación con el PP y se conoce tanto la provincia como sus resortes. En este caso tampoco hay demasiadas novedades por parte del PP, que mantiene en secreto quiénes son los 'candidatables'.
Aunque el secretario del PP de Castilla y León, Francisco Vázquez, había asegurado que se desvelarían todos los nombres antes de que acabase el mes de octubre, el vicesecretario de Coordinación Autonómica y Local del PP, Pedro Rollán, precisó que sería “a partir de noviembre”, cuando se hayan celebrado los congresos autonómicos pendientes en territorios uniprovinciales y “antes de que acabe el año”.