Ni “quieren quemar Castilla y León”, ni la mayoría de los incendios que asolan la Comunidad han sido provocados. Un informe provisional de la Guardia Civil al que ha tenido acceso elDiario.es y fechado el 27 de julio desmiente las últimas afirmaciones de Alfonso Fernández Mañueco. “Tal y como se reflejaba en el informe previo de fecha 25 del actual, se sigue considerando como factor principal de origen de los incendios una combinación de factores en los que predominan las causas accidentales (naturales o relacionadas con la actividad humana), en segundo lugar las imprudencias por acción u omisión y finalmente los provocados de manera maliciosa”, se apunta en el documento.
La Guardia Civil enumera las causas de los incendios. Algunos fueron provocados por una tormenta seca, con rayos que generan una multiplicidad de focos que se activan por las tardes con la intensidad del viento, como ocurrió en el incendio de la Sierra de la Culebra, en Zamora el pasado 15 de junio. También ha habido fuegos por una negligencia humana como colillas mal apagadas en zonas de reunión de jóvenes o arrojadas desde vehículos, como ocurrió en el incendio de Cebreros (Ávila) con 4.262 hectáreas calcinadas, o por actividades agrícolas no autorizadas en las que se usó maquinaria como cosechadoras, tal y como ocurrió en el incendio de Quintanilla del Coco, en Burgos, el pasado domingo y por el que se detuvo el lunes al presunto autor. Según el sistema satelital Copérnicus han ardido 2.540 hectáreas. Además, provocó importantes daños en viviendas. La investigación de la Guardia Civil sigue abierta para determinar la participación de terceras personas.
En el incendio de Navafría, en Segovia, con 894 hectáreas forestales la causa sería la circulación de vehículos todoterreno por zonas forestales, tal y como indican los restos metálicos de un disco de frenado que se han hallado en la zona. La Guardia Civil también apunta a incendios “provocados por ignición directa” en Ayoó de Vidriales, Figueruela y Roelos de Sayago (Zamora), “claramente intencionados”. El martes había cinco focos en las inmediaciones de Toro, si bien la superficie quemada fue mínima, de tres hectáreas en total.
El informe también recoge que otros fuegos vienen del reinicio de incendios ya controlados. Otros han tenido su origen en un accidente por trabajos de instalación de suministros, como el de Villaseco del Pan en Zamora, que se produjo cuando se instalaba fibra óptica. La Guardia Civil investiga a siete personas como responsables del fuego que calcinó más de 1.300 hectáreas.
El incendio de Robliza de Cojos, en Salamanca, fue causado tras un accidente de coche en el que un neumático empezó a arder y el de Calzada del Coto, en León, por las chispas del paso de un ferrocarril. Otros se producen por la electrocución de aves con líneas eléctricas. La Guardia Civil también investiga a cuatro personas por su participación en incendios de menor importancia.
Mañueco pidió que la Guardia Civil redoblase esfuerzos en Zamora y omitió que la Junta actuó tarde
A pesar de estos datos, Mañueco insiste en que la Guardia Civil refuerce la vigilancia porque “es necesaria la colaboración del Gobierno de España, con todos sus medios, para encontrar a los culpables y llevarlos ante un juez”. El presidente tuiteó esto el miércoles, pero su petición había arrancado el domingo, cuando el incendio de Quintanilla del Coco obligaba a evacuar varios municipios y se había reactivado el de Losacio en Zamora.
A las 21,49 horas de ese domingo, Mañueco tuiteaba que acababa de hablar con el ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, y que le había trasladado que “la mano del hombre” estaba detrás de los tres nuevos incendios de Castilla y León. “Desde el reconocimiento y gratitud a la Guardia Civil y la colaboración con el Gobierno de España, le he pedido redoblar esfuerzos para prevenir los incendios, especialmente en Castilla y León y Zamora. Quiero que los responsables pasen a disposición judicial y se llegue hasta el final”, añadía.
Lo que había ocurrido esa tarde y Mañueco no cuenta es que el incendio de Losacio se había reactivado a las 17.00 horas y que a las 19.00 una patrulla de la Guardia Civil vio que las llamas se acercaban al pueblo y que existía peligro para los vecinos. La decisión de evacuación depende del director de extinción, que está al frente del cecopi –Centro de coordinación operativa de la Junta de Castilla y León– que se constituye cuando se declara un incendio forestal. Dos horas después de detectarse el fuego, no había Cecopi formado, por lo que fue la Guardia Civil quien tomó la decisión de evacuar a 90 personas.
De ello dio cuenta en un tuit, posterior al de Mañueco, la Dirección General de Protección Civil, que agradeció la actuación de la Benemérita, algo que no hizo el presidente de la Junta.
Con una situación algo más normalizada, la Guardia Civil ha reorientado los servicios hacia la vigilancia y prevención, para evitar que se desencadenen nuevos incendios. En esos servicios participa no solo la totalidad de la plantilla del Seprona –Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil– en Castilla y León, sino que son apoyados en materia de prevención por las unidades territoriales de las respectivas Comandancias, del Sector de Tráfico y Escuadrón de Caballería (en la Comandancia de Léon).
Respecto a la investigación, además de los Equipos del Seprona, están actuando las Unidades de Policía Judicial y los Grupos de Información y existen operaciones abiertas que se espera puedan finalizar en fechas próximas con la investigación/detención de los presuntos autores. En el resto de incendios continúan las investigaciones que podrán prolongarse en el tiempo en función de las características concretas de cada caso.